Desafío emprender: “El empresario es un animal salvaje que piensa en la ambición propia”

Diego Mirmelstein, del sector autopartista, dio su perspectiva respecto a conducir un negocio en el país y se refirió al empleo, la carga impositiva y la capacidad de adaptación en condiciones económicas desafiantes

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Desafío Emprender con Diego Mirmelstein

En una nueva edición de Desafío Emprender, del ciclo de entrevistas de Infobae a emprendedores argentinos, Diego Mirmelstein, dueño de una empresa de autopartes, cuenta su visión de cómo es llevar adelante un negocio en el país luego de 30 años de trayectoria.

“Uno emprende para ganar plata. No emprende para generar una tarea, una misión social. Esa función social, se la dejo a los políticos. Yo creo que el empresario es un animal salvaje que piensa en él. El empresario ve para delante y piensa en la ambición propia”, aseguró Mirmelstein, cuyo grupo cuenta con más de 500 empleados y se compone de tres empresas. Posee una fábrica en Argentina, otra en Brasil y distribuidoras en Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

“La verdad es que no estoy pensando en la gente a la cual le doy empleo al momento de emprender, yo estoy pensando en una oportunidad. Entonces, al generar un negocio, uno sin querer por efecto cascada le da trabajo a un montón de familias, pero no es que emprende pensando en los demás, uno emprende por ambición propia y por consecuencia da empleo, por consecuencia genera trabajo”, sostuvo.

“Al generar un negocio, uno sin querer por efecto cascada le da trabajo a un montón de familias, pero no es que emprende pensando en los demás”

“El empresario al momento de contratar la piensa dos veces o trata de tener la menor cantidad de personal posible”, dijo. En primer lugar, considera que la carga impositiva es bastante alta. “Cada persona que se contrata, aparte del sueldo que se le da en la mano, ronda un 60% más de lo que el trabajador se lleva a mano”, afirmó.

Loma Plast, una de la
Loma Plast, una de la empresas del empresario

Además, indicó que las leyes laborales cambian constantemente. “Eso restringe bastante a la hora de contratar. Cada vez que se va a contratar a una persona lo piensa porque al momento de deshacer el vínculo laboral, el empresario paga un precio altísimo. Entonces eso restringe el empleo”, señaló Mirmelstein.

Respecto a los juicios laborales, dijo: “Tenemos una tasa muy baja de conflicto laboral, mismo teniendo una cantidad muy grande de personal. Primero, porque la franja de antigüedad en la empresa es bastante elevado. Tenemos gente trabajando en las empresas desde hace 20, 15 años. El nivel de diálogo es bastante fluido y generalmente, al momento de una desvinculación o de una renuncia, manejamos la mayoría de los arreglos fuera del ámbito judicial. No tenemos mucha rotación de personal”.

En esta línea, manifestó: “Creo que ningún empresario tiene pena de despedir a alguien, porque vos cuando despedís a alguien hay otra persona que está buscando trabajo desesperadamente, uno está tratando de ser funcional a la empresa. Uno no se encariña con las piezas, uno trabaja para el engranaje, para la máquina”.

“Un empresario que no tiene
“Un empresario que no tiene ese poder de adaptación no es un empresario argentino", resumió el dueño del grupo autopartista

Por otro lado, consideró que “Argentina hasta hoy fue un modelo que beneficiaba a la industria local. Hoy por hoy, con la apertura de mercado, con el ingreso de productos indiscriminadamente del exterior, creo que el industrial se puede llegar a ver perjudicado”.

En este contexto, cree que si tendría que proponer un cambio, sería cuidar un poco a las industrias.

En cuanto al marco actual y la decisión de emprender o no, Mirmelstein consideró: “El tipo que te dice que no emprende por las condiciones existentes, no emprende por falta de algún tipo de motivación personal pero después que le vaya bien o mal es otra historia”.

“Con la apertura de mercado, con el ingreso de productos indiscriminadamente del exterior, creo que el industrial se puede llegar a ver perjudicado”

Asimismo, afirmó: “No solo en Argentina pasan esas cosas que te vas a encontrar con un empresario que te dice: ‘Me fue mal por culpa de esto, por culpa de lo otro’. Los aciertos y desaciertos son obra de decisiones propias”.

Sobre cómo es ser empresario en Argentina, dijo: “Es romper todos los libros, es tirar todos los libros a la basura. Yo creo que un empresario argentino es un empresario todoterreno”. “Un empresario que no tiene ese poder de adaptación no es un empresario argentino. Uno teniendo empresa en Argentina está preparado para tener una empresa en cualquier parte del mundo”, aseguró.

Y agregó: “Acá uno tiene que planificar, no te digo a diario, pero mensualmente hay que planificar, hay que tomar decisiones. Los cambios políticos son constantes, las medidas son cambiantes”.

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