En un contexto de suba de los combustibles, estos son los mejores consejos para ahorrar nafta o gasoil en tu auto.
Los conductores están cada vez más preocupados por el consumo de combustible de sus vehículos, buscando maneras de optimizar su uso y gastar menos dinero. En primer lugar, lo que hay que saber es que los autos consumen significativamente más nafta en entornos urbanos que en recorridos por ruta debido a las constantes aceleraciones y cambios de marcha característicos del tráfico de la ciudad. En contraste, la conducción en rutas a velocidades constantes promueve un mayor ahorro de combustible.
Por ello, incorporar pequeños cambios en los hábitos de conducción puede tener un impacto significativo en el consumo de naftas y combustibles. De este modo, junto con los avances tecnológicos en el diseño de vehículos, los conductores tienen a su alcance diversas estrategias para hacer su conducción más eficiente y económicamente viable. La adopción de estas prácticas no solo beneficia el bolsillo de los automovilistas, sino que, además, supone un paso adelante hacia una movilidad más sustentable y respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué se puede hacer para ahorrar combustible?
- Acelerar menos
- Cargar nafta Súper en lugar de Especial
- Chequear el inflado de neumáticos
- Chequear la alineación de las ruedas
- Optimizar el del aire acondicionado
- Mantener los filtros limpios
- Verificar el estado de las bujías
Acelerar menos
Reducir la aceleración es una estrategia eficaz para ahorrar combustible, según revelan estudios en el ámbito de la conducción vehicular. Esta técnica de conducción, aunque pueda parecer contra intuitiva para muchos conductores, se posiciona como una solución viable frente al constante aumento en los precios del combustible.
La relación entre la aceleración y el consumo de combustible tiene sus fundamentos en la cantidad de gasolina requerida por el motor para alcanzar la velocidad deseada. En contextos urbanos, acelerar de forma agresiva únicamente conduce a un aumento en el gasto de nafta, dado que propicia el paso por más cambios de marcha al desplazarse de un punto a otro de la ciudad. Por el contrario, una aceleración moderada permite mantener el vehículo en marchas bajas, donde el consumo de combustible es menor.
Expertos en conducción eficiente recomiendan el uso de la primera únicamente para iniciar el movimiento del vehículo y recomiendan cambiar rápidamente a segunda marcha con una aceleración ligera. Esta técnica no solo contribuye al ahorro de nafta sino que también favorece la durabilidad del vehículo. Se enfatiza en la importancia de adoptar un estilo de conducción consciente y planificado, evitando los acelerones bruscos e innecesarios que no hacen más que incrementar el consumo de combustible de manera desproporcionada.
Diversas investigaciones y publicaciones especializadas han abordado este tema, destacando la relevancia de educar a los conductores sobre prácticas de manejo más sostenibles. La adopción de estas técnicas no solo tiene un impacto positivo en la economía personal de los automovilistas al reducir el gasto en combustible, sino que también contribuye de manera directa a la preservación del ambiente al reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Cargar nafta Súper en lugar de Especial
La elección entre nafta Súper y nafta Especial o Premium se posiciona como un factor determinante en el ahorro de costes para la mayoría de los conductores. Sin embargo, no todos los vehículos admiten el cambio de un combustible por el otro sin repercusiones. En este sentido, se recomienda revisar el manual del usuario de cada vehículo donde, generalmente, se especifica una calidad mínima de combustible de 94 o 95 octanos. Esto significa que, exceptuando los automóviles de alta gama, la nafta Súper cumple con los requisitos de octanaje para la mayor parte del parque automotor.
La diferencia de precio entre la nafta Súper y la nafta Especial supone una importante oportunidad de ahorro. Sin embargo, la nafta de 98 octanos se caracteriza por ofrecer un menor consumo en los motores, lo que plantea un dilema sobre qué opción resulta más económica a largo plazo. Aunque la reducción en el consumo de combustible puede ser un factor atractivo, el desembolso inicial menor al optar por nafta Súper frecuentemente compensa esta diferencia.
Cada modelo de vehículo tiene especificaciones particulares y optar por un combustible inadecuado podría, en algunos casos, afectar el rendimiento del motor o incluso causar daños a largo plazo. La recomendación de los expertos es siempre consultar el manual del usuario y, en caso de dudas, dirigirse a un profesional calificado que pueda aconsejar sobre la mejor opción según las características específicas del vehículo.
Inflado de neumáticos
La correcta presión de los neumáticos es fundamental para el buen rendimiento de los vehículos, así como para optimizar el consumo de combustible. Los fabricantes de automóviles establecen una presión de inflado recomendada basada en el peso y las características del rodado de cada modelo, garantizando así una conducción eficiente y segura.
