Martín Polo, de Cohen: “Es positivo que el Gobierno use al tipo de cambio como ancla para contener expectativas de devaluación”

El economista destacó en diálogo con Infobae los avances en lo monetario y externo. Inquieta el ajuste fiscal: Argentina es oportunidad, pero también riesgo y volatilidad

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"De la mano del salto
"De la mano del salto del tipo de cambio, sumado al esquema para pagos de importaciones nuevas y usando el Bopreal para contener la demanda por deuda comercial impaga, el BCRA logró un importante colchón de divisas que le permitió reducir a la mitad el saldo negativo de las reservas"

La economía avanza y retrocede a diferentes velocidades, más rápido y en el sendero buscado de tender al déficit fiscal y desaceleración de la inflación, junto al saneamiento del balance del Banco Central de la República Argentina; y, por el contrario, se acelera la recesión, por la caída de los ingresos reales de la población -jubilados, pensionados y trabajadores-.

Claramente, en el cotejo con los niveles e índices de un año antes, cabe esperar que los resultados obtenidos hasta el presente en esos dos frentes: la economía financiera, monetaria y fiscal, por un lado, y la economía real, por el otro, se mantengan positivos y negativos, respectivamente.

Pero, mientras que en el primer caso, pese a las medidas que viene tomando el Gobierno de desregulación de diversas actividades, como así también de saneamiento de las finanzas públicas, es posible y probable que en la comparación con el mes previo se observe algún retroceso en los resultados, en particular del lado de los ingresos, más allá de las estacionalidades, en el segundo, es posible y probable que si el Gobierno se mantiene en la línea de la extrema austeridad fiscal y monetaria, los indicadores de la economía real, cambien de signo, hacia la recuperación.

“Que el BCRA compre muchas divisas en el mercado es una condición necesaria pero no suficiente para encarar la estabilización”

Con ese cuadro, Infobae entrevistó a Martín Polo, economista Estratega en Jefe de Cohen Aliados Financieros, con amplia experiencia en el análisis económico y financiero local e internacional, para que brinde su mirada sobre los primeros pasos del gobierno de Javier Milei, y sus expectativas para los próximos meses.

— ¿Qué le gusta y disgusta del balance económico-financiero del primer bimestre del nuevo gobierno?

— Creo que el aspecto más positivo de estos primeros dos meses fue la reversión del resultado del balance cambiario y usar al tipo de cambio nominal como ancla de corto plazo para contener expectativas de nueva devaluación. De la mano del salto del tipo de cambio, sumado al esquema para pagos de importaciones nuevas y usando el Bopreal para contener la demanda por deuda comercial impaga, el BCRA logró un importante colchón de divisas que le permitió reducir a la mitad el saldo negativo de las reservas internacionales netas, al tiempo que la brecha tuvo una notable caída.

Que el BCRA compre muchas divisas en el mercado es una condición necesaria pero no suficiente para encarar la estabilización. Estimo que la entidad no tendría inconvenientes en cumplir con la meta de reservas con el FMI.

Si bien destaco la impronta del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre su compromiso de equilibrio de las cuentas públicas, lo que menos me gusta hasta el momento es la política fiscal, porque si bien el resultado de enero fue muy positivo, pero se apoyó en el aumento del tipo de cambio, del Impuesto PAIS y de la “licuación” del gasto.

"Lo que menos me gusta
"Lo que menos me gusta hasta el momento es la política fiscal, porque si bien el resultado de enero fue muy positivo, pero se apoyó en el aumento del tipo de cambio, del Impuesto PAIS y de la “licuación” del gasto"

Subir impuestos y licuar gasto tendrá un límite natural, más considerando la delicada situación social. No habrá mejora fiscal sostenible si no se logra una reforma del Estado con un mínimo de acuerdo en el Congreso. Prefiero que vaya más despacio, pero más seguro que sobreactuar equilibrio fiscal y que luego tenga que retroceder.

