Fuerte demanda por el Bonar 2030: por qué es el bono más negociado del mercado financiero

El AL30 tiene amplia liquidez y es el elegido para dolarizar carteras, mientras que para los inversores ofrece una tasa interna de retorno muy atractiva del 36% anual en dólares

El Bonar 2030 (AL30) negocia más de USD 100 millones diarios en la Bolsa.

Más allá del duro recorte de precios de 4% de este miércoles, luego del fracaso del oficialismo para el tratamiento legislativo de la Ley Ómnibus, los bonos soberanos en dólares mantienen un sesgo alcista en el último mes y se mantiene la confianza de los operadores bursátiles por el espacio que observan para que sigan con una racha positiva en 2024.

Tanto los bonos Globales en Wall Street de duración más corta, los GD29 y el GD30, como los Bonares de duración similar (AL29 y AL30) exhiben alzas acumuladas de 11% en dólares en las últimas cuatro semanas. Los primeros fueron emitidos bajo legislación extranjera y los segundos, con ley argentina.

El AL30 hoy vale USD 41 y ofrece una tasa interna de retorno de casi 36% anual en dólares

De estos títulos públicos, no obstante, la “estrella” es el Bonar 2030 (AL30), pues es el que goza de mayor liquidez y preferencia por parte de los inversores. Solo por dar un ejemplo, ayer en una rueda muy bajista para la renta fija y la variable, el AL30 negoció en su especie “D” unos USD 80 millones entre el segmento PPT (Prioridad Precio Tiempo) y el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos). A la vez, el Bonar 2030 operó en su especie “C” unos USD 79,5 millones en Senebi y PPT.

Es decir que solo este título, que es la referencia de la emisión de bonos reestructurados en 2020, operó por sí solo unos USD 160 millones en la Bolsa local, una cifra que es más que la mitad de los USD 265,4 millones que se negociaron en el mercado mayorista, donde se cursan las operaciones de comercio exterior.

¿Por qué el Bonar 2030 es el preferido por los inversores?

  1. Precio atractivo. Los expertos de TSA Bursátil enfatizaron que “es menester evaluar el segmento de activos que, según el consenso de analistas locales, cuenta con una de las mejores relaciones entre su riesgo y rentabilidad esperada: los bonos soberanos argentinos en dólares. Vale la pena destacar que, actualmente, no se da una situación donde las paridades se encuentran en el rango de entre 20% y 30%, el cual, si bien denota un importante estrés, es un intervalo de valuaciones donde los espacios al alza son marcadamente superiores que aquellos a la baja”. El analista financiero José Ignacio Bano afirmó que “como alternativa de inversión, me gustan más los bonos con ley extranjera que los de ley local, por la cobertura que da una legislación más inviolable. O sea, yo preferiría el GD30 al AL30 aunque el rendimiento sea algo menor. Hoy el AL30 tiene una TIR (tasa interna de retorno) de casi 36% (anual en dólares) mientras que el GD30 tiene una TIR de casi 32%. Esos 4 puntos de diferencial se explican por el mayor riesgo que ven los inversores en el AL30 por sobre el GD30″.
  2. Amplia liquidez. El muy importante volumen diario que concentra el Bonar 2030 no necesariamente corresponde a un genuino interés inversor. Hay que tener en cuenta que la vigencia del “cepo” hizo que los ahorristas ya naturalizaran la compra de divisas a través del dólar MEP, que se cursa por el AL30D y hoy se paga a menos de 1.200 pesos. También incide que el 20% de las exportaciones es liquidada a través del mercado de “contado con liquidación”, también con este bono. José Ignacio Bano recordó que el AL30 “es el activo preferido para hacer dólar MEP o dólar Cable, por eso opera tanto. No necesariamente es el preferido para invertir. Hay restricciones en algunos casos para operar los ley extranjera (los GD) que no aplica para los ley local. Además, dentro de los ley local, tiene la mejor combinación de monto emitido -emisión grande que ayuda a la liquidez- y menor plazo -lo que lo hace menos volátil que los otros-. El AL29 es más corto que el AL30 pero con una emisión más chica”.
  3. Ancla fiscal. Un motor para las alzas de los bonos soberanos es la capacidad de pago del Gobierno. Y en este aspecto, el compromiso del ministro Luis Caputo por alcanzar el equilibrio de las cuentas públicas desde el vamos le da respaldo a los papeles de la deuda. “Para la Administración Milei, el ajuste fiscal es el único ancla del plan del Gobierno para bajar la inflación. Caputo debe detallar cómo se va a llegar al equilibrio fiscal, o el mercado podría bajarle el pulgar y la brecha cambiaria podría dispararse para volver a ubicarse por encima del 100%. La mitad de la inflación de enero sería por arrastre estadístico de diciembre, pero la clave está en que febrero se ubique en torno a 16% porque un alza de 20% podría alentar a una suba de tasas de interés”, explicó un reporte de Wise Capital. “El ancla fiscal es de mediano plazo porque primero tiene que verse el ajuste. Es necesario que haya etapas más cortas que acompañen, como el aumento de las tasas de interés. Como este no es el camino elegido, la variable para desacelerar la inflación es la licuación de salarios, lo que trae aparejado una fuerte caída del consumo y, por consiguiente, una recesión. Esperamos que la economía comience a recuperarse en el último cuatrimestre del año”, agregó. Caputo anunció esta semana un estricto control fiscal sobre las finanzas públicas, anunciando un objetivo explícito de superávit financiero para fin de año. Y proyectó un superávit en enero que podría superar el billón de pesos. “Habrá que dejar pasar los días y realizar un control de daños, la ley no aprobada obligara a un cambio de plan, el escenario se pone más complejo. Creemos que el Gobierno buscará equilibrio fiscal quitando subsidios -la consecuencia será más inflación a corto plazo-, anclara el tipo de cambio atrasando al dólar, y los inversores esperarán más tiempo para invertir”, indicó el analista y asesor de negocios Salvador Di Stefano.
  4. Un Gobierno con más dólares. La compra de divisas que efectúa el Banco Central en el mercado mayorista está mejorando el balance de la entidad, que anota un saldo comprador total de USD 6.672 millones desde el lunes 11 de diciembre, inclusive. También un esperable superávit comercial para 2024 contribuye a la percepción generalizada de que el Gobierno contará con más dólares, con los cuales atender los pagos de deuda en moneda extranjera. En este marco, apuntaló al precio de los bonos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) extendió el plazo de duración del programa de crédito con Argentina por 44.000 millones de dólares por tres meses para brindar tiempo al nuevo gobierno de implementar el actual programa de estabilización de su economía y acumulación de reservas.
  5. Impulso externo. Desde Portfolio Personal Inversiones indicaron que “no podemos dejar de lado el plano internacional”, pues “Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, reiteró que probablemente sea demasiado pronto para iniciar los recortes de tasas en la reunión de marzo. Si bien sigue la línea con los últimos dichos y trascendidos, es un tema fundamental para seguir de cerca ya que afecta directamente al segmento de deuda emergente”. “El escenario internacional, más allá de la volatilidad, va a jugar a favor de la Argentina, ya que se esperan tres bajas en la Fed Fund Rate durante 2024. Esta fuerte caída no sólo va a beneficiar a los mercados emergentes por el lado de las inversiones en bonos y acciones, sino que en el caso de una Argentina normalizada, hacia finales de año podría aparecer proyectos de inversión extranjeros, especialmente en todo lo relacionado con la minería. Se estima que la Fed Fund Rate termine el año en torno a 4,75%”, consideró Wise Capital en un informe.