La actividad económica cerró el 2023 con una caída de 4,5% anual en diciembre, informó este jueves el Indec. De esa manera, la economía acumuló a lo largo del año pasado un retroceso de 1,6 por ciento. En el último mes del año hubo una contracción de 3,1% mensual, el número más pronunciado de todo el año.
Con relación a igual mes de 2022, en diciembre diez sectores de actividad que conforman el EMAE registraron subas, entre los que se destacaron Pesca (+8,8% interanual) y Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+8,1% interanual).
Ese último sector fue a su vez el de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguido por Explotación de minas y canteras (+6,2% ia). En contraposición, las ramas de actividad con mayor incidencia negativa fueron “Industria manufacturera” y “Comercio mayorista, minorista y reparaciones”.
Por su parte, cinco sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que sobresalieron Intermediación financiera (-12,2% ia) e Industria manufacturera (-11,9% ia). Junto con Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,5% ia) aportan 3,6 puntos porcentuales a la caída interanual del EMAE, precisó el Indec.
Los primeros datos del 2024 muestran que la recesión continuó en enero. “Todos los datos disponibles -en particular aquellos relacionados al mercado interno- evidencian un notable deterioro, no solo en términos anuales sino también versus el comportamiento de diciembre: el patentamiento de autos lidera la caída, con una variación de 33,0% interanual (vs. -5,8% en diciembre), seguido por las ventas minoristas (-25,5% interanual frente a -18,7% el mes previo) y la construcción (-28,2% vs. -17,4% en diciembre)”, enumeró la consultora que dirige Esteban Domecq.
También se redujo 20% el despacho de cemento (-12,9% en diciembre), 19,2% el patentamiento de motos (venía de crecer 16,7%), y 16,7% la producción de autos (vs -0,4% en diciembre). Por último, los impuestos nacionales ligados a la actividad cayeron entre 15% y 25% real anual (guarismos mucho peores a los del último mes de 2023)”, continuó.
Por último, remarcó como contraste que “los únicos dos indicadores que mostraron variaciones positivas fueron la liquidación de divisas del agro (64%), suba que se explica por la muy baja base de comparación -como consecuencia de la sequía histórica en 2023-; y pasajes de cabotaje total, con un crecimiento de 6,5 por ciento. En resumen: los sectores recesivos superaron ampliamente a aquellos expansivos durante diciembre-enero, profundizándose la caída de la actividad”, concluyó.
Un ejercicio similar hizo la consultora 1816. Los índices que incluyó en su relevamiento de cifras preliminares de actividad son los mismos que Invecq, pero le agregó a la ecuación el factor de la caída de los salarios, que repercute en el consumo masivo. “Si bien los datos de inflación marcan una clara desaceleración (25,5% en diciembre, zona 20% en enero, muy probablemente menos de 20% en febrero), la contracara de eso es la brutal recesión que muestran los indicadores de alta frecuencia de diciembre y enero”, indicaron en un informe a clientes. “El salario real de los trabajadores privados registrados tuvo en diciembre la mayor caída mensual en al menos 30 años y es muy probable que en enero los sueldos hayan alcanzado un nivel más bajo que el de la crisis de 2001″, anticipó.
En diciembre, según el Indec, los salarios avanzaron 8,9% nominal ante una inflación que fue de 25,5%, lo que implicó un muy marcado derrumbe del poder de compra de los ingresos familiares en un solo mes. En el último mes del año la peor parte se la llevaron los salarios del sector público, que quedaron 20 puntos porcentuales por debajo del ritmo de precios. Los privados crecieron 11% nominal mientras que los no registrados lo hicieron 7,6%, más allá de que los economistas suelen destacar que, por metodología oficial, el muestreo de este sector del mercado laboral tiene algunos meses de rezago y podría no mostrar la última foto realmente actualizada.
La actividad económica caería 4,3% en 2024, retracción que llevaría al PBI a ubicarse en niveles menores que en el 2010, según un informe de Fundación Capital. “Los primeros indicadores sectoriales ya exhibieron disminuciones en los primeros dos meses de la nueva gestión. El shock inflacionario que implicó una brusca caída del poder adquisitivo, el fuerte ajuste fiscal comprometido por las autoridades y la falta de un horizonte claro para la inversión, afectan la dinámica hacia delante”, indicó la consultora.
Varios indicadores de la actividad económica ya mostraron registros negativos en los primeros dos meses de la nueva gestión. Tanto el Índice Líder de la actividad (Universidad Di Tella), como el Índice de Producción Industrial mostraron bajas significativas ya en diciembre (-6,7% y -12,8% interanual).
“Si bien el sector externo aportará positivamente tras la recuperación del agro desde la sequía extrema del 2023, habrá que monitorear de cerca la situación climática que podría implicar pérdida en los rindes de la cosecha gruesa. En el mismo sentido, el desempeño exportador también podría verse en tensión ante un vertiginoso atraso cambiario y/o ampliación de la brecha. Así, la actividad económica podría ubicarse en los niveles más bajos desde 2010 (a excepción de 2020)”, concluyó esa consultora.
El Fondo Monetario Internacional había recalculado su estimación para la economía argentina este año y proyectó una fuerte caída de 2,8% como consecuencia del “ajuste considerable” que experimentará a lo largo del 2024 por las medidas del gobierno de Javier Milei.