El economista y ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, dijo que evalúa en forma positiva a nivel conceptual el rumbo económico del Gobierno. Pero advirtió que la calma en materia financiera tiene como contraparte una profundización de la recesión y que, tanto la baja de los dólares paralelos como los equilibrios fiscales logrados, “avanzan sobre bases muy endebles”.
En declaraciones a Radio Mitre, quien fuera la principal espada económica de la candidatura presidencial de Patricia Bullrich por Juntos por el Cambio, hizo otra advertencia respecto a los niveles de ingresos en este primer período de la administración de Javier Milei.
“Acá es totalmente cierto que ni la luz ni el gas ni algunos productos tenían un precio que no tenían que tener y eso generó una demanda excedente porque se regalaban”, comentó.
“Acá es totalmente cierto que ni la luz ni el gas ni algunos productos tenían un precio que no tenían que tener y eso generó una demanda excedente porque se regalaban. Ahora déjenme decir algo, los salarios tampoco están en niveles internacionales”
“Ahora déjenme decir algo, los salarios tampoco están en niveles internacionales”, dijo.
Consultado respecto a la baja del dólar libre y los tipos de cambio financieros, Melconian valoró las últimas evoluciones del frente financiero.
“Siempre la tranquilidad en economía es buena consejera, mucho más en un país como la Argentina. (...) Esa tranquilidad y la consolidación del programa económico, todavía no estamos ahí, lo ideal es que vaya ocurriendo de la manera más genuina posible”, marcó el economista.
“La tranquilidad se ve en el área financiera y se mide por la tranquilidad de la cotización y la brecha. El equilibrio del fisco, que no requiera emisión monetaria —porque uno de los puntos centrales es que no se puede financiar por ningún mecanismo al déficit fiscal— también está”, agregó.
“Lo cambiario y lo fiscal avanzan sobre bases muy endebles”
“Y luego está la economía real. La economía real es la consecuencia al final del día de un panorama económico que está muy mal, siempre con responsabilidades compartidas. Sin ir a Adán y Eva, yo podría ir a 2011, y la estanflación está instalada en la Argentina desde ese año. (...) Lo que va a haber es una profundización de la recesión. Esa es la peor capa, porque es la que liga el cachetazo”, continuó Melconian.
“Termina de consolidarse esa pacificación esa tranquilidad, cuando los elementos que la componen se convierten en genuinos y sostenibles. Concretamente el régimen cambiario de Argentina tiene que resolverse y por supuesto los números fiscales. El superávit a las piñas de enero y, algo más leve, pero probablemente también en febrero, tiene que consolidarse y volverse sostenible. (...) Lo cambiario y lo fiscal avanzan sobre bases muy endebles”, concluyó.
Consultado una vez más respecto al nivel del dólar, que perforó la barrera de los $1.000 esta semana, Melconian avaló una mirada respecto a que en la tendencia de mediano plazo puede estar cerca de un piso. Aunque sin hacer predicciones.
“La verdad de la milanesa es que el régimen cambiario le permite a la exportación generar una oferta no genuina en el dólar financiero y hay un número muy gordo de importaciones presentes que no se pagan”
“Tendencialmente en el tiempo hay que redefinir todo el régimen cambiario en Argentina. Argentina, probablemente a futuro, sea un país de moneda fuerte. Cuando vas a Uruguay, Perú o Chile, o a la Argentina de los 90, son países que tienen una moneda local fuerte”, dijo.
“Como yo no creo en la dolarización, creo en la convivencia —ni siquiera competencia— de monedas. Cuando se hacen las cosas bien vos metés el dedo donde hay que meter entonces empieza a haber afluencia de capitales, que no es sólo de extranjeros, sino también de los argentinos que sacamos los dólares del colchón”, agregó.
En ese sentido, sugirió que la baja de los dólares financieros no es del todo genuina.
“La verdad de la milanesa es que el régimen cambiario le permite a la exportación generar una oferta no genuina en el dólar financiero y hay un número muy gordo de importaciones presentes que no se pagan. Un escenario en el que los mercados alternativos reciben oferta y el mercado oficial no recibe demanda”, comentó.