El complejo cuadro socioeconómico que atraviesa el país se refleja a la perfección en un sondeo que muestra que la alta inflación y la situación macroeconómica son las principales preocupaciones de la población. Atrás, lejos, quedó otro agudo problema: la inseguridad.
El estudio de opinión pública de Casa Tres -relevó a 2.400 personas entre las provincias y el AMBA- concluye que, pese al fuerte ajuste que sufrieron las jubilaciones en el primer bimestre del año, los adultos mayores son el segmento social con el mayor nivel de optimismo en la sociedad argentina. El espíritu positivo es mayor en las provincias que en el área metropolitana y entre los varones más que en las mujeres.
Del otro lado de la franja etaria, según este estudio de la consultora dirigida por Mora Jozami, los jóvenes de 16 a 29 años son los que están más convencidos de la necesidad de llevar a cabo un ajuste fiscal para que mejore la situación del país.
Los adultos mayores son el segmento social con el mayor nivel de optimismo en la sociedad argentina. El espíritu positivo es mayor en las provincias que en el área metropolitana (Jozami)
En términos generales, 56% de los consultados consideró que este recorte en las cuentas fiscales es imprescindible y el 34% afirmó lo contrario.
Pese a que la mayoría convalidó este rumbo del gobierno, también admitió que los principales afectados por este ajuste serán los sectores más pobres, los trabajadores, la clase media y los jubilados.
En esta sintonía, el informe dio cuenta de que el porcentaje de personas que afirmaron que el salario no les alcanza para cubrir sus ingresos creció del 28% al 34% entre enero y febrero. Las respuestas más negativas predominaron entre las mujeres, en las provincias y entre las personas mayores de 65 años.
En particular, solo 42% aparece dispuesto a pagar un aumento sustancial de las tarifas de los servicios públicos, mientras que el 53% expresó sus reparos a estos incrementos que ya comenzaron en el transporte y las tarifas eléctricas y seguirán en las de gas el mes próximo.
Resignación del ocio
Todos los sectores sociales admitieron que tuvieron que resignar en estos meses algún servicio o actividad; este porcentaje se elevó del 61% al 70% entre enero y febrero. En el segmento más alto, el 63% tuvo que dar este paso, en el medio el 76% y en los más carenciados el 66 por ciento.
Al dividir esta pregunta entre los votantes de los tres candidatos más votados en octubre pasado, quienes optaron por Sergio Massa aseguran haber liderado este “ránking de resignación” del bienestar, seguidos por los de Patricia Bullrich y, finalmente, los de Javier Milei.
La opinión que obtuvo el sondeo de Casa Tres también está muy dividida entre quienes creen que la situación económica mejorará en un año (39%) y aquellos que, por el contrario, sostienen que será peor (38%). Con una mirada más amplia, el 43% cree que la situación será más positiva al final del mandato actual de Milei y el 36% opinó lo contrario.
En particular, el 78% de los votantes de Milei cree que la realidad mostrará un panorama más alentador en un año, frente al 67% de los que se decidieron por Bullrich y apenas el 8% de los seguidores de Massa en los últimos comicios.
La “banca” de la gente
— ¿Los resultados de la encuesta reflejan el discurso oficial de que la mayoría de la población va a sufrir el ajuste pero “lo banca” o, como lo muestra el estudio, el cheque en favor del gobierno está dividido?, le preguntó Infobae a Mora Jozami
— Se puede decir que sí, “la gente banca”. Aún a pesar del ajuste, de la caída en el poder adquisitivo, del recorte a las jubilaciones, del aumento de los servicios, entre enero y febrero la imagen positiva del Presidente prácticamente no cayó. Milei se mantuvo como el político con mejor diferencial de la Argentina. Hay más gente que cree que a fin de año la situación del país estará mejor que la que no. Cuando se les pregunta sobre el fin del mandato de Milei, aún más. Hay confianza en él, creen que puede resolver los problemas, principalmente el que más le preocupa a la gente que es la inflación.
Milei por ahora conserva una suerte de “impunidad”. Puede no haber aprobación de la gestión, pero “con él está todo bien”. La gente le cree. Su narrativa es consistente con cómo está gobernando. Lo que dijo en campaña no lo está dibujando, lo está ejecutando.
La narrativa de Milei es consistente con la manera en que está gobernando. Lo que dijo en campaña no lo está dibujando, lo está ejecutando (Jozami)
La pregunta es ¿cuánto tiempo puede aguantar esta disociación entre la realidad económica y Milei?. ¿Cuánto va a poder resistir su figura sin absorber los costos de una economía deprimida?.
El informe es descriptivo, no proyectivo. Al momento del estudio sí, la gente bancaba. Pero eso puede cambiar muy rápido. Eso podría ocurrir primero porque el humor social argentino es volátil. Es una sociedad exigente e impaciente. Por el otro, porque lo peor del ajuste económico todavía no pasó. No son lo mismo dos meses de crisis económica que tres o cuatro o cinco. Hay que mirar en qué medida ese apoyo se va a erosionar. Por ahora las señales para el Gobierno son buenas, pero el contexto cambia muy rápido. Por eso mirar las expectativas resulta una variable fundamental porque en esos e sostiene su gobierno.
Milei parece haber entendido que en una sociedad con estos niveles de polarización es importante cuidar y preservar el voto propio con acciones pero también con gestos.
El voto de los jubilados
— ¿Por qué hay más optimismo entre los jubilados, que han sido uno de los sectores más afectados por el ajuste estos meses?
— El optimismo en los jubilados se ve cuándo se les pregunta por cómo creen que estará el país. No es una pregunta personal (y las consecuencias del ajuste son a la economía personal). De todas maneras el optimismo en ese grupo etáreo se ve igual. Por un lado, es un grupo con un sesgo conservador natural. Un grupo en el que es muy importante el tema de la seguridad, por ejemplo. En ese sentido la agenda de Milei es atractiva y el acuerdo con ella rebalsa hacia el apoyo general.
Otra explicación del optimismo, que también aplica al resto de los grupos etarios, es la cuestión del liderazgo. Este es un estilo de liderazgo nuevo, un animal político novedoso. Los jubilados, con muchas elecciones y Presidentes a cuestas, nunca vieron nada igual. Eso naturalmente, en un país en el que hasta ahora ninguna receta funcionó, da crédito extra.
— ¿Cuál es su conclusión general tras realizar el estudio?
— Se repite como mantra que Javier Milei tiene que “cruzar el río” de la paciencia social. Él ya ha avisado reiteradas veces que el ajuste económico lo va a hacer igual, independientemente de la presión de la clase política o de la sociedad. Por ahora la presión de la sociedad se nota mucho menos de lo que hubiera sido esperable. Milei efectivamente está cruzando el río, y hay menos corriente de lo que se pensaba. De nuevo, eso puede cambiar rápido.
Otro dato importante en un lugar como Argentina: el 56,4% de los encuestados dice que “el ajuste económico es necesario para que la situación económica del país mejore en el futuro” (el 34,1% dice que no).
Pero después, cuando se les pregunta si están dispuestos a “pagar tarifas más caras de luz, agua, gas y/o transporte con tal de que la situación económica mejore”, el 53,1% responde que no (frente a un 42,5% que dice que sí). Entonces, la gente banca que “hay que hacer un ajuste” en términos conceptuales, pero no se banca que se lo hagan a ella.
Esta es una variable muy sensible a futuro, a medida que sigan llegando aumentos en los servicios, hay que ver como eso termina de impactar en el humor social y en el apoyo al Presidente. La capacidad de graduar la velocidad y el impacto del ajuste va a resultar fundamental.