— ¿Le sorprendió que la inflación desacelerara como lo está haciendo?

— No. La inflación es altísima, no hay que dejar de lado esa situación. La inflación es sinónimo de desorden y es habitual la volatilidad de las proyecciones cuando las subas son tan pronunciadas. El ajuste cambiario de diciembre hizo saltar los precios de transables y los no transables ajustan más lento y los regulados dependen del Gobierno. Estamos en medio de un proceso de acomodamientos de precios relativos luego de un año en que tuvimos muchos shocks cambiarios con tipos de cambio múltiples que complican el análisis.

Es cierto que el dato de enero estuvo levemente por debajo de nuestras expectativas y corregimos un poco la previsión para los próximos meses anclados en la estabilidad del tipo de cambio y por la notable caída de la actividad, pero sigue teniendo un piso alto. El ajuste de precios relativos tiene un largo camino por recorrer.

“La inflación es sinónimo de desorden y es habitual la volatilidad de las proyecciones cuando las subas son tan pronunciadas”

Seguimos estimando que la peor etapa de ajuste de precios se concentre en el primer semestre y ya para la segunda mitad de año baje a un dígito, incluso terminando el año en torno a 5% mensual.

Creemos que el tipo de cambio real se irá apreciando y esto nos preocupa porque puede traer problemas en el futuro y complicar el objetivo de solvencia externa de los próximos años cuando haya que pagar mucha más deuda en dólares que este año y no tengamos el efecto de la recesión y mejor cosecha para la balanza comercial. Ojalá el Gobierno evite la tentación de atrasar el tipo de cambio para contener las expectativas.

— ¿Fue al costo de una recesión más profunda?

— Sí. Es un programa muy recesivo en el corto plazo para estabilizar la macroeconomía lo más rápido posible. La fuerte aceleración de la inflación sumada a la licuación de salarios y ahorro sin dudas tendrá un efecto muy fuerte en el nivel de actividad, eso ya se puede ver en varias variables. La buena noticia de haber corregido la inflación a la baja se compensa con el mayor deterioro previsto para el nivel de actividad.

Además de esto, la actividad económica “vivía de prestado”, especialmente en 2023 donde a pesar de la sequía histórica, la actividad tuvo un comportamiento aceptable. Eso fue a base de una fuerte e insostenible expansión fiscal y de atraso cambiario, que obviamente habrá que digerir.

Estimamos que este año el PBI tendrá una contracción de entre 4% y 5% respecto del de 2023, con una fuerte caída del consumo privado que rondaría 8% interanual -la mayor baja desde 2002, sólo superado en la pandemia de Covid-19. También esperamos una caída del empleo y el consecuente aumento de la desocupación. Esto le quita cierta presión a la inflación en el corto plazo, aunque la última palabra la tendrá el éxito del plan fiscal.

Fuente: Cohen Aliados Financieros
Fuente: Cohen Aliados Financieros

— Los argentinos han mostrado una alta dosis de resiliencia ante el Rodrigazo de 1975, la hiperinflación de 1989/90; el Tequila de 1994/95, la implosión de la Convertibilidad 2001/02 ¿Ahora qué piensa?

— Algunos lo ven como una fortaleza que Argentina tenga esta característica, pero para mí es más un defecto que una virtud. Marca que siempre llegamos hasta el fondo de los desequilibrios para darnos cuenta de los problemas. Cuando se toca el piso, naturalmente la salida es rápida -o en forma de V como se acostumbra a decir- pero cuando vemos la película completa nos muestra que nos cuesta cada vez más recuperar el nivel de actividad previo al ciclo recesivo, por eso es por lo que somos uno de los países que menos creció en las últimas décadas.

Tenemos el PBI estancado hace más de una década con la particularidad de una altísima volatilidad, la peor combinación. La volatilidad es incertidumbre y la incertidumbre es lo que nos quita competitividad.

— ¿Es condición necesaria que la inflación descienda a un dígito porcentual para que la actividad pueda reanimarse, en particular la vinculada con el consumo doméstico?

