El calor del verano no logró atemperar la frialdad que está registrando la economía desde fines del año pasado. El jueves el Indec dará a conocer los datos de la actividad económica de diciembre y se descuenta que serán negativos, incluso peores que los de noviembre, cuando el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró mermas no sólo interanuales sino también mensuales. Pero ya corre mediados de febrero y lo que preocupa a los empresarios es que los datos de enero registraron caídas drásticas, de entre 30% y 40% interanual, y la misma tendencia le cabe al segundo mes de este 2024. Peor aún, nadie cree que la situación empiece a revertirse en marzo.
En este contexto, las estrategias de las compañías son variadas, pero lo que anticipa la mayoría es que si este escenario de retracción de la demanda persiste por varios meses, el empleo se verá severamente afectado.
Por ahora, sólo se trata de reducción de horas extras, turnos y trabajadores tercerizados, además de adelanto de vacaciones y algunas suspensiones, pero en las empresas analizan todas las alternativas posibles, y los despidos, en este contexto, están a la vuelta de la esquina. La última encuesta realizada por la UIA, con datos de enero relevados en febrero, marcan, según dijeron fuentes de la entidad a Infobae, que si bien son más las empresas que contestaron que cayó el empleo que las que dijeron que subió, la mayoría de los empresarios volvió a contestar –al igual que la encuesta anterior– que mantuvo la nómina de trabajadores.
El jueves el Indec dará a conocer los datos de la actividad económica de diciembre y se descuenta que serán negativos, incluso peores que los de noviembre
La encuesta, que se difundirá en las próximas semanas, también refleja que la principal inquietud de los industriales hoy es el nivel de actividad y el financiamiento, es decir, de qué manera afrontar la recesión. Además, la mayoría cree que hoy no es un buen momento para invertir. “
El dato de enero no está cerrado, pero está todo en rojo. Puede ser que esté bastante parecido a diciembre. Respecto de febrero, estamos viendo que hay bastante contracción, se evidencia una baja en la recaudación del IVA; van a ser meses duros hasta abril”, dijeron en la central que preside Daniel Funes de Rioja.
¿Cuáles son los sectores más y menos comprometidos?
Los rubros orientados al mercado interno son, naturalmente, los más perjudicados por este escenario recesivo, explicado por los altos niveles de inflación y la caída del salario real.
Frente al impacto que tuvo en precios la devaluación de diciembre, sumada a la recomposición de todos los precios relativos que acumulaban importantes atrasos –los regulados, especialmente–, los ingresos se quedan atrás y eso se traduce rápidamente en un freno al consumo. Las ventas minoristas se derrumbaron 28% en enero; los patentamientos de autos, 33%; la venta de indumentaria y calzado, entre 30% y 40%; lo mismo le sucedió a los locales de venta de electrodomésticos; los despachos de cemento tuvieron una contracción de 20%, y la enumeración sigue. Los comerciantes se dan vuelta y compran menos a los fabricantes, que también acusan caídas de producción del orden del 30% promedio.
“El año puede llegar a dar, en promedio, una caída del 30% en unidades, en función de los números que estamos analizando. La actividad se planchó fuerte, los pedidos no se están haciendo y está muy difícil que se cumplan los compromisos asumidos. Las marcas quieren bajar los pedidos de invierno que se hicieron a partir de octubre, con lo cual, el panorama es bastante pesimista”, señaló el titular de la Fundación Pro Tejer, Luciano Galfione.
Respecto del impacto en el empleo, otra fuente consultada señaló que “está habiendo suspensiones, pero todavía no es algo masivo, y menos los despidos”. “Al sector textil le cuesta mucho recontratar personal cuando la actividad se recupera, además de que el costo de las indemnizaciones es muy elevado. De todas formas, si en el corto plazo la actividad no empieza a moverse un poco, este escenario se va a profundizar”, remarcó el empresario textil.
