Aunque la dolarización no avanzará, al menos por ahora, Javier Milei mantiene en carpeta varios proyectos disruptivos para el futuro del sistema financiero. Además de sugerir que la gente saque la plata del colchón y avanzar con el proceso de “dolarización endógena”, el Presidente ahora también volvió a hacer referencia a una próxima reforma financiera.
Hasta ahora no se le dio mayor trascendencia al asunto, porque el Gobierno está en realidad con otras urgencias. La acumulación de reservas, el saneamiento del Banco Central y la futura salida del cepo cambiario figuran entre los temas que dominarán la agenda de los próximos meses.
Pero para Milei la futura reforma financiera es fundamental una vez que se liberen las restricciones cambiarias. La pregunta es, en realidad, si realmente es posible de implementar o en realidad se trata de una teoría interesante en el universo libertario pero imposible de llevar a la práctica.
En una entrevista a Bloomberg el fin de semana, el Presidente indicó que el objetivo final es suprimir las tres vías que existen de emisión monetaria: el financiamiento del déficit del Tesoro (algo que ya está desactivado), pero también la compra de dólares y por último el financiamiento del sistema bancario en caso de una corrida contra los depósitos.
Entre los economistas de la escuela austríaca, crece el entusiasmo por la posible reforma que Milei quiere llevar adelante para el sistema financiero. Se trataría de un proyecto refundacional, que crearía bancos de inversión para el otorgamiento del crédito, mientras que los bancos tradicionales se ocuparían de prestar servicios y medios de pago
En este caso, se trata de eliminar el rol del Banco Central como prestamista de última instancia, lo que significa entre otras cuestiones que ya no podría seguir otorgando redescuentos a bancos que sufren problemas de liquidez.
En el ideal de Milei, este problema se subsana cambiando de raíz el funcionamiento de la banca. Los depósitos a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro) tendrían un encaje de 100%. Esto significa que pierden una porción central de sus ganancias, que consiste en tomar dinero a tasas muy bajas o nulas y luego salir a prestarla, tanto al Tesoro como al sector privado (empresas e individuos).
El economista Philipp Bagus, uno de los máximos exponentes de la escuela austríaca y profesor de la Universidad del Rey Juan Carlos en España, indicó hace pocos días sobre los futuros planes del Gobierno: “Milei no solo ha puesto nerviosa a la izquierda, sino también a los teóricos de la reserva fraccionaria. No vaya a ser que establezca el coeficiente de caja del 100% y también sea un éxito”.
Milei cree que es el momento para avanzar con la construcción hacia un sistema totalmente distinto para que el crédito empiece a crecer, ya que se encuentra actualmente en mínimos históricos, en orden del 5% del PBI.
En campaña Milei propuso implementar una “Banca Simons”, que justamente consiste en trabajar sobre un encaje de 100% sobre los depósitos a la vista. Se trata de un modelo muy estudiado en las universidades, pero hasta ahora como un marco teórico
Para eso, sería el mercado de capitales y no la banca quien debería promover el financiamiento al público y empresas. Por lo tanto, el Banco Central perdería uno de sus principales atributos, que es actuar como una suerte de seguro anticorrida. Esta función sería reemplazada por otras figuras de mercado.
El concepto de “banca libre” está relacionado con sacarse de encima la supervisión del BCRA, lo cual solo podría ocurrir si se termina con la intermediación financiera.
Ya en campaña Milei insistía con la idea de implementar una “Banca Simons”, que justamente consiste en trabajar sobre un encaje de 100% sobre los depósitos a la vista. Se trata de un modelo muy estudiado en las universidades, pero hasta ahora como un marco teórico. El crédito sería generado por bancos de inversión, sociedades de Bolsa (Alyc) y otros jugadores que surjan en el mercado de capitales.
Esta propuesta, además, va de la mano con el futuro proyecto para penar con pena de prisión a quienes aprueben un Presupuesto con déficit fiscal, obligando al Central a emitir.