Una tercera renuncia volvió a golpear al Gobierno tras la polémica por las supuestas presiones de Cancillería para favorecer un buque pesquero perteneciente a un empresario chino que depredaba el Mar Argentino en busca de la codiciada merluza negra.
Se trata de Guillermo Abdala Bertiche, quien se desempeñaba como director nacional de Acuicultura.
Esta nueva dimisión se dio un día después de la polémica salida de Julián Suárez, ex director de Control y Fiscalización Pesquera que disparó la polémica. Ambos se conocían y tenía buena relación. Abdala Bertiche también se fue descontento por el desfinanciamiento de su área y el pedido de despedir personal calificado. Cerca suyo aseguraron que no estaba dispuesto a acompañar porque su estructura iba a ser reducida algo que le iba a impedir alcanzar cualquier objetivo técnico y productivo que se había fijado.
La salida indeclinable de Suárez surgió tras recibir una llamada de Cancillería para interceder a favor de un barco de pesca llamado Tai An, una nave de bandera argentina, radicada en Tierra del Fuego. El dueño de la empresa es Liu Zhijiang, un empresario de origen chino que vive en la región.
Ayer también presentó la renuncia Pablo Ferrara Raisberg, coordinador general en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, representante de la cartera de exteriores en el Consejo Federal Pesquero y familiar político de Mondino.
Días atrás, el Tai An estaba pescando en una zona prohibida de la codiciada merluza negra, que está bajo un régimen de cuotificación que existe hace 15 años. O sea, no se las puede pescar sin autorización, ni para barcos locales ni extranjeros. La depredación y la pesca furtiva en la zona del Mar Argentino es más que importante.
El barco no tenía ningún tipo de cuota extra autorizada y se detectó que tenía 163 toneladas de estas especies de merluza, por lo que se notificó a Prefectura y se le ordenó que regrese inmediatamente a puerto. En ese momento llegó el llamado de Cancillería.
El funcionario que se comunicó fue Ferrara Raisberg. Con un tono fuerte e intimidatorio, pero no insultante, según pudo saber Infobae, Ferrara cuestionó el procedimiento y ordenó que el barco no debería regresar.
En consecuencia, el subsecretario de Pesca, Juan Antonio López Cazorla, tomó intervención en el caso y ordenó que no regresara, pero que se mantenga fuera de la zona de veda de la merluza negra. “Finalmente, la llamada tuvo el efecto que buscaban”, dijo una fuente con conocimiento del tema a este medio. “Es una intromisión desmedida en un área ajena a su órbita. Fue todo muy intimidatorio”, agregó un allegado.
En este contexto, Ferrara presentó su carta de renuncia este martes. Sin embargo, Diana Mondino se encuentra en medio de un viaje diplomático por Asia, por lo que aún no decidió si aceptaría o no la dimisión.
En 2021, Ferrara presentó un amparo colectivo ambiental ante la Corte Suprema para frenar la pesca ilegal de la zona económica exclusiva y áreas adyacentes. Además, es un especialista en Derecho Internacional Público y trabaja junto a la ministra de Relaciones Exteriores desde antes de la victoria en los comicios, tal como puede verse en su cuenta de LinkedIn.
Por su parte, Abdala Bertiche ya comunicó a sus colegas que dejará su cargo como director nacional de Acuicultura por lo que será la tercera renuncia en el Gobierno vinculada a este tema. La acuicultura es la actividad que permite obtener producción por medio del cultivo de organismos acuáticos. La mayor parte de los emprendimientos están basados en animales acuáticos vertebrados o invertebrados. Su Dirección se encargaba de la gestión y el control de esa actividad en Argentina.
La merluza negra es una especie muy buscada y escasa. Tiene un precio de venta de hasta USD 30.000 y por año están autorizadas a pescar en el Mar Argentino unas 3.700 toneladas. Por eso, las 163 toneladas en un solo barco en un día resultaba un número significativo, casi 5 millones de dólares de valor de venta final.
“Ese barco ha estado capturando merluza negra sin cuota. Configura un caso de pesca ilegal porque es una captura intencional contra la ley”, consideró sobre el tema Milko Schvarzman, especialista en conservación marina del Círculo de Políticas Ambientales a Infobae.
“Sabemos de la actividad que realizaba porque este barco, además de tener su tripulación, lleva a bordo un inspector y un observador. Uno de la Secretaría de la Nación y otro de la provincia. Cuando se recibieron las denuncias debería haber sido llamado a puerto inmediatamente, así establece la ley. Eso no sucedió. Aunque hubieran dudas, se lo debe llamar a puerto igualmente para corroborar”, agregó.