Desde el sector metalúrgico, en tanto, remarcaron que se reflejan caídas importantes en algunos sectores, los ligados a la siderurgia o el sector automotriz –que está prácticamente parado–, pero que las vinculadas a la energía están con un buen nivel de actividad.
Al respecto, fuentes de Acindar confirmaron a este medio que “la caída en el nivel de actividad ronda el 30%” y que “es preocupante porque es una empresa con muchos empleados”. Así fue enero y febrero mantiene la misma tendencia, dijeron en la empresa, al tiempo que explicaron que están afectadas las ventas de acero para la construcción –por el período estacional pero también por la situación de mercado, con el freno de la obra pública– y los aceros industriales, que se venden a las distintas industrias para sus procesos productivos.
“En febrero se espera una caída similar a la de enero o aún mayor. Y en marzo se verá, pero no vemos que empiece a levantar. La duda es si se agrava o se sostiene. En este contexto, se está ajustando la producción al nuevo nivel de demanda –los precios en dólares se mantuvieron– y estamos tratando de exportar más para preservar el personal”, dijo la fuente de la siderúrgica. De todas formas, precisó que lo que sí se achicó es el personal tercerizado, por ejemplo, para hacer las tareas de mantenimiento. Ahora, ese trabajo lo hacen los mismos operarios que tienen menos trabajo.
Las ventas minoristas se derrumbaron 28% en enero; los patentamientos de autos, 33%; la venta de indumentaria y calzado, entre 30% y 40%; lo mismo le sucedió a los locales de venta de electrodomésticos
El presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), Martín Rappallini, es el dueño de Cerámica Alberdi y según consignó las ventas en su empresa cayeron 25% en enero respecto del mismo mes del año anterior. En febrero, dijo, se mantiene la misma tendencia, aunque con una leve mejora (la caída de este mes, hasta ahora, se ubica en torno al 22%); y planteó que están exportando bastante más y que fue por eso que la caída no fue mayor. De tener un porcentaje de venta al exterior de entre 15% y 20%, hoy subió a 20/25 por ciento.
En el caso del sector automotriz, varias terminales como General Motors, Nissan, Renault y Volkswagen hoy no están produciendo o lo están haciendo parcialmente por falta de suministro de piezas –aún no está resuelto el abastecimiento de partes producto de la deuda acumulada con proveedores del exterior–, pero cuando regresen –se espera que suceda en marzo–, volverán con caída en la producción, ya que si bien exportan bastante, el mercado interno se derrumbó. Y este reacomodamiento se trasladará al sector autopartista, con las consecuencias que generará en el empleo.
“Vemos una recesión corta pero profunda. La economía va a tocar piso hacia el arranque del segundo trimestre y empezará una tibia recuperación” (Izquierdo)
El mundo de los alimentos también está afectado por la caída del poder adquisitivo de los consumidores, aunque no con bajas tan pronunciadas debido a que es un rubro con una demanda más inelástica. De hecho, la venta de productos de consumo masivo cayó 3,8% en enero, según el último dato de la consultora Scentia –en las cadenas, la contracción fue del 8%–, y los datos de febrero preliminares también son negativos, al menos en el canal moderno.
“Vemos una recesión corta pero profunda. La economía va a tocar piso hacia el arranque del segundo trimestre y empezará una tibia recuperación, traccionada inicialmente por el agro, a partir de abril. Luego, cobrará más impulso hacia el tercer trimestre de la mano de una recuperación en el margen de la masa salarial en términos reales”, precisó la economista de Abeceb, Natacha Izquierdo.
En la consultora avizoran una caída del PBI del 4,1%, que ascendería a 7% si se excluyera el agro. En cuanto a los sectores con mejores perspectivas, mencionó los más transables, como el petróleo y el gas, la minería, el agro y el sector de servicios del conocimiento, mientras que los más afectados serán la construcción, los bienes semidurables, como los electrodomésticos, y el comercio minorista.