La acelerada acumulación de reservas que hilvanó desde el cambio de gobierno el Banco Central tras el salto devaluatorio de diciembre, más el desembolso desde el Fondo Monetario Internacional que fue habilitado la semana pasada, prepararon el terreno para que el Poder Ejecutivo alcance el nivel de acopio de divisas al que se comprometió con el FMI para fines de marzo. El BCRA necesitará, de todas formas, juntar para llegar al objetivo otros USD 1.200 millones más en las siete semanas que lo separan de esa fecha de corte en medio de una erosión en la competitividad del tipo de cambio oficial por la aceleración inflacionaria.
El programa nuevo con el Fondo Monetario le puso al Banco Central nuevas pautas de acumulación de reservas en el camino hasta septiembre de este año, que es cuando termina, en los papeles, el Extended Fund Facility (EFF) que comenzó en marzo de 2022. Más allá de la meta anual, que implica la acumulación de USD 10.000 millones en el primer año de gobierno de Javier Milei, hay objetivos intermedios que están marcados por la dinámica cambiaria estacional que tiene cada año.
Así, por caso, el segundo trimestre del año, que coincide con la liquidación de la cosecha gruesa de la soja, es el techo de acumulación de dólares en el BCRA -USD 9.200 millones más que en diciembre pasado- que establece el programa con el Fondo, y le da al Poder Ejecutivo un margen para incluso perder unos USD 1.800 millones de reservas entre julio y septiembre, en los meses de habitual menor ingreso de divisas por el comercio exterior.
La primera escala en esa hoja de ruta tiene como deadline el 31 de marzo. Ese día el Banco Central debería haber acumulado unos USD 6.000 millones en comparación con el nivel de divisas que tenían sus arcas cuando Milei asumió el mando de la Casa Rosada. Las metas trimestrales de acumulación de reservas incluyen en la cuenta los desembolsos que el Fondo Monetario habilite a lo largo del año para el gobierno a medida que cumpla las metas.
Tras la última revisión, el FMI envió USD 4.700 millones pero de ese total USD 2.800 millones fueron utilizados para pagar los vencimientos de enero y febrero. Otros USD 920 millones están en el “debe” del Ministerio de Economía porque deberán ser devueltos a la CAF, el banco regional que realizó un préstamo de corto plazo al Palacio de Hacienda para cubrir las obligaciones de pago de diciembre pasado, cuando el Gobierno todavía no contaba con los Derechos Especiales de Giro (DEG) de Washington.
Con todo, el proceso de acumulación de reservas que se inició tras la devaluación del 13 de diciembre le permitió al BCRA tener un resultado positivo en el saldo de compra venta de divisas superior a los USD 5.900 millones. Las reservas netas, a fines de enero, todavía estaban en una zona de los USD 4.200 millones negativo, según estimaciones de LCG. Esa misma consultora estimó que el último día de enero la distancia que tenía el BCRA con la meta del primer trimestre comprometida con el FMI era de 700 millones de dólares.
Pero en la primera semana de febrero, aseguraron a Infobae desde LCG, alejó al Banco Central de ese umbral mínimo de reservas hasta cerca de USD 1.200 millones. “El 31 de enero llegaron a pasarlo con el desembolso pero el 1° de febrero pagaron los intereses y eso los alejó nuevamente de la meta. Además, las reservas brutas están cayendo un poco por lo que ahora están a USD 1.200 millones de llegar a cumplir la meta”, resumieron desde esa consultora.
El proceso de acumulación de reservas que se inició tras la devaluación del 13 de diciembre le permitió al BCRA tener un resultado positivo en el saldo de compra venta de divisas superior a los USD 5.900 millones
El BCRA, entonces tendría siete semanas para acopiar esa cantidad de dólares. Febrero y marzo estarán marcados, de por sí, por cierto consenso que circula en el mercado respecto a un retroceso en el nivel de competitividad cambiaria que ganó el dólar oficial por la devaluación del 13 de diciembre, producto del crawling peg de 2% mensual en un contexto de inflación de 25,5% en diciembre y de entre 18 y 20% -según consultoras- para enero. Ese “ancla” nominal que el Gobierno estableció como movimiento inicial de política económica podría empezar a perder credibilidad, y el mercado interpreta que la autoridad monetaria podría determinar un salto cambiario más o acelerar el ritmo de depreciación diaria del tipo de cambio.
