Desde San Pablo, Brasil - El Gobierno y el Fondo Monetario Internacional aceleran el compás y empiezan a delinear cómo será el próximo paso en la relación financiera entre Buenos Aires y Washington. El ministro de Economía Luis Caputo habló sobre la necesidad de encontrar una “mejor estrategia” para que el FMI pueda apoyar el programa económico de ajuste fiscal que elimine en un solo año todo el déficit.
¿Desembolsos nuevos a cambio de medidas estructurales pedidas por el FMI? Esa asoma, por el momento, como una de las líneas posibles que explicarían una nueva asistencia con divisas desde el organismo hacia la Argentina. El equipo económico ya tuvo ayer miércoles en San Pablo, donde se realiza la cumbre de ministros y banqueros centrales del G20, algunos encuentros técnicos con funcionarios del FMI que están bien lejos de los flashes de las fotos políticas, y se espera que ese ida y vuelta empiece ahora a ser más profundo.
Mientras, a 1.700 kilómetros el Gobierno nacional sigue engordando el caudal de fondos que administrará el jefe del Palacio de Hacienda, que ahora también concentrará los fideicomisos alimentados con presupuesto público del Tesoro. Ya esta semana Caputo había sido oficializado como el ministro que tendrá bajo su ala nuevas áreas clave que estaban en Infraestructura.
Con más poder en el gabinete, Caputo va ahora en dirección a una segunda etapa del programa económico que inauguró en diciembre con las medidas de emergencia como la devaluación del tipo de cambio, el descongelamiento de precios, el aumento del impuesto PAIS, la reducción de la deuda comercial importadora a través de la emisión de bonos en dólares por parte del Banco Central y un ajuste inmediato del gasto público. En esta segunda etapa, el Gobierno -y el FMI- ya tienen identificado el camino a seguir: la eliminación de controles cambiarios. Está en discusión aún el timing, pero hay consenso en que para eso necesitará el BCRA un colchón de divisas que el Fondo Monetario podría aportar.
En el Poder Ejecutivo volvieron a mirar con especial atención a aquellos fondos que quedaron sin desembolsar del acuerdo Stand By de 2018, que suman USD 12.000 millones. Para algunos conocedores de la dinámica y el pensamiento del Fondo, la vigencia del Extended Fund Facility (EFF) desde marzo de 2022 dejó vetusto ese programa y no estaría, así, al alcance de la mano del Gobierno.
Ayer, aparte de la reunión de Caputo y Santiago Bausili con Kristalina Georgieva, hubo otra reunión con perfil más bajo, entre el secretario de Finanzas Pablo Quirno y una de las funcionarias técnicas más relevantes del Fondo, la economista turca Ceyla Pazarbasioglu, especialista en mercados monetarios y de capital y una de las que aprueba los reportes técnicos del staff antes de que sean girados al directorio. “Se dialogó sobre la evolución del programa de Argentina y el balance de la visita de Gita Gopinath al país”, resumieron desde el Ministerio de Economía.
La encerrona que puede enfrentar la Argentina se relaciona con una cuestión central que es para qué tipos de programas el país podría ser elegible, tras el SBA de 2018 y el EFF de 2022. Hay líneas más “modernas” creadas por el Fondo Monetario en los últimos años, pero requieren, para el país deudor, un historial de políticas económicas con el visto bueno del FMI, un caso que no pareciera ser el argentino. Le quedaría, eventualmente, otro SBA -son préstamos de devolución más cortos- u otro EFF, más largos pero con reformas estructurales a cambio.
La delegación argentina en San Pablo se movió con sigilo sobre qué nivel de avances tuvo con el FMI. Por lo pronto, la agenda en la cumbre del G20 incluirá este jueves, el día de cierre, un desayuno entre ministros de finanzas y banqueros centrales de ese foro, y para el ministro de Economía argentino un encuentro mano a mano con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen. Como es conocido, cualquier paso nuevo con el Fondo Monetario necesitará tener la luz verde de la Casa Blanca si pretende tener fuerza en el board.
Caputo también tendrá reuniones con el ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner; con el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann. Promediando la tarde, se espera que ese foro global publique su comunicado final con perspectivas económicas globales.
En el primer día de actividad en la Bienal de San Pablo Caputo se reunió con el Comisario Encargado de los Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea, Paolo Gentiloni, “en el que se conversó sobre los desafíos de las reformas impulsadas en el país. También, se analizaron los puntos de trabajo común entre los que se plantearon los desafíos que implica impulsar el acuerdo Mercosur-UE y redinamizar el vínculo comercial entre ambos”, mencionaron desde Hacienda.
Más tarde, tuvo un encuentro con su par de Francia, Bruno Le Maire. Según Economía, “conversó sobre las reformas que se están llevando a cabo en Argentina. En este marco, Le Maire felicitó al Ministro por los avances realizados. También, discutieron sobre de los intereses comunes en el G20, sobre cómo apoyar reformas en la arquitectura financiera internacional y resaltaron la importancia de la relación bilateral a largo plazo”.
En la última actividad antes de que las delegaciones se retiren, pasadas las 18, del Parque Ibirapuera luego de cerca de 9 horas de actividad, el ministro de Economía se vio con su par italiano Giancarlo Giorgetti, con quien “se dialogó sobre la importancia del vínculo de largo plazo entre ambos países. En la reunión, intercambiaron impresiones sobre los desafíos a los que se enfrentan ambas economías y coincidieron en la importancia de continuar con los ajustes fiscales que se están llevando a cabo, protegiendo a los más vulnerables”.