La construcción está atravesando un presente complicado. Según las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), su nivel de actividad se contrajo 21,7% en enero, luego de haber caído 12,2% en diciembre y 2,1% en noviembre. Además, están disminuyendo los pedidos de autorización de superficie para nuevos proyectos y se está contrayendo el volumen de mano de obra empleada de manera formal.
Ante la pregunta ¿Hasta qué punto va a caer la actividad y si va a poder reaccionar rápido cuando la economía empiece a recuperarse? Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) dijo a Infobae: “La construcción históricamente hiper reacciona a los ciclos económicos. Si la economía en general crece 3%, la construcción crece el 9%, pero si cae 3%, nosotros caemos 9%”.
También sumó su opinión Gerardo Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina (CPC): “La construcción ha sido siempre el principal motor de la economía. La idea es que la reacción ocurra, la pregunta es cuándo y cuántos van a subsistir para cuándo se prenda de nuevo ese vector. Hay muchos concursos preventivos en todo el país”.
No hay prácticamente nada en ejecución porque persisten los problemas de falta de pago de la deuda vieja y el Gobierno por ahora no tiene intenciones de reiniciar ninguna obra (Weiss)
Como expresaron los empresarios, desde el sector mantienen expectativas de que la situación mejore, pero lo cierto es que hoy la realidad es muy preocupante y no se vislumbra una recuperación rápida en el corto plazo, tanto para la obra pública como para la privada.
“La situación es que la obra pública nacional está completamente frenada. No hay prácticamente nada en ejecución porque persisten los problemas de falta de pago de la deuda vieja y el Gobierno por ahora no tiene intenciones de reiniciar ninguna obra”, amplió Weiss.
“Algunas provincias, sobre todo las más importantes, tienen alguna actividad de obra pública, pero no demasiada”, lamentó Weiss.
Fernández, por su parte, aseguró que la situación de la obra pública es crítica. “Las estadísticas oficiales no reflejan la realidad. Nuestro presente es mucho más grave de lo que muestran los números”, apuntó.
“El estado del sector es de catástrofe. Uno escucho hablar de otros rubros, que han sufrido bajas de actividad del 30% o 40%, pero en nuestro caso la obra pública se le cayó el 100% desde hace meses. Hay un rompimiento catastrófico de los contratos. A las pymes les ha hecho un desastre. Están en el peor de los mundos y las tasas de interés para financiarse son prohibitivas”, afirmó el presidente de la CPC.
Nuestro presente es mucho más grave de lo que muestran los números (Fernández)
Gerardo Fernandez explicó además que esta situación está generando cortes en las cadenas de pagos. “Se están poniendo en jaque las relaciones laborales con los corralones. Ellos están acostumbrados a cobrar contado efectivo, pero hoy eso es un imposible y cuando a un proveedor se le dice que se le va a pagar a 30 días o más, se siente agraviado. La situación del emprendedurismo pyme es muy grave”, describió el empresario.
La obra privada también golpeada
Los empresarios manifestaron a este medio que con el corte de fondos por parte del Estado nacional, la actividad asociada a la obra pública es prácticamente nula. Ahora bien, en lo que respecta a la parte privada, el escenario es algo diferente, aunque no demasiado alentador.
“La obra privada se ha visto seriamente afectada por muchas razones. Primero, porque hay muchas empresas que se dedican a las dos ramas, y al no estar cobrando por sus trabajos para el Estado, se quedan sin financiamiento para encarar los proyectos privados y viceversa”, remarcó Fernández.
Asimismo, el presidente de la CPC sostuvo que el mercado inmobiliario está pasando un muy mal momento, lo que por supuesto repercute en la actividad de la construcción. “Por las condiciones de mercado, hoy se están vendiendo en USD 50 mil los departamentos cuya construcción costó USD 60.000. Hasta que no se acomoden los valores de los inmuebles, que están muy bajos, no habrá incentivos para invertir en el sector”, se lamentó.
Se mostró más optimista Gustavo Weiss, quien reconoció que el nivel de actividad de las obras privadas está por debajo de lo normal, pero aclaró que no está completamente detenido. “La obra privada siempre es bastante constante en el tiempo. Si bien están muy frenados los edificios de propiedad horizontal, sí están traccionando las obras de petróleo, de infraestructura telefónica y de otros sectores impulsados por empresas privadas. Esas en general son más constantes en el tiempo. La caída es más leve que la obra pública”, sostuvo.
“El mercado informal es el que se ha frenado un poco más. La construcción y refacción de viviendas unifamiliares está operando a un ritmo muy lento, debido al proceso recesivo y a la suba de los materiales”, agregó el representante de la CAC.
¿Llega el repunte?
Para los referentes consultados, la perspectiva dependerá de la velocidad con la que se reacomoden las variables macroeconómicas y se estabilicen algunas circunstancias propias de la actividad. En concreto, coinciden en que la obra pública se reactivará sólo si así lo busca la Nación, ya sea por la ejecución directa en el área de infraestructura o por el otorgamiento de financiamiento a las provincias.
En lo que respecta a la parte privada, las fichas están puestas principalmente en la mayor estabilidad de precios. “En la medida en la que la economía mejore, haya más estabilidad de precios, la inflación baje y la gente tenga un peso adicional en el bolsillo, esperamos que la actividad repunte repunte”, subrayó Weiss.
Menos empresas activas
Según el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) en la actualidad hay 21.313 firmas en actividad, contando a constructoras y contratistas. Hace un año, había 21.458 compañías operando en Argentina, lo que significa que en el transcurso de doce meses cerraron, o al menos dejaron de estar activas, 145 empresas en todo el país.
Infobae dialogó con un empresario que se encuentra en concurso preventivo y está iniciando acciones legales contra el Estado nacional por la cesación de pagos, y dijo: “No cobro nada desde hace cinco meses y no tengo manera de pagar mis costos. No puedo cubrir salarios ni las deudas con los proveedores”.
Y agregó: “De aquí en más sólo me queda esperar a que el Gobierno tenga la buena voluntad de cumplir con los contratos y se ponga al día rápido con los pagos. En caso contrario no podremos seguir en actividad”.
El Gobierno habla de una decadencia moral, en lo cual estamos de acuerdo, pero el incumplimiento de los contratos también es una ilegalidad y es inmoral (Fernández)
Gerardo Fernández, de la CPC, aseguró que hay muchos casos como ese, y reclamó contra el accionar de Nación. “El Gobierno habla de una decadencia moral, en lo cual estamos de acuerdo, pero el incumplimiento de los contratos también es una ilegalidad y es inmoral. Además, hablan de corrupción, pero por culpa de cuatro o cinco empresas caemos todos en la misma bolsa”, denunció el empresario.
“Hay centenares de cartas documento cursadas y ya están las primeras denuncias (por la falta de pago del Gobierno). El problema es que los juicios se resuelven a siete años y mientras tanto cierran las pymes”, lamentó Fernández.