El inflar los neumáticos por debajo de la presión aconsejada puede incrementar la dificultad de desplazamiento del vehículo, en un fenómeno comparable a conducir enfrentando una resistencia significativa, como el viento en contra. Esta resistencia requiere que el motor realice un mayor esfuerzo, resultando en un consumo aumentado de combustible. A la inversa, una presión superior a la recomendada endurece los neumáticos, afectando negativamente la suspensión por la transmisión de las imperfecciones del camino y disminuyendo la capacidad de frenado y maniobra del vehículo, lo que incrementa los riesgos de daños estructurales y accidentes.
Es importante equilibrar la presión de inflado dentro de los parámetros sugeridos. Mientras una presión baja afecta el rendimiento y aumenta el gasto en combustible, sobrepasar el límite puede provocar daños a largo plazo en los componentes de la suspensión, resultando en costosas reparaciones. Adicionalmente, un control adecuado de la presión contribuye a una mayor seguridad en carretera, al mantener óptimas las condiciones de frenado y adherencia al pavimento.
Alineación de las ruedas
La alineación de ruedas en los vehículos no sólo es fundamental para garantizar un manejo seguro y eficiente, sino que también representa un factor crítico en el consumo de combustible y el desgaste de los neumáticos. Expertos en automoción destacan la importancia de mantener una correcta alineación para evitar la resistencia adicional al avance del vehículo, lo cual implica un esfuerzo mayor del motor y, por ende, un mayor consumo de combustible.
La alineación incorrecta puede causar que las ruedas no solo estén desviadas de su posición ideal perpendiculares al suelo sino también de la dirección de marcha prevista, lo que resulta en un “arrastramiento” del coche sobre la superficie de conducción. Esto no solo incrementa el consumo de gasolina debido al aumento de la fricción, sino que también acelera el desgaste de los neumáticos, llevando a una necesidad prematura de su reemplazo. Realizar controles periódicos de la alineación en centros especializados en neumáticos puede contribuir significativamente a la economía del conductor, ahorrando costes en combustible y neumáticos.
Explican que una alineación adecuada asegura que las ruedas estén orientadas correctamente en relación con el suelo y la dirección del coche, optimizando así la eficiencia de la conducción. Los automovilistas pueden beneficiarse de una reducción en el consumo de combustible y una extensión en la vida útil de sus neumáticos. Además, mejora la seguridad al conducir al garantizar una mayor estabilidad y control del vehículo. Expertos recomiendan realizar una verificación de alineación al menos una vez al año o cada vez que se perciban síntomas de desalineación, como un volante desviado o un desgaste irregular de los neumáticos.
Uso del aire acondicionado
Con la llegada del verano a Argentina, el incremento en el uso de aire acondicionado en vehículos se convierte en una preocupante fuente de aumento del consumo de combustible. Ante el ascenso de las temperaturas ambientales, los conductores buscan alternativas para mitigar este efecto sin prescindir del confort dentro de sus automóviles. Expertos sugieren una serie de medidas sencillas que pueden contribuir significativamente a la reducción del consumo de combustible durante la temporada más cálida del año.
Una estrategia eficaz es evitar exponer el vehículo directamente al sol, ya que esto puede provocar un aumento considerable en la temperatura interior, requiriendo de una mayor utilización del sistema de enfriamiento para lograr una temperatura agradable. En caso de que sea inevitable estacionarse bajo el sol, se recomienda airear el coche antes de encender el aire acondicionado; abrir las puertas y ventanas unos minutos puede facilitar la evacuación del aire caliente acumulado y reducir la necesidad de enfriamiento posterior. Además, la utilización del modo de recirculación del aire acondicionado al iniciar la marcha ayuda a bajar rápidamente la temperatura interna, aunque es importante desactivar esta función después de unos minutos para evitar daños en el sistema.
Otros consejos incluyen orientar las salidas del aire hacia el techo del vehículo, lo que permite combatir el calor proveniente de la parte superior del habitáculo sin generar una sensación de frío directa sobre los ocupantes. Esta serie de recomendaciones no solo contribuye a un ambiente más confortable dentro del vehículo, sino que también promueve un uso más eficiente del combustible en momentos de altas demandas energéticas como es el verano.
Filtros limpios
El consumo de combustible puede verse incrementado debido a un factor que muchos consideran insignificante: la limpieza del filtro de aire. Este elemento, esencial para el correcto funcionamiento del motor, permite el paso del aire necesario para la mezcla con el combustible y facilitar así la combustión. Un filtro obstruido puede alterar esta mezcla, aumentando la proporción de gasolina utilizada y, por consiguiente, el gasto en combustible.
