El Gobierno analiza un acuerdo nuevo y la número 2 del FMI cierra su misión en la Argentina con una reunión con Milei

Gita Gopinath intercambió números sobre la marcha del plan económico del gobierno libertario con Caputo. El ministro de Economía aseguró que estudian un programa distinto al que finaliza en septiembre, algo que necesitaría aval del Congreso

El equipo económico reunido este miércoles con los enviados del FMI

La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional Gita Gopinath terminará este jueves su misión relámpago por Buenos Aires con una reunión con el presidente Javier Milei. La visita de la delegación del FMI se dio en el marco de una relación que fue relanzada hace poco menos de dos meses cuando el Gobierno presentó sus credenciales ante el organismo con un plan económico nuevo y la intención de poner al programa financiero de nuevo en sus carriles tras los incumplimientos del 2023.

Luis Caputo aseguró que el Poder Ejecutivo estudia negociar, directamente, un programa nuevo distinto al vigente que termina en septiembre y que pueda tener desembolsos adicionales. “Ellos pusieron la posibilidad en carpeta de un nuevo acuerdo, nosotros también estudiamos alternativas y hablamos sobre un nuevo acuerdo, para ver si hay algo mejor para los argentinos. No es que vamos a hacerlo sino que vamos a estudiarlo. Si es mejor y que implique más desembolsos, bien. Estamos estudiando lo que sea mejor para el país”, detalló el jefe del Palacio de Hacienda en una entrevista con TN.

Las números generales de la economía dominaron este miércoles el ida y vuelta, de carácter técnico y político, que sostuvieron Gopinath con los otros cuatro integrantes de la comitiva del Fondo Monetario, que llegó para monitorear la marcha de las medidas económicas que determinó Luis Caputo al iniciar su mandato en el Ministerio de Economía y que fueron apoyadas por Washington.

Hubo espacio, también para una mirada de perspectivas hacia adelante. El programa actual (Extended Fund Facility, que fue firmado y puesto en funcionamiento en marzo de 2022) terminará en septiembre y el Gobierno solicitó ante el organismo, en la última revisión técnica, que la décima instancia de examen de cumplimiento de metas se realice dos meses después de lo previsto. Hubo, en esa solicitud, una primera pista sobre lo que Caputo reiteró anoche: la chance de que el Poder Ejecutivo apunte a negociar un acuerdo nuevo una vez que finalice el vigente.

“Ellos pusieron la posibilidad en carpeta de un nuevo acuerdo, nosotros también estudiamos alternativas y hablamos sobre un nuevo acuerdo, para ver si hay algo mejor para los argentinos. No es que vamos a hacerlo sino que vamos a estudiarlo” (Caputo)

Las características y profundidad de un programa financiero renovado son todavía inciertos. La Argentina, en los últimos seis años, pasó por dos modelos de acuerdo distintos: el Stand By de 2018, que se caracteriza por desembolsos y devolución rápidos para paliar efectos de una crisis de balanza de pagos. Y desde 2022, un Extended Fund Facility (EFF), que se utilizó para financiar los vencimientos del SBA y que tiene plazos más largos (el repago termina en 2032), pero con la exigencia de reformas estructurales.

Caputo recibió a Gopinath este miércoles para conversar sobre la marcha del plan económico

Una vía alternativa que tendría el Gobierno para hacerse de divisas por parte del FMI sería reclamar la parte que el corresponde a la Argentina del nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad creado por el organismo durante la pandemia, aunque se trataría de una suma muy menor: USD 1.300 millones. Durante los meses de campaña se analizó, como alternativa, si un préstamo del FMI no podría servir para instrumentar una dolarización completa de la economía. En todo caso, un préstamo nuevo con el Fondo necesitará de la aprobación del Congreso, una institución lejana a la sintonía del Poder Ejecutivo libertario.

