La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional Gita Gopinath se reunió este miércoles con el ministro de Economía Luis Caputo, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el jefe de gabinete Nicolás Posse en el Palacio de Hacienda, en el primer día de misión de la número 2 del organismo en Buenos Aires.
“Encantada de estar en Buenos Aires. Tuve una productiva discusión con el Ministro Caputo, el presidente del Banco Central Bausili y el Jefe de Gabinete Posse sobre los esfuerzos en curso para restaurar la estabilidad macroeconómica, proteger a los vulnerables y fortalecer las perspectivas de crecimiento en Argentina”, escribió en su cuenta de X la mano derecha de Kristalina Georgieva.
En el encuentro, Caputo estuvo secundado por su secretario de Finanzas Pablo Quirno, el director argentino ante el FMI Leonardo Madcur, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y el vice de esa institución Vladimir Werning. Del otro lado de la mesa, junto a Gopinath, estuvieron el subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental Luis Cubeddu, el jefe de la misión argentina ante el directorio del Fondo Ashvin Ahuja y el representante permanente en el país, Ben Kelmanson.
La reunión se extendió hasta las 15 de este miércoles y los funcionarios del FMI partieron raudamente del Palacio de Hacienda en vehículos separados para continuar con la apretada agenda que tiene Gopinath en los dos días que pasará en Buenos Aires. Por la tarde, estaba previsto que la delegación del organismo mantuviera encuentros con economistas ligados a bloques de la oposición “dialoguista” en el Congreso.
El FMI espera conocer de primera mano cómo continúa la implementación del programa económico del gobierno libertario, justo en momentos en que atraviesa el peor momento en términos de impacto en la actividad y en los salarios, y con un nivel de conflictividad gremial y de tensión social que amenaza con agudizarse.
El Gobierno de Milei consiguió hace poco menos de un mes la aprobación de un desembolso por USD 4.700 millones tras la séptima revisión técnica que se desarrolló también en Buenos Aires. El Ministerio de Economía y el Banco Central acordaron un nuevo esquema de metas de déficit fiscal y de acumulación de reservas y el Fondo Monetario apoyó el plan económico de Caputo.
La recalibración que hicieron entre el staff técnico y el Ministerio de Economía junto con el Banco Central movió los objetivos hacia un marcado superávit primario y una acumulación de divisas de unos USD 10.000 millones.
En lo que va del mandato de Milei las reservas brutas crecieron desde los USD 21.200 millones en el momento del cambio de Gobierno a superar, este martes, los USD 27.000 millones. Los números que releva el mercado marcan que a esta altura, a falta de seis semanas hasta la fecha de corte del primer trimestre, el BCRA ya acumuló reservas de acuerdo a la primera meta del año, que son USD 6.000 millones. Desde ahora tendrá que sostenerlo hasta fines de marzo.
La otra meta que el Ministerio de Economía puede mostrar ante Gopinath es la de la marcha del ajuste fiscal. Es, para los cálculos de los técnicos del organismo, uno de las correcciones fiscales más agresivas a nivel global en los últimos treinta años. El 2024 debería terminar con un saldo favorable de 2,8 billones de pesos. Solo en enero la Secretaría de Hacienda ya consiguió mostrar 2 billones de superávit antes del pago de intereses de deuda. Esto implicaría, tal como mostró un cálculo de la consultora PxQ, que hasta tendría margen para achicar el superávit algo más de 1 billón de pesos sin alejarse de la meta.
Más allá de la marcha del programa, el Fondo Monetario planteó en su documento y en conversaciones con actores del mercado las preocupaciones que tiene sobre el programa económico, que en sus términos generales apoyó. El impacto y la viabilidad social del plan de ajuste forma parte de las preocupaciones principales de las autoridades del Fondo Monetario sobre el devenir del programa de Gobierno. En Washington temen que pueda haber una tensión social mucho mayor e insistieron ante los funcionarios argentinos que deberán reforzar las partidas de asistencia social para mitigarla.