En la mayor parte de América latina el salario mínimo no alcanza para alquilar una vivienda de clase media

Los problemas para acceder al alquiler de la vivienda se replican a lo largo de América latina, a tal punto que en la mayoría de las ciudades de la región un salario mínimo no alcanza para cubrir un alquiler mensual.

En la Argentina, la situación se ve agravada por el déficit habitacional, el escaso acceso al crédito hipotecario, la elevada inflación y las regulaciones en constante cambio, factores que incidieron en la disminución de la oferta (sobre todo hasta diciembre último) y el aumento de los precios para alquilar.

Progresivamente se observa un cambio en la tendencia de la disponibilidad de unidades en varios barrios de la ciudad de Buenos Aires y en diversas localidades del país. La implementación del DNU del nuevo Gobierno tuvo un impacto notable al expandir la oferta de manera significativa.

El portal Properati realizó un análisis que examinó la relación entre el costo del alquiler de viviendas de clase media y el salario mínimo en 17 ciudades de la región.

En ese sentido, el trabajo comparó el costo promedio de alquilar un departamento en un barrio representativo de clase media en cada ciudad con el salario mínimo. El siguiente gráfico ilustra dicha relación:

En 16 de las 17 ciudades analizadas se necesita más del 100% del salario mínimo para cubrir el alquiler medio de un departamento. En las ciudades de México, un hogar necesita aproximadamente 3 salarios mínimos para cubrir el alquiler medio. Este es el ratio más elevado en la región.

En el barrio de Caballito (CABA), en el Nuestra Señora de Lourdes (de Rosario) y en Alberdi (Córdoba capital), el alquiler promedio de un departamento en trazados de clase media equivale al 270%, 180% y 150% de un salario mínimo, respectivamente.

En el contexto económico actual de CABA, el costo de los monoambientes alcanzó una mediana de $280.000 mensuales según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), presentando desafíos para los bolsillos de los inquilinos. El Salario Mínimo Vital y Móvil, que en febrero recientemente se actualizó en $180.000, cubre sólo el 55,5% de este alquiler.

Virginia Brunengo, economista analista del CESO, destacó a Infobae que “la comparación entre el incremento del costo de la vivienda y el ajuste del salario mínimo revela una brecha creciente, afectando directamente el poder adquisitivo de los ciudadanos. Hay una creciente dificultad para afrontar los costos mensuales del alquiler”.

A pesar de que los precios de los alquileres se mantuvieron estables desde febrero último, con un incremento del 12% en monoambientes y variaciones en otras categorías, el mes de febrero fue testigo de una notable caída en el poder adquisitivo, remanente de las dificultades económicas experimentadas en diciembre y enero.

“Este fenómeno limitó la capacidad de los inquilinos para absorber futuros aumentos en los precios de los alquileres. Además, se registró un incremento en la oferta de propiedades en dólares, ascendiendo a 41%, lo que representa un aumento de 16 puntos porcentuales en comparación con enero”, explicó Brunengo.

El escenario de alquileres en diversas ciudades del continente presenta un desafío grande para aquellos que dependen del ingreso mínimo. En 16 de las 17 ciudades analizadas, un salario mínimo resulta insuficiente para acceder a una vivienda de clase media.

Desde Properati destacan casos como en Ciudad de México (barrio Narvarte) y Guadalajara (Chapalita), donde el alquiler promedio de un departamento de clase media alcanza los USD 1.295 y USD 1.281, respectivamente, equivalentes a tres salarios mínimos mensuales mexicanos. También resalta la situación en Buenos Aires (Caballito), donde el precio medio asciende a USD 525, representando 2,7 salarios mínimos en Argentina.

En Lima (La Molina, Perú) y Monterrey (Roma, México), la realidad es similar, con un costo de alquiler que requiere 2,4 y 2,1 salarios mínimos respectivamente, traduciéndose en USD 660 y USD 907 mensuales.

“En otras ciudades como Ciudad de Panamá, Córdoba, Rosario, Medellín, Bogotá y Arequipa, se observa un patrón común: el alquiler de un departamento de clase media demanda entre 1,5 y 1,8 salarios mínimos. Ejemplos incluyen Ciudad de Panamá (El Cangrejo) con un alquiler promedio de USD 1130 y Rosario (Nuestra Sra. de Lourdes) con USD 342, ambos equivalentes a 1,8 salarios mínimos en sus respectivos países”, dijo Ricardo Meneses Flores, manager analista de datos de LIFULL Connect para Latinoamérica.

En Medellín (La América) y Bogotá (Modelia), los alquileres oscilan entre USD 523 y USD 510, representando aproximadamente 1,6 salarios mínimos colombianos. Mientras tanto, en Arequipa (Cerro Colorado, Perú) y Córdoba (Alberdi), el alquiler medio es de USD 417 y USD 296, equivaliendo a 1,5 salarios mínimos. En Cali (Valle del Lili), el alquiler promedio es de USD 403, equivalente a 1,2 salarios mínimos colombianos.

En Quito (Ponceano) y Guayaquil (Alborada) en Ecuador, el precio promedio es de USD 485 y USD 434, representando 1,1 y 0,9 salarios mínimos respectivamente.

Properati calculó cuáles deberían ser los ingresos mensuales de un hogar en dólares para que el alquiler de una vivienda no supere el 40% de sus remuneraciones.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, un hogar que gasta más del 40% de sus ingresos mensuales en vivienda (alquiler o hipoteca) incurre en una sobrecarga del costo de vivienda.

En el siguiente gráfico se puede ver el panorama a nivel regional.

Para cumplir con las recomendaciones de la OCDE respecto a pagar máximo el 40% de los ingresos en alquiler, un hogar en Ciudad de México (Narvarte) requiere tener una remuneración ideal de USD 3.236 mientras que en Córdoba (Alberdi), se necesita en promedio USD 740 al mes.

Meneses Flores concluyó: “A nivel regional, México destaca por tener las ciudades con costos de alquileres más altos, como Guadalajara y Monterrey, y por ende, los ingresos ideales más altos, mientras que las opciones más accesibles se encuentran fuera de las capitales de Colombia, Ecuador y Argentina, en ciudades como Cali, Guayaquil y Córdoba, respectivamente”.