LCG, también, mencionó al respecto que “en el corto plazo es esperable que el ritmo de acumulación siga resintiéndose en la medida que la corrección del crawling del 2% se percibe más cercana, y por el hecho de que los importadores comienzan a acceder al MLC autorizados por el BCRA. No creemos que en este contexto el BCRA tenga margen para sostener el atraso del tipo de cambio por un período prologando. Vemos como probable que el dólar oficial vuelva a corregirse más temprano que tarde y que el BCRA se vea obligado a sostener los controles sobre el mercado de cambios por lo menos durante todo el primer semestre, hasta tanto pueda consolidar el proceso de acumulación de reservas”, concluyó.
Para Pablo Repetto, de la consultora Aurum Valores, “de persistir con el 2% mensual y aún con inflaciones más bajas como la que tiene el REM, se va a apreciar mucho el tipo de cambio hacia fines de marzo. Un punto que se puede usar para mensurar si hay un atraso o no: si uno toma el tipo de cambio real de los días previos a la PASO de 2019 -en que había muchas más reservas, casi equilibrio fiscal primario e inflación mucho más baja- estás con un tipo de cambio real que era más alto que el que vas a tener a fin de febrero si seguís con este ritmo de depreciación”, dijo a Infobae. Y aseguró que para el Gobierno “ejecutar otro salto cambiario va a ser muy negativo hasta políticamente”.
El FMI ya había dado su propia opinión al respecto. El organismo dijo que el Gobierno se comprometió a mantener la competitividad cambiaria, que se verá afectada por el avance de la inflación ante un tipo de cambio que se actualiza a 2% mensual. “Tras la gran devaluación inicial a mediados de diciembre, las autoridades se han comprometido a mantener una política cambiaria coherente con los objetivos de acumulación de reservas y un régimen basado en el mercado que evite el enfoque anterior de gestionar los mercados de divisas paralelos y de futuros”, mencionó el staff report que se conoció hace una semana.
El propio ministro Luis Caputo se metió en la discusión sobre el nivel de atraso cambiario que pueda existir. El jefe del Palacio de Hacienda salió al cruce de ese posteo en la red social X con su propia opinión sobre si existe, o no, una situación de atraso cambiario definitiva. “Los niveles de inflación que suponen ese análisis están bastante alejados de la realidad, empezando por enero que ya es casi dato va a estar en el entorno al 20 por ciento. También son muy superiores al REM, que espera 21,9 / 18 / 15,3 y 13 (de enero a abril). Por lo tanto, la conclusión está sesgada por un supuesto que hoy por hoy no comparte nadie”, mencionó Caputo.
Hasta fines de enero el Gobierno estaba a 700 millones de alcanzar la meta de fines de marzo, pero en la primera semana de febrero se alejó el Banco Central de ese umbral mínimo de reservas hasta cerca de USD 1.200 millones
“Cuando nosotros hacemos la evaluación del tipo de cambio real aún asumiendo una inflación en torno al 20%, va a ser más baja en febrero y más baja en marzo. Tomando como base la salida del cepo de Macri (en diciembre de 2015), a fin de marzo estarías 17% arriba de ese dólar de Macri. Por otro lado, muchos cometen el error de compararlo con el tipo de cambio de Alberto Fernández y Sergio Massa. Ese es el tipo de cambio de una situación insostenible. No es el tipo de cambio real de la Argentina”, había comentado, además, en una entrevista en La Nación +. “Entiendo el escepticismo, pero estamos confiados porque las cosas están evolucionando muy en línea con lo que estábamos esperando”, cerró Caputo al respecto.
Los números del Banco Central, que tiene una medición de tipo de cambio real multilateral -es decir, el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales 12 socios comerciales del país-, muestran que si bien es cierto que el dólar está un 20% más alto que el nivel que tenía el día que el gobierno de Macri desarmó el cepo en 2015, desde la devaluación del 13 de diciembre, el tipo de cambio perdió casi la mitad de la competitividad que ganó por el salto de ese día.