Al igual que Osvaldo Giordano, el exdirector de la Anses, Flavia Royón, la ahora exsecretaria de Energía, fue una de las víctimas políticas del fracaso legislativo de la “ley ómnibus” del gobierno.
Apenas cayó el proyecto, desde el Ejecutivo se empezó a hablar de “traición” de gobernadores como Gustavo Sáenz, de Salta, de quien Royón había sido secretaria de Energía y Minería provincial, porque diputados nacionales de esa provincia alineados al gobierno provincial habían votado contra artículos e incisos de ese diseño legislativo.
Apenas empezaron a circular las versiones que hablaban de “traición” y posibles renuncias y despidos, Royón llamó al ministro de Economía, Luis Caputo, de quien dependía como secretaria de Minería, y le dijo que tenía la renuncia a su disposición, según contó esta mañana, entrevistada en el programa “Aire de Noticias”, por radio Mitre.
¿Por qué te echaron?, le preguntaron a la ahora exfuncionaria, quien reiteró varias veces a lo largo del diálogo que respetaba la decisión del presidente Javier Milei de prescindir de ella, que un cargo político es “muy distinto de un cargo normal” y que la mayor parte de su vida profesional la había hecho en el sector privado.
“El ministro Caputo me reconoció, pero la política tiene estas cosas y soy respetuosa del presidente. Y yo sí apoyaba la ley ómnibus”
Royón respondió que todo ocurrió después de la caída de la ley ómnibus. “Soy de Salta, trabajé con el gobernador Sáenz y empezó a circular la versión de que el gobernador había roto en teoría un acuerdo político. Yo me abocaba a lo técnico, no tenía que ver cómo iban a votar los diputados de Salta. Tomé con naturalidad mi salida. Cuando me fui de la gestión anterior (en referencia a su cargo como secretaria de Energía durante la gestión ministerial de Sergio Massa, en el gobierno de Alberto Fernández) ya tenía alternativas en el sector privado. Pensé para aceptar el cargo. Lo hice por vocación de servicio”.
La ahora exfuncionaria contó que cuando empezaron los trascendidos de eyección de funcionarios vinculados a gobernadores como el cordobés Martín Llaryora y el salteño Sáenz, le mandó un mensaje y pidió hablar con Caputo. “Le dije que estaba mi renuncia a disposición, no estaba atornillada . Siempre trabajé en el sector privado. Lo del cargo público es sacrificio. Caputo me dijo que había ruido político y cuestiones políticas que impedían mi continuidad en el cargo. Le dije, te agradezco, tiene mi renuncia a disposición.
“Excelente trabajo”
Royón relató que Caputo le había dicho que estaba haciendo “un excelente trabajo”.
“Habíamos consolidado financiamiento en Alemania en la Unión Europea, teníamos trabajo en marcha con provincias para desarrollar infraestructura. Habíamos empezado a conversar sobre cambios normativos, pero minería la propiedad y la gestión de los recursos es de las provincias. Caputo me reconoció el trabajo”, dijo Royón, quien señaló que aún así el presidente tenía la atribución de pedir la renuncia de los funcionarios de su gobierno. “Es el presidente, ha sido elegido democráticamente y hay que respetar estas decisiones”.
La exfuncionaria agradeció también mensajes de funcionarios públicos, de gobernadores, del sector privado y de su propio equipo de trabajo, pero también señaló que “el mundo está lleno de imprescindibles”
“El ministro (por Caputo) me reconoció, pero la política tiene estas cosas y soy respetuosa del presidente. Y yo sí apoyaba la ley ómnibus, para la minería era positiva”, aclaró Royón.
¿Eso no le importó al presidente?, la azuzaron en la entrevista. “El presidente tendrá otros cuadros y querrá cerrar acuerdos con otros frente políticos. Yo de ninguna manera voy a ponerme a discutir eso”, respondió la exfuncionaria.
Royón dijo que desconocía si había habido un “acuerdo político” incumplido del gobernador Sáenz con el gobierno nacional. En todo caso, aclaró, “no participé y lo desconozco, y no puedo influir en el voto de un diputado, que fue elegido y vota como le parece. Trabajé muy bien con Caputo, una buena persona y superprofesional. Desde lo personal lo tomo con naturalidad. Vengo del sector privado y no estoy atornillada a un cargo”.
“Es muy distinto el trabajo en el sector privado, e incluso en el mismo sector público en cargos sin connotación política. Yo siempre respeté las líneas técnicas y siempre trabajé con profesionales que ya estaban en el Estado. El presidente puede tener su decisión sobre los cargos políticos. Por eso tomo con naturalidad esta situación”, reiteró, para reconocer finalmente que había sido víctima de una “esquirla” del fracaso de la ley ómnibus.