El ministro de Economía, Luis Caputo, llegó a Punta Cana para participar en los encuentros que se realizarán en el marco de la Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del BID, la Reunión del Directorio CAF, y la Asamblea Anual de dicho organismo.
En este marco, el titular de Economía y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, mantendrán reuniones con el ex Senador de los Estados Unidos y asesor del Presidente Biden, Chris Dodd, y con el subsecretario adjunto del Tesoro de ese país, Michael Kaplan. También, está previsto que Caputo y su equipo se reúnan con el Presidente del BID, Ilan Goldfajn, y con representantes de Croacia, Finlandia, Colombia, Chile, Paraguay, Ecuador, Brasil y Uruguay.
Asimismo, habrá reuniones con autoridades de BID Invest, FONPLATA, de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), de Japan Bank for International Cooperation (JBIC), del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y bancos privados e inversores interesados en las perspectivas económicas de Argentina.
La agenda de Caputo en Punta Cana también incluirá su participación en la Reunión Conjunta de los Comités de las Asambleas de Gobernadores del BID y de la Corporación Interamericana de Inversiones (CII). En tanto, Quirno participará en la Segunda Sesión Plenaria de BID Lab, el brazo de innovación y capital emprendedor del organismo, y en la Reunión Especial de Gobernadores. Durante estos encuentros, la Argentina participará en calidad de accionista de BID y CAF para discutir la agenda política y de gobernanza de ambas instituciones.
El objetivo de la Argentina
El objetivo del Gobierno en su encuentro con Goldfajn es redireccionar algunos proyectos y el del BID es agilizar la ejecución de ciertos créditos que se ponen en marcha en forma lenta, un problema que se arrastra desde el gobierno anterior.
La relación entre ambas partes mejoró con el cambio en la presidencia del banco regional, ya que Goldfajn tiene una buena sensibilidad sobre la situación argentina por su pasado como banquero central de su país, aunque sin dejar de marcar ciertos críticas conceptuales o marcar límites, como en el momento en el que el gobierno de Alberto Fernández intentó imponerle -sin éxito- a uno de los vicepresidentes de la entidad con sede en Washington.
Al respecto, la semana pasada, Goldfajn indicó en la cumbre del G20 que buscará asistir a la Argentina en su proceso de ajuste fiscal para asegurar que sea ordenado y sustentable. En este sentido, el banco asistirá al país en el recorte de subsidios y el refuerzo de programas sociales.
Los proyectos actuales del banco regional para la Argentina se dividen en 13 para agua y saneamiento, 12 para transporte, 10 para reforma del estado, 7 para vivienda urbana, 6 para inversión social, 6 para mercado financiero, 4 para agricultura y 3 para salud, entre otras áreas.
Según indica el BID en su web “la estrategia nacional de Argentina para 2021-2023 se estructura en cuatro áreas estratégicas: (i) Reducción de la pobreza y protección social de la población más vulnerable; (ii) Recuperación económica y desarrollo productivo 4.0; (iii) Estabilidad macroeconómica y eficacia de las políticas públicas; y (iv) La transformación digital como prioridad transversal de desarrollo”.
Tal como explicó Infobae, la intención del Palacio de Hacienda es redireccionar algunos de los créditos otorgados tanto por el BID como por el Banco Mundial a la Argentina.
Al respecto, el Gobierno tratará de reasignar una serie de créditos de organismos internacionales que estaban planificados para realizar proyectos de obra pública hacia partidas de gasto social para intentar paliar el efecto de la aceleración inflacionaria en los indicadores sociales.
Las cifras de la relación
Cabe recordar que el Gobierno tiene vigentes unas 237 operaciones de financiamiento de bancos regionales, otros internacionales y créditos bilaterales desde otros países, por un monto USD 32.912 millones, según información del Ministerio de Economía. La intención de priorizar los programas sociales dejaría en un segundo plano a los proyectos de obra pública e infraestructura.
Las cifras oficiales reflejan que, a fines de 2023, el 36% de los préstamos correspondían al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un 24% del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial, BIRF), un 19% de créditos bilaterales y un 17% del ex banco regional CAF, ahora denominado Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
Según informó el BID, los ministros discutirán en Punta Cana “las maneras en que el Grupo BID, como la principal fuente de financiamiento, conocimiento e investigación para el desarrollo de América Latina y el Caribe, puede aumentar su apoyo a la región, en medio de las crecientes demandas sociales, un espacio fiscal restringido para satisfacer esas demandas y la necesidad de aumentar la financiación para la transición a economías verdes”.
Además, se debatirá “la nueva Estrategia Institucional del Grupo BID, la propuesta de aumento de capital para BID Invest para implementar un nuevo modelo de negocio que expandiría su impacto en el desarrollo a través del sector privado, y nuevos fondos para BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco, para evolucionar su propio modelo de negocio de soluciones del sector privado para poblaciones pobres y vulnerables a un modelo de financiamiento de fuentes múltiples”.
Tanto en el BID como en el Banco Mundial, los países más desarrollados apuntan a tratar de destinar más créditos al sector privado y menos a los gobiernos, una estrategia resistida entre las naciones en desarrollo, que consideran que todavía necesitan de esos recursos para programas de asistencia social y otras áreas relacionadas.
Ambos bancos siempre observan de cerca la relación del Fondo Monetario Internacional (FMI) con sus “clientes”, por lo que podrían acceder al pedido argentino de cambiar el foco de algunos de sus créditos dada la buena relación actual entre el gobierno de Javier Milei y el organismo que conduce Kristalina Georgieva.