El ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, se expresó a través de la red “X” sobre el traspié que sufrió el tratamiento de la Ley Ómnibus en el Congreso. El funcionario aclaró que la votación o no de la ley “no va a cambiar el rumbo económico” que viene llevando adelante el Gobierno.
“No se va a gastar más de lo que se recauda. Y el Banco Central no va a financiar al tesoro. Eso es lo que va a garantizar no volver a pasar los problemas de los últimos 20 años”, aseguró en su publicación.
Asimismo, el ministro intentó poner paños fríos a lo ocurrido en Diputados. “No dramaticemos lo de hoy. Todos sabemos que hay un puñado de legisladores que quieren que todo siga igual, a pesar que la gente votó un cambio. El país sigue, y todo va a salir bien, porque por primera vez en décadas, estamos haciendo lo que corresponde”, declaró.
Qué pasó en el Congreso
Con el presidente Javier Milei en medio de una gira internacional, el Gobierno decidió interrumpir abruptamente el debate por la Ley Ómnibus que se estaba dando en la Cámara de Diputados y enviar el proyecto de nuevo a comisión, ante la falta de apoyo por parte de la oposición, y ahora el proceso parlamentario comenzará desde cero.
A pesar de las múltiples negociaciones que se sucedieron desde que el paquete de reformas fue enviado al Congreso, a fines de diciembre