Inversores festejan el superávit fiscal y la suba de reservas con baja del riesgo país y bonos a USD 60

En Wall Street creen que todavía hay margen para que continúe la mejora si se consolidan las señales fiscales y la acumulación de reservas. La Argentina queda más cerca de regresar a los mercados de capitales, que están cerrados desde la crisis cambiaria de 2018

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La deuda argentina se volvió en estas semanas bastante más atractiva que las acciones para los inversores. REUTERS
La deuda argentina se volvió en estas semanas bastante más atractiva que las acciones para los inversores. REUTERS

Los bonos tuvieron otra jornada de fuertes subas y se consolidan en valores que no se veían hace más de tres años. De hecho, la deuda argentina se volvió en estas semanas bastante más atractiva que las acciones para los inversores, luego del fuerte rally que acumulan en los últimos meses.

Ayer fue otra jornada muy positiva, en la que se destacó la baja del riesgo país a menos de 1.400 puntos básicos. Para los mercados son claves las señales del Gobierno en relación al compromiso de mantener el superávit fiscal, tal como sucedió en los dos primeros meses del año. El incremento de reservas del Central también es bien recibido por los inversores: ayer el Central compró la extraordinaria cifra de USD 458 millones.

Los datos preliminares sugieren que en marzo también el ahorro de las cuentas públicas habría sido significativo. Por un lado por lo que sugiere el aumento de los depósitos del Estado nacional en el sistema financiero. Por otra parte, el propio ministerio de Economía dejó trascender lo mismo. Pero el dato más relevante de estas horas fue el nuevo aumento de tarifas, en este caso para el sector gasífero, que implica una fuerte reducción de subsidios.

Los inversores creen que el compromiso del Gobierno para mantener el superávit va en serio. Pero además Javier Milei lo deja en claro en cada aparición pública y en la práctica los números fiscales también lo reflejan.

Con el cierre del riesgo país en 1.359 puntos, la brecha entre el riesgo país de Argentina y mercados emergentes vuelve a niveles post reestructuración de 2020. A partir de ese momento, las políticas erráticas del gobierno de Alberto Fernández, la fuerte emisión y un rojo fiscal creciente generaron un nivel de desconfianza cada vez mayor entre los inversores.

Ayer los bonos tuvieron subas promedio de 2% y los más cortos, como el AL30, ya quedaron al borde de los USD 60. Antes de las elecciones de octubre estos títulos navegaban en niveles de USD 25, con un riesgo país superior a los 2.500 puntos. Los bonos más largos también vienen subiendo fuerte. Tienen cupones más altos, lo que atraen a los inversores que buscan retomar posiciones en activos argentinos.

La suba de los bonos incrementa las chances de un regreso de la Argentina al mercado de capitales, lo que aleja el riesgo de default en 2025. Los inversores empiezan a apostar por este escenario, que podría darle un impulso adicional a las cotizaciones

Esta evolución de los bonos argentinos también aumenta las chances de un regreso de la Argentina a los mercados antes de lo esperado. No sería extraño que en breve salgan empresas locales a buscar financiamiento en los mercados. Incluso, ya hay algunos planes preliminares de algunas compañías para abrir el capital a Bolsa, a través de una oferta pública inicial. Pero sería difícil que esto suceda antes de 2025.

En la medida que la suba de los bonos se siga consolidando, crecen las posibilidades para el Gobierno de refinanciar la deuda que vence el año que viene a través del mercado de capitales internacional.

Todavía falta un buen recorrido para que esto suceda. Pero en Wall Street creen que los bonos argentinos podrían acercarse a la zona de USD 80 si se mantienen las actuales condiciones. Es decir superávit fiscal, inflación en baja y reservas en pleno proceso de recuperación.

Mientras tanto, el FMI continúa advirtiendo sobre la calidad del ajuste que viene implementando el Gobierno. La preocupación del organismo es que el las medidas que adopta el Gobierno sean sostenibles en el tiempo, por lo que favorece un recorte de los gastos políticos. Sin embargo, tanto el aumento de tarifas con la consiguiente baja de subsidios y los cambios en la fórmula jubilatoria fueron apoyados explícitamente por el Fondo.

Los inversores ahora quieren seguir de cerca la evolución de la actividad económica, que debería repuntar en el segundo trimestre a partir de la mayor actividad del campo. Sin embargo, la preocupación sigue siendo la recuperación de los salarios y del consumo interno, luego de varios meses de altísima inflación.

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