— Cuanto más rápido quiera bajar la inflación, mayor será la caída del nivel de actividad y el riesgo de calle sube -esto porque las condiciones iniciales para el plan ya eran de por sí muy delicadas. Para que el consumo suavice la caída, se requieren políticas de ingresos-. Recordemos que en 2023 pese a la suba de la inflación, los salarios reales de los registrados no perdieron tanto, y eso va en contra de la filosofía del gobierno.

”La volatilidad es incertidumbre y la incertidumbre es lo que nos quita competitividad”

Le daría un poco de aire al consumo a costa de bajar la inflación más lento. Si los salarios reales llegan a ganarle a la inflación por la fuerte caída del empleo, el efecto sobre el consumo es nulo. Es cierto que los salarios recuperarán algo de poder de compra a medida que los ajustes salariales avancen mientras la inflación modera, pero no creo que recuperen.

Considerando que el empleo caerá, será muy difícil para el consumo repuntar. Y así lo tendrá que hacer para tener superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos con el resto del mundo. Creo que el principal factor que puede cambiar el rumbo y empujar al crecimiento será la inversión y para ello se requiere que el Gobierno marque un rumbo -como lo está haciendo- pero que le dé sostenibilidad.

"Creo que el principal factor
"Creo que el principal factor que puede cambiar el rumbo y empujar al crecimiento será la inversión y para ello se requiere que el Gobierno marque un rumbo -como lo está haciendo- pero que le dé sostenibilidad"

— Los mercados parecen haber comenzado a festejar por el resultado fiscal del primer mes 2024, pero el índice de riesgo país se mantiene por arriba de 1.600 puntos básicos ¿Es para tanto?

— Fue muy bueno el resultado fiscal, pero sobredimensionan el éxito. Tras tantos años de deterioro fiscal, el Gobierno necesita sobreactuar para darle una señal clara al mercado. En este sentido, el resultado fiscal de enero fue tan bueno como insostenible. Es cierto que si el equipo económico no hacía nada, la dinámica fiscal hubiese sido insostenible y hoy estaríamos hablando de una inflación arriba del 30% mensual. Sin embargo, cuando miramos por componente, es un plan ultraortodoxo que sólo lo podrá mantener si logra mayor apoyo político.

El mercado lo “festejó”, el hecho de que los activos estén a precios bajos anima a asumir el riesgo, pero aún estamos muy lejos de que esto nos lleve a un riesgo país de 800 pb. Es una buena noticia que el mercado esté optimista ante los primeros resultados económicos y le esquive la mirada a la mala gestión que viene haciendo en el Congreso. Pero no serán todas rosas, Argentina es oportunidad, pero también riesgo y volatilidad.

— ¿Cree que el equipo económico podrá sostener el objetivo de déficit fiscal cero cuando a partir de marzo el gasto público comience a acusar el efecto de la movilidad previsional, aunque se mantenga muy por debajo de la inflación?

— Es un poco engañoso el objetivo a mi modo de ver. La peor parte de las cuentas públicas vienen en la segunda mitad de cada año y en los últimos dos meses en particular, de hecho es ahí donde se define el resultado fiscal del año. Con la estacionalidad favorable de la recaudación y dado que el gasto va ajustando con rezago, es probable que los datos fiscales de los próximos meses sean buenos en términos absolutos.

“Es un plan ultraortodoxo que sólo lo podrá mantener si logra mayor apoyo político”

La clave estará en la segunda mitad de año cuando lo mejor de la recaudación ya haya pasado y la parte más pesada del gasto se haga notar. Insisto, es importante que el gobierno logre un buen acuerdo en el Congreso para ajustar el gasto y no abusar de las ventajas que le da en el corto plazo la aceleración de la inflación.

— El Gobierno ha avanzado rápido en la eliminación de Fondos Fiduciarios, pero sigue cubriendo el déficit operativo de empresas el cual en enero representó casi el 13% del total de la partida para jubilaciones y pensiones ¿Qué piensa?

