Llegará al país en las próximas horas Rodrigo Valdés, uno de los responsables directos del caso argentino de mayor jerarquía dentro del Fondo Monetario Internacional. Su visita a Buenos Aires no será en su rol de negociador como director del Departamento para el Hemisferio Occidental sino como orador del Latam Forum que se realiza el martes.
Sin embargo, mantendrá un encuentro con el ministro de Economía, Luis Caputo, durante su estadía en el país. Si bien el funcionario pone paños fríos sobre el avance de las negociaciones con el organismo para un nuevo programa y admite sólo a medias la posibilidad de un desembolso de unos USD 15.000 millones que permita apurar el paso en la eliminación de las restricciones cambiarias, el mercado volverá a concentrar su atención en aquellas señales que indiquen un pronto levantamiento del cepo. Por “pronto”, los inversores apuestan a fines de mayo, mediados de junio a más tardar.
No es, al menos por el momento, lo que tiene en la cabeza el ministro de Economía ni el equipo del Banco Central. Al menos no mientras las reservas propias de la entidad sigan en terreno negativo, distintas estimaciones privadas las ubican en torno a USD 2.000 millones, lo que implica un achicamiento del rojo heredado de USD 9.000 millones,pero rojo al fin. Por eso, en el entorno de Caputo admiten que, en definitiva, todo dependerá de cuántos dólares de la cosecha logre retener el Banco Central en las próximas semanas.
La cuesta se empina un poco más dado los mayores pagos previstos a los importadores
Ese panorama no luce tan claro. Se hizo evidente durante la última semana el mayor esfuerzo que debió realizar el BCRA para sostener saldos positivos en el mercado oficial y, en abril, la cuesta se empina un poco más dado los mayores pagos previstos a los importadores. También la oferta puede demorarse, ya que los productores agropecuarios también aguardan con ansiedad la unificación del tipo de cambio.
La falta de dólares, cuestión que en todo caso podría ser salvada precisamente por un aporte extraordinario del FMI -”o de cualquier otro lado”, como sugirió el propio Caputo en una charla con empresarios de compañías norteamericanas- no es el único escollo para eliminar el cepo.
“Salvo financiamiento externo, pensamos que la unificación cambiaria no será en el segundo trimestre”, advirtieron desde la consultora 1816, una de las más seguidas por empresarios e inversores, a contramano de las expectativas y también rumores del mercado en ese sentido.
A pesar de la aprobación que logran el presidente Javier Milei y la gestión de Caputo en el exterior, el financiamiento externo no es fácil de obtener.
Por un lado, el propio Valdés confió a interlocutores de confianza que primero “habrá que ver” los resultados del ajuste y que, eventualmente, los fondos frescos podrían llegar en el segundo semestre.
Por otro lado, un nuevo programa con el organismo implicaría un nuevo trámite legislativo ya que desde 2021 se impuso la obligación de que el Congreso apruebe cada acuerdo con el Fondo.
Pero además, en su último informe semanal, los analistas de la consultora remarcaron que además de todavía no contar con reservas netas positivas, todavía existe en el mercado una demanda de activos locales artificial, forzada precisamente por las regulaciones vigentes. Eso podría representar un riesgo para la estrategia de normalización cambiaria.
“Los mercados de deuda sugieren que, si bien no hay un stock grande de agregados, sí hay una demanda no genuina de otros activos locales (por ejemplo, por parte de importadores) que debería desaparecer si se libera todo”, sostuvieron.
Y resaltaron algo evidente: si bien el presidente Javier Milei y también Caputo, aunque con más ambigüedad, parecen señalar mitad de año como la fecha indicada para el fin del cepo, lo cierto es que el avance sobre el entramado de regulaciones ha sido hasta completamente lento.
El Presidente es economista y, ante todo, un hombre pragmático que entiende las restricciones que se enfrentan para desarmar el cepo. Hay ansiedad pero nada se va a hacer antes de tiempo (Consultora 1816)
“El Presidente es economista y, ante todo, un hombre pragmático que entiende las restricciones que se enfrentan para desarmar el cepo. Hay ansiedad pero nada se va a hacer antes de tiempo, aunque también es lógico que en el discurso empiecen a aparecer esas señales de un futuro distinto”, explicó un integrante del Gobierno, conocedor de las distintas instancias que deberán superarse en el camino a la unificación del dólar.
Ese mismo mensaje es el que recibió cada grupo de inversores que se reunió con las autoridades económicas, directivos de empresas de primera línea y también políticos. “El cepo tiene sus tiempos”, es la conclusión a la que llegaron.