Más señales a los mercados: Caputo aseguró que ya tiene los USD 2.000 millones para pagar la deuda en julio

Es el vencimiento más grande del año. Comprará los dólares al Banco Central, lo que implica mayor absorción de pesos. Se da en medio del rally de bonos y la caída del riesgo país

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Luis Caputo, ministro de Economía
Luis Caputo, ministro de Economía

El equipo económico le sigue dando fuertes señales a los mercados financieros para sostener el clima de confianza y el rally de los bonos. Ayer fue Luis Caputo quien confirmó que se utilizarán pesos excedentes del Tesoro para comprarle dólares al BCRA y así afrontar los vencimientos de deuda en moneda extranjera de julio.

De esta manera, el ministro de Economía buscó llevar certezas sobre la voluntad y la capacidad de pago por parte de la Argentina para hacer frente a los futuros vencimientos. En julio vencen USD 2.000 millones y se trata del pago más grande desde la reestructuración efectuada por Martín Guzmán en 2021. Además, el monto también incluye la primera amortización de capital del AL30, aunque por un monto menor: se pagan USD 4 por cada 100 de valor nominal.

El economista Fernando Marull consideró que el anuncio tendrá efectos favorables en el mercado: “Por un lado, baja el riesgo país al garantizar los futuros pagos. Pero además, se trata de un mecanismo que saca pesos del mercado, porque los dólares al BCRA se compran con pesos excedente del Tesoro”.

Según anunció ayer la secretaría de Finanzas tras concluir la licitación de Letras Capitalizables (Lecap), “el excedente de los vencimientos de esta licitación ($783 millones) más la liquidez acumulada en el Tesoro serán utilizados para la compra de dólares al BCRA para el pago de los vencimientos de bonos en moneda extranjera (Globales y Bonares)”.

El riesgo país bajó ayer otro 2,6% y finalizó a 1.460 puntos básicos, en otra jornada de consolidación para los bonos argentinos. Volvieron a brillar los títulos en dólares de mayor duración. El Global 2035 ganó otro 2,5% y cerró arriba de los USD 45, mientras que el Global 2041 lo hizo 3%. Los títulos más cortos ya se ubicaron cómodamente arriba de los USD 50.

La deuda ya está en los niveles máximos desde la renegociación que efectuó el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, en 2021. Tras haber caído a valores inferiores a los USD 20 en medio del mandato de Alberto Fernández, la recuperación más sostenida arrancó tras la victoria de Javier Milei en la segunda vuelta electoral.

Ahora el Gobierno busca mostrar solvencia para hacer frente a los pagos de deuda, a partir de la acumulación de reservas por parte del Banco Central. Y al mismo tiempo aprovecha para continuar con la absorción de pesos con dos objetivos: evitar un repunte inflacionario y mantener al dólar bajo control.

Caputo envió una doble señal para los mercados. Poro un lado dio certezas de pago del próximo vencimiento de deuda de julio y busca transmitir que no habrá default en 2025. Pero al mismo tiempo utilizará pesos excedentes del Tesoro para comprar los dólares del BCRA, lo que ayudará en el proceso de reducción de la base monetaria

Uno de los objetivos de Caputo es seguir trabajando para una disminución más rápida del riesgo país, que le permita al Gobierno recuperar acceso a los mercados voluntarios de deuda. La gran prueba será en 2025, cuando crecen significativamente los pagos por la amortización de capital del AL 29 y el AL30. Para enfrentar estos pagos, se buscaría recuperar el acceso a los mercados financieros para poder enfrentar los futuros vencimientos.

Para eso, el riesgo país debe seguir cayendo y de manera más acentuada. El objetivo sería llevarlo por debajo de los 800 puntos básicos, niveles parecidos al mejor momento del gobierno de Mauricio Macri.

Caputo indicó ayer que “los mercados ya entendieron que el camino elegido es inalterable”, en referencia al compromiso por mantener el superávit fiscal y el control de los agregados monetarios.

Ayer el BCRA compró otros USD 206 millones que le sirven para seguir acumulando reservas y continuar en el camino de reducir la incertidumbre. Por ahora la estabilidad cambiaria en un contexto de todavía alta inflación no afectó las liquidaciones de los exportadores. La gran incógnita es qué sucederá cuando llegue el turno de la cosecha gruesa, a mediados de abril.

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