La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) manifestó su preocupación por la situación que atraviesa el sector de transformación mecánica de la madera. Por la conformación de la cadena productiva, advierten que están en riesgo 45.000 puestos de trabajos y la industria nacional.
El aumento de los costos de producción y la apertura comercial, sostienen, están poniendo en riesgo la viabilidad económica de 3.500 empresas, en su mayoría pequeñas y medianas, y amenazando la generación de empleo de un sector que da trabajo a 30.000 empleos directos y unos 15.000 en forma indirecta.
Por caso, de acuerdo al índice de producción industrial (IPI) manufacturero del Indec, el rubro madera y productos de madera y corcho, excepto muebles cayó 11,1% interanual en enero.
En detalle, por rama, desde la entidad indican que el nivel de actividad de los aserraderos proveedores del mercado interno tuvo una disminución del 40% en los últimos 60 días. En el caso del mercado externo destacaron que, a pesar de haber recuperado cierta competitividad internacional por la devaluación, “el acelerado ritmo inflacionario ha generado un atraso del tipo de cambio real que pone en peligro la viabilidad de las exportaciones foresto industriales”.
Por otro lado, el sector de fabricación de tableros contrachapados, ligado estrechamente a la industria de la construcción, la cual experimentó una caída del 21,7% interanual en enero que se combinó con la reducción o suspensión de proyectos de obra pública; provocó una disminución de hasta el 45% en la producción, llegando al 60% en sectores especializados.
La caída de la construcción también arrastra a este rubro. Al analizar la evolución productiva del sector de carpintería en obra y construcción con madera, registran una caída del 25% en enero comparado con el mismo mes del año anterior. “Esta caída se suma a una dinámica sectorial negativa que comenzó a mediados del 2023 y acentuó a comienzos de 2024. La disminución mencionada encuentra su explicación en la suspensión de la obra pública y nuevos planes de vivienda por un lado y la falta de firmantes en cargos intermedios que posibiliten la conclusión de las obras en curso por el otro”, aseguró el comunicado.
“En cuanto al sector mueblero, la demanda interna ha disminuido debido a la caída del poder adquisitivo de los salarios y la falta de programas financieros que impulsen el consumo a mediano plazo. Esto ha resultado en una reducción interanual del 24,6% en la producción de muebles y colchones a nivel nacional en enero de 2024″, agregó.
Además, FAIMA alertó por el aumento de las importaciones de muebles que se registró en enero, mientras que el sector no está pudiendo comprar al exterior insumos para seguir produciendo, a pesar de la implementación del nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI) debido a que a las pymes les cuesta mucho conseguir divisas.
“Esta situación sumada a la caída de la demanda mencionada anteriormente, ya está generando reducciones en las jornadas laborales, adelanto de vacaciones, suspensiones y la posibilidad inminente de despidos masivos en las empresas locales”, advirtieron.
“Desde FAIMA consideramos imperativo convocar al dialogo con el fin de buscar planes de acción que permitan resolver esta crítica situación que pone en riesgo no solo a la industria maderera en particular, sino a la industria nacional en general”, concluyó el comunicado.
Cabe destacar que la situación de la industria maderera se replica en los distintos sectores industriales: la producción cayó 12,4% interanual en enero y ninguna de las categorías registró crecimiento durante el primer mes del año, según el Indec.
Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA), en un relevamiento entre más 700 empresas publicado este miércoles, señaló: “Se registraron los niveles más bajos de la serie en las variables de producción y ventas, indicando una agudización de las dificultades en el entramado productivo industrial, especialmente en las pymes. Esta situación redundó en más empresas con dificultades para hacer frente a los pagos”.
“También en este marco hubo un cambio de tendencia en la serie de empleo, que hasta el momento era la que evidenciaba mayor estabilidad. Se registró el porcentaje más alto de empresas con caída del empleo y un deterioro notable en relación a relevamientos previos. Las empresas consideraron que su situación económica está peor que hace un año y esperan el impacto de la caída del consumo, la obra pública y la menor actividad de otras empresas”, agregó.