Los dólares financieros tuvieron un aumento significativo en la jornada de ayer, impactados por dos situaciones diferentes. Por un lado, reflejaron las tensiones en los mercados internacionales y la caída de las monedas emergentes contra el dólar. Pero también jugó un rol importante la fuerte disminución de la liquidación de los exportadores.
Las tensiones geopolíticas generadas por el ataque de Irán a Israel el fin de semana se sumó a la mayor inflación a la esperada en Estados Unidos. Esto generó la suba de tasas en los bonos a diez años ayer a un pico máximo anual, al tocar los 4,67% anual. El impacto se sintió rápidamente en un fortalecimiento global del dólar. En Brasil, por ejemplo, la cotización subió a 5,29 reales, cuando venía de niveles inferiores a 5 reales a fines de marzo, lo que representa una suba de casi 6% en lo que va del mes.
Era muy difícil que en el mercado local las cotizaciones estuvieran completamente al margen de este contexto. Ayer se sintió con fuerza: el contado con liquidación fue el más afectado, con un aumento superior a 4,5%, cerrando a $ 1.076, el MEP ganó 3% y el dólar libre trepó casi 2% hasta $ 1.035.
De esta manera, las cotizaciones salieron del letargo de las últimas semanas, cuando se empezó a hablar de manera insistente del atraso cambiario en el que estaba ingresando la economía. Hasta fines de la semana pasada, el dólar oficial (que aumenta 2% por mes) se había apreciado 25% desde la devaluación de diciembre y el CCL prácticamente un 36%, pero entre la suba de cotización de ayer y hoy se achicó a poco más del 30%.
Muchas razones en simultáneo confluyeron para impulsar a los dólares financieros luego de un prolongado período de estabilidad casi total. La incertidumbre internacional aumentó por la ofensiva de Irán, pero también por la inflación recalentada en Estados Unidos. En el plano local fue notoria la menor liquidación de divisas por parte de los exportadores, reduciendo la oferta
Pero además del contexto externo hubo causas estrictamente locales, relacionadas con una menor liquidación de divisas de los exportadores.
El economista Fernando Marull indicó que “las exportaciones de soja todavía no arrancaron, porque el precio cayó más de USD 100 en los últimos meses y además las lluvias complicaron la cosecha. Hay que esperar que esto se revierta más cerca de fin de mes y ahí sí habrá un fuerte aumento de la oferta”.
El volumen operado en el mercado cambiario también mostró una reducción significativa, pasando de más de USD 500 en marzo a un promedio inferior a los USD 250 en las últimas jornadas. “La liquidación por el mercado de cambios cayó de USD 120 millones a USD 70 millones en los últimos días”, agregó.
El lunes y martes la reducción fue todavía más notoria, ya que los exportadores optaron por esperar ante la importante suba del CCL. Como el 20% del total ingresado entra a través del mercado financiero, el incremento de esta cotización tiene un impacto positivo en la cotización final que reciben. Es probable que las empresas incluso esperen algunos días más para ver dónde encuentran el nuevo equilibrio las cotizaciones para empezar a liquidar.
Se supone que este panorama debería empezar a cambiar hacia fin de mes, siempre que la situación internacional no empeore significativamente. Por un lado porque ya se estará en plena cosecha de soja y los productores precisarán vender más activamente. Pero además porque en la medida que el CCL confirme la suba en relación al piso de la semana pasada habrá más incentivo para ingresar las divisas con esa cotización más atractiva.
Además de la suba del dólar, el mercado también sintió el impacto de la situación internacional de mayor incertidumbre a través del precio de los bonos, que tuvieron otro día flojo aunque fueron recuperando a medida que avanzaba la jornada. El riesgo país había trepado por encima de los 1.400 puntos básicos, pero finalmente cerró a 1.380.