— Que para corregir las finanzas públicas se requiere un plan fiscal integral mirando la dinámica de ingresos y gastos. Actuar por impulsos no nos llevará a buen puerto.

"La peor parte de las
"La peor parte de las cuentas públicas vienen en la segunda mitad de cada año y en los últimos dos meses en particular, de hecho es ahí donde se define el resultado fiscal del año"

— En la Argentina la Ley de Presupuesto ha sido, en general en los últimos 40 años, una formalidad, pero sus habituales inconsistencias, los dejaban del lado al día siguiente de la votación ¿Es para inquietarse que el Gobierno no tenga un Presupuesto actualizado?

— Sí, es preocupante y por eso planteo mis dudas en cuanto a la sostenibilidad de los primeros datos fiscales. Si bien destaco la decisión y el énfasis que le pone el equipo económico a la necesidad de equilibrar las cuentas públicas, necesitamos tener un horizonte más definido y estable.

— El balance del BCRA muestra notorios progresos, pero aún mantiene reservas netas propias negativas ¿Cuándo estima que podrá alcanzar primero números positivos y generar el colchón para la anhelada dolarización por parte del presidente Javier Milei?

— Las reservas netas mejoraron mucho en estos dos meses pero siguen siendo USD 5.000 millones negativas. Estimamos que a fin de año ya podrían ser positivas, pero siguen muy debajo de los pasivos monetarios del BCRA, que hoy superan los USD 40.000 millones. Creo que para la dolarización falta mucho, incluso no creo que la haga.

“Creo que para la dolarización falta mucho, incluso no creo que la haga”

— El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, dijo que comenzará a recomprar títulos públicos de la cartera del BCRA (argbon 2035) por unos USD 2.700 millones ¿Esa debe ser una prioridad para avanzar en el saneamiento del balance de la entidad, o sería conveniente destinar recursos excedentes de Hacienda a recomponer ingresos a jubilados y pensionados, por ejemplo?

— Entiendo que el objetivo principal del Gobierno es sacar pesos del mercado y que la inflación baje lo más rápido posible. El Gobierno necesita mostrar resultados alentadores en la lucha contra la inflación.

— El equipo económico parece estar cómodo con las dos herramientas fuertes para tender a la estabilización de los precios, como son el déficit fiscal cero y la emisión cero para el Tesoro por parte del BCRA ¿Qué le parece?

— Es lo correcto a mi modo de ver, es el camino indicado. Si podemos pedir un poco más, le diría que más que “déficit cero”, necesitamos superávit fiscal.

"Para remonetizar la economía se
"Para remonetizar la economía se necesita bajar la inflación y para que ello sea sostenible se requiere equilibrio fiscal. No creo que la libre circulación de monedas solucione este problema"

— La economía se ha desmonetizado al extremo en el sistema bancario ¿La dolarización, entendida por el Presidente, como la “libre circulación de monedas” ayudaría a revertir ese proceso y recrear el crédito?

— Para remonetizar la economía se necesita bajar la inflación y para que ello sea sostenible se requiere equilibrio fiscal. No creo que la libre circulación de monedas solucione este problema.

“Creo que el Gobierno debería moderar el ajuste y reforzar su estrategia de diálogo político, esto le quitaría tensión a la situación actual y le daría mayor solidez y sustentabilidad al programa”

— ¿Una reflexión final?

— Vamos dos meses de un nuevo gobierno que sale del molde. La política siempre le restó grados de libertad a la economía y ahora estamos en una situación inversa. Javier Milei encaró un programa de shock que tiene muchos riesgos de corto plazo, especialmente en el plano social.

Creo que el Gobierno debería moderar el ajuste y reforzar su estrategia de diálogo político, esto le quitaría tensión a la situación actual y le daría mayor solidez y sustentabilidad al programa económico.

Fotos: Adrián Escandar

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