Desde Bariloche - La tropa completa de CEOs en el Foro Llao Llao, algunos llegados sobre la hora, escuchó al presidente Javier Milei, que defendió sus cuatro meses de gestión política y su plan económico. El discurso presidencial versó sobre la herencia, la situación actual y un trazo grueso sobre la próxima etapa del plan económico. “No creo en una economía dirigista”, dijo el mandatario.
Tras el discurso, el presidente bajó a saludar a la primera fila de ejecutivos y se fundió en un abrazo con Eduardo Elsztain (IRSA), Guibert Englebienne (Globant) y Cristiano Rattazzi, que tenía en la mano una gorra con la leyenda “Las fuerzas del cielo”, y saludó a Marcos Galperín (Mercado Libre) y Roberto Sallouti, del banco brasileño BTG Pactual.
Minutos después, una foto de familia en las escalinatas del restaurante del hotel cristalizó un respaldo del círculo rojo al jefe de Estado. “No me voy a conformar con ser como Alemania, quiero ser como Irlanda. Quiero una profunda revolución liberal”, lanzó el mandatario entre otras definiciones.
Milei aseguró que el Gobierno está “generando las condiciones para que Argentina vuelva a crecer” tras haber heredado “las peores crisis de la historia”. Y dijo que tanto el mega DNU como la ley ómnibus van “contra los curros de los políticos”. Además reiteró que su Gobierno “realizó el ajuste fiscal más grande de la humanidad”.
“Para hacer gradualismo por sobre todo hay que tener tiempo y financiamiento (dos aspectos que no teníamos). Estamos generando las condiciones para que Argentina vuelva a crecer, del resto se van a encargar ustedes. Cuando pasás de una economía híper socialista a una economía de mercado podés tener problemas adicionales propios de esta transición”, dijo el presidente ante la platea ejecutiva.
“¿Por qué quieren tocar el tipo de cambio?”, pronunció, como pregunta retórica para defender el esquema monetario y cambiario que lleva adelante el Banco Central y ante las críticas sobre un atraso cambiario.
“Primera parte del crecimiento será rebote, crecimiento por descapitalización. El 15% del PBI que antes se lo llevaba el Estado en déficit fiscal para actividades parasitarias vuelve al privado para inversiones productivas. Los que tienen el poder de sacar a la Argentina adelante, cambiando el futuro y creando riqueza son los empresarios, los emprendedores, no un político. El futuro será con mucha baja de impuestos”, concluyó.
Paso presidencial fugaz y el embotellamiento de aviones privados
El jefe de Estado habló durante poco más de una hora en una charla que tuvo formato de exposición, sin intercambio de preguntas y respuestas, que fue la característica de las presentaciones del uruguayo Luis Lacalle Pou y del paraguayo Santiago Peña. Milei anticipó su regreso para este viernes a la tarde, cuando estaba previsto que retornara a Buenos Aires el sábado. Tampoco se cruzó con su par paraguayo que todavía permanecía en el Llao Llao.
El presidente no tuvo agenda paralela ni reuniones puntuales con algunos de los 150 hombres y mujeres de negocios que llegaron hasta Bariloche el miércoles y que ya tenían en el lobby del hotel las valijas, mochilas y bolsos con palos de golf preparados para volverse. Ninguno pudo hacer late check out y tuvieron que desalojar las habitaciones temprano por la alta demanda.
En el aeropuerto de la ciudad descansaban más de 20 aviones privados para emprender el regreso. El aeropuerto inauguró el año pasado una plataforma exclusiva para aviones privados, pero como llegaron tantas aeronaves algunas tuvieron que ser desviadas a la plataforma general de vuelos de línea.
“No me voy a conformar con ser como Alemania, quiero ser como Irlanda. Quiero una profunda revolución liberal”, lanzó el mandatario entre otras definiciones
Tampoco participó del almuerzo de cierre con los fundadores del foro con Eduardo Elsztain, Marcos Galperín y Federico Braun, entre otros. La estadía presidencial entonces fue de algunas horas. Arribó en helicóptero después de las 21.15 de ayer y emprendía el vuelo en el Tango 11 a las 17. El presidente esquivó con éxito el corte de la avenida Bustillo que ATE realizó, por pocos minutos, como protesta por su presencia.
Milei llegó con una comitiva integrada por la secretaria general de la Presidencia Karina Milei y el vocero presidencial Manuel Adorni. Utilizó la suite presidencial, una de las habitaciones más caras del Llao Llao -y que el año pasado usaron, siendo precandidatos, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Ingresó en la habitación tras la recepción oficial en el hotel, salió para dar su discurso y volvió a ella hasta la hora del regreso. Fuentes de la comitiva aseguraron que no tuvo reuniones, formales o informales, antes de volver a Buenos Aires.
El presidente siguió de cerca la polémica por el aumento de la dieta que los senadores se aprobaron este miércoles y estaba “exultante”, dijeron, porque cree que los bloques de la oposición quedarán perjudicados por haber quedado expuestos. “Fue un error grosero de ellos”, dijeron desde la comitiva presidencial. De todas formas, en la Casa Rosada aseguran que el esquema salarial de los altos cargos tendrá en algún momento una reforma porque “un director puede cobrar más que el presidente”, ejemplificaron.
Mientras el ministro de Economía Luis Caputo continúa con su misión en Washington con reuniones con el Fondo Monetario Internacional y la Secretaría del Tesoro norteamericano, desde la Casa Rosada aseguran que el Gobierno se encamina a un nuevo acuerdo, que no es inminente sino que los “tiempos burocráticos” del organismo empujarán el calendario algunos meses hacia adelante. “No vamos a tener un problema con el Fondo”, consideran desde el Poder Ejecutivo en relación al sobreajuste fiscal y la acumulación de reservas.
No descartan que haya financiamiento adicional de esa fuente, pero sí hay gestiones concretas para conseguir dólares de fondos de inversión de riesgo y de fondos soberanos. Una alternativa que suena con fuerza es el Fondo de Inversión Pública del reino de Arabia Saudita, que tiene una cartera de inversión de casi un billón de dólares.
Si bien no es un diagnóstico transversal en el Gobierno, para algunos funcionarios las condiciones ya estarían dadas para levantar el cepo cambiario, aunque el equipo económico prefiere avanzar con más cautela. Por eso la estrategia que propicia el Ministerio de Economía y el Banco Central es la de una apertura gradualista de las restricciones cambiarias.