El equipo económico también evaluó en los últimos días los próximos pasos en el desarme de controles cambiarios, con un timing y profundidad que todavía está en estudio. Milei y luego Caputo habían anticipado que ese paso podría tener lugar en algún momento de los próximos meses. Como una guía inicial, el staff report publicado hace poco menos de un mes había adelantado que esa hoja de ruta iniciaría con el fin del modelo blend de tipo de cambio exportador (80% al dólar oficial y 20% al contado con liquidación) y que más adelante podría seguir con el fin del impuesto PAIS y del cepo cambiario, como última instancia.

Gopinath aseguró tras la reunión con el equipo económico que buscarán profundizar los “esfuerzos en curso para restaurar la estabilidad macroeconómica, proteger a los vulnerables y fortalecer las perspectivas de crecimiento en Argentina”. Más allá de la verba habitual fondomonetarista, asoman dos asteriscos que Washington antepone respecto a la marcha del plan económico: su apoyo político, su viabilidad social y el margen de acción para extremar medidas. Son todos conceptos que el FMI planteó en el extenso documento técnico en que analizó en detalle las perspectivas del plan Caputo.

La inflación es otro tema de estricto seguimiento por parte del Fondo. Caputo había sugerido, el martes, que el ritmo de suba de precios podría acercarse al 10% en febrero, antes de retornar a la zona de un dígito mensual. El organismo había considerado que la inflación aceleraría antes de comenzar un proceso de caída paulatina, que haga terminar al índice anual, a fin de año, en torno del 150 por ciento. Para eso, estimó el equipo técnico del FMI, la suba de precios mensual debería volver al terreno de un dígito mensual en algún momento del segundo trimestre del año.

La inflación, proyectó el FMI “se mantendrá por encima del 25 por ciento mensual en enero, a medida que se eliminen los desajustes relativos de precios y otros controles de precios”. La desaceleración tendría lugar si el Gobierno consigue sostener “la consolidación fiscal, mejoras en el marco de política monetaria y una reducción de los márgenes de beneficio empresarial a medida que se cumplan las condiciones de recesión y se eliminan las distorsiones del mercado”, planteó el staff.

Durante los meses de campaña se analizó, como alternativa, si un préstamo del FMI no podría servir para instrumentar una dolarización completa de la economía. En todo caso, un préstamo nuevo con el Fondo necesitará de la aprobación del Congreso, una institución lejana a la sintonía del Poder Ejecutivo libertario

Parte del diagnóstico que hace el FMI del plan económico de Milei está atravesado por el impacto que podría tener en los indicadores sociales, y en cómo el Gobierno debería actuar para intentar mitigar ese efecto. En distintas ocasiones a lo largo del extenso informe, en el que el Fondo Monetario reconoce que el ajuste podrá ser “doloroso”, recomienda reforzar las partidas presupuestarias de ayuda social y evitar que pierdan poder adquisitivo, aunque considera que podría no ser suficiente para evitar la conflictividad social.

Para el FMI, el nivel de pobreza y de poder de compra de los salarios están en sus peores niveles en 20 años. “Dada la delicada situación social y el hecho de que los beneficios del plan de estabilización tardarán en materializarse, no se pueden descartar los riesgos de malestar social, incluso con algún refuerzo de la red de seguridad social. Además, los graves desequilibrios y las incertidumbres sobre el impacto de las políticas significan que el paquete de estabilización puede no producir los resultados previstos”, alertaron los técnico del FMI.

En el encuentro, Caputo estuvo secundado por su secretario de Finanzas Pablo Quirno, el director argentino ante el FMI Leonardo Madcur, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el vice de esa institución Vladimir Werning. Del otro lado de la mesa, junto a Gopinath, estuvieron el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental Luis Cubeddu, el jefe de la misión argentina ante el directorio del Fondo Ashvin Ahuja y el representante permanente en el país, Ben Kelmanson.

La reunión se extendió hasta las 15 de este miércoles y los funcionarios del FMI partieron raudamente del Palacio de Hacienda en vehículos separados para continuar con la apretada agenda que tiene Gopinath en los dos días que pasará en Buenos Aires. Por la tarde, estaba previsto que la delegación del organismo mantuviera encuentros con economistas ligados a bloques de la oposición “dialoguista” en el Congreso.

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