Los analistas observa una cierta divergencia entre los precios de las acciones y los bonos de la Argentina, que sostienen alzas por tercer año consecutivo, y los indicadores de la economía real, que atraviesa aun período de drástico ajuste y sinceramiento de variables a partir del cambio de Gobierno.
Para graficarlo, el S&P Merval de la Bolsa de Buenos Aires, acumula un alza de 33% en pesos en 2024. Y aunque esta tasa es inferior a la inflación del período, medida en dólares -según la paridad del “contado con liquidación, implica una suba del 18%, el doble de lo que han rendido índices representativos de Wall Street, como el tecnológico Nasdaq y el promedio S&P 500.
Algunos ADR argentinos treparon en 2024 hasta 80% en dólares en Wall Street, como los títulos bancarios, en el primer trimestre del año. Las acciones argentinas operan en Nueva York en un rango de precios en lo más alto desde junio de 2018, casi seis años atrás.
Del lado de los bonos soberanos, también se destacan las alzas de precios, muy superiores a los de los títulos del universo emergente. Los bonos Globales y los Bonares alcanzan el umbral de los USD 50, un un máximo desde que salieron a cotizar al mercado secundario en septiembre de 2020. Los títulos de la reestructuración, llamados “hard dollar” porque son pagaderos en divisas, promedian un alza de 25% en 2024, y las emisiones de más corta duración-a 2029 y 2030- ganan más de 30% en lo que va del año.
En el mismo sentido, el riesgo país de JP Morgan acentuó en las últimas semanas el declive y ahora se asienta en la zona de los 1.400 puntos básicos. Esto es un mínimo desde enero de 2021 y prácticamente la mitad de los 2.900 puntos de julio de 2022.
Del otro lado, los datos de la economía real todavía juegan en contra. Aunque se prevé una fuerte desaceleración de la inflación en marzo, más cerca de la barrera del 10%, la realidad es que la inflación interanual se acerca al 300%, una cifra sin precedentes en 33 años. El PBI de Argentina se contrajo en 1,6% a lo largo de 2023 y prevén que en 2024 podría retroceder incluso por encima del registro del año previo. Los salarios y las jubilaciones transitan el sexto año seguido con pérdida real y la tasa de pobreza estaría cerca del 60% de la población una cifra dramática solo comparable al peor momento económico de la crisis de 2002.
¿Que sostiene el sentimiento positivo del mercado?
“Habiendo encarado el Gobierno un ajuste fenomenal en las cuentas públicas -que sienta las bases para un crecimiento futuro-, es notable que el Presidente no haya perdido prácticamente popularidad en sus primeros 100 días. Por eso venimos insistiendo que, siendo realistas, más que lo que hemos visto desde el 10 de diciembre, el mercado no puede pedir, lo que nos lleva a concluir que continúa habiendo valor en los Globales, que ya están en máximos de precio pero lejos de mínimos de rendimiento”, indicó en un informe la Consultora 1816.
“Los datos hoy comentados lo que muestran es que hay que continuar mirando todo ‘semana a semana’: si bien en términos financieros todo marcha muy bien -mejor imposible, repetimos, a juzgar por los escenarios posibles al momento de asumir Milei-, no puede perderse de vista la fragilidad de la situación. No solo en términos políticos -Diputados rechazó la Ley Ómnibus original y el Senado el DNU-, sino también en términos macro -así como parte del ajuste fiscal se basa en licuaciones, las compras del BCRA en el MULC se basan en el esquema de transición elegido para importaciones-. Que el Gobierno no se anime aún a levantar el cepo pese a la brecha baja y a las compras del Central parece ser reflejo de que el oficialismo es consciente de la fragilidad”, consignaron.
“El ancla central del mercado es, por el momento, la imagen positiva del Presidente. Que, pese al ajuste de ingresos, la gente apoye a Milei, quien dice y demuestra que sus prioridades son achicar el déficit fiscal y cumplir con los contratos, es lo que consolida el rally de los activos argentinos. En esta especie de carrera que hay entre qué llega primero, si el malhumor social o la recuperación de la actividad, cada semana que pasa sin pérdida de la popularidad del Presidente, es una semana en que aumentan las chances de que las cosas salgan bien. Dada la volatilidad de la opinión pública en Argentina es imposible ‘relajarse’, pero sigue habiendo valor en la deuda”, consideraron desde la Consultora 1816.