La función del filtro de aire no se limita únicamente a la mezcla para la combustión; también incluye el mantenimiento de la calidad del aire dentro del habitáculo. Un filtro de polen o filtro de aire del habitáculo tapado, obliga a los sistemas de climatización, como el aire acondicionado, a trabajar con mayor potencia. Esto representa una carga adicional para el motor, que se traduce en un aumento en el consumo de combustible. La importancia de realizar un mantenimiento adecuado y periódico de estos filtros radica en su capacidad para influir directamente en la eficiencia del vehículo y, por ende, en el bolsillo del consumidor.
Expertos en mecánica automotriz recomiendan revisar y, si es necesario, reemplazar el filtro de aire del motor y el filtro de polen de manera regular. Una práctica que, a pesar de su aparente simplicidad, puede contribuir significativamente a la mejora del rendimiento del vehículo, optimizando el consumo de combustible y prolongando la vida útil del motor. Además, con esta acción se contribuye a mantener una mejor calidad del aire dentro del habitáculo, lo que se traduce en viajes más confortables y saludables para los ocupantes.
Estado de las bujías
La eficiencia del motor de un vehículo depende en gran medida del buen estado de componentes críticos como las bujías, responsables de generar la chispa necesaria para la combustión del aire y combustible. Unas bujías desgastadas pueden resultar en una chispa deficiente, lo que a su vez conduce a una combustión ineficiente y, por ende, a un mayor consumo de combustible.
El problema radica en que muchas veces, los propietarios de autos no son conscientes de la importancia de mantener en buen estado estos pequeños pero cruciales elementos. Las bujías en mal estado no solo empeoran el rendimiento del motor sino que también incrementan el gasto de combustible debido al esfuerzo extra requerido para mover el vehículo. Esta situación resalta la necesidad de realizar un mantenimiento periódico del vehículo, que incluya la revisión y, de ser necesario, el cambio de las bujías para asegurar un funcionamiento óptimo del motor y una mayor eficiencia en el consumo de combustible.
Expertos en mecánica automotriz enfatizan que una buena práctica de mantenimiento vehicular no solo se traduce en ahorros significativos en términos de combustible sino también en una mayor longevidad y menor probabilidad de averías costosas. Aconsejan revisar el estado de las bujías periódicamente como parte de una rutina de mantenimiento preventivo. Además, sugieren que la atención a detalles aparentemente menores, como el estado de las bujías, puede tener un impacto considerable en el rendimiento general del vehículo.
¿Cuál es la mejor velocidad para ahorrar combustible?
Muchos conductores creen que manejar a una velocidad de 90 km/h es la forma más efectiva para ahorrar combustible. Sin embargo, el RAC (Royal Automobile Club) desmiente esta teoría señalando que no existe una velocidad óptima universal para la eficiencia en el consumo de combustible. Esta idea errónea se origina de antiguas evaluaciones que comparaban el consumo de gasolina en tres situaciones diferentes: conducción urbana, a 90 km/h y a 120 km/h.
RAC subraya que el llamado “mito de los 90 km/h” surgió de estudios anteriores en los cuales se medía el rendimiento del combustible bajo circunstancias muy limitadas. Es crucial entender que la eficacia en el uso del combustible puede variar significativamente según el tipo de vehículo, el estilo de conducción y las condiciones de la carretera. Por tanto, promover una velocidad única como la más eficiente es simplificar en exceso una cuestión mucho más compleja.
¿Qué motor gasta menos combustible?
Los vehículos con motores de bajo cilindraje, específicamente las versiones 1.0, 1.2 y 1.3 litros, se están convirtiendo en la opción preferida para aquellos consumidores que buscan maximizar su ahorro en combustible. Esto se debe a que estos modelos, que incluyen tanto coches convencionales como SUVs modernos como el Volkswagen T-Cross y Nivus, ofrecen un consumo significativamente menor en comparación con unidades de mayor cilindrada.
Estas unidades de motor pequeño, que generalmente se encuentra en los segmentos de entrada y medio de las gamas automotrices, presentan un consumo promedio que oscila entre los 5 y 6 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Esta eficiencia contrasta notablemente con los motores de 1.6 litros, los cuales consumen alrededor de 9 litros bajo las mismas condiciones. La inclusión de tecnología de turbo en modelos de mayor tamaño y prestaciones está permitiendo que los beneficios de eficiencia de combustible se extiendan a vehículos que tradicionalmente ofrecían un mayor gasto de gasolina debido a sus pretensiones de espacio y potencia.
El auge de los motores de menor cilindrada responde a una creciente demanda de opciones más sustentables y accesibles frente a los altos costos de combustible y la creciente conciencia ambiental. Los grandes fabricantes están invirtiendo en tecnologías que permitan reducir el consumo de combustible sin comprometer el rendimiento o la comodidad que los conductores esperan de sus vehículos.
Esta tendencia también refleja los esfuerzos de la industria por cumplir con regulaciones ambientales cada vez más estrictas, que promueven una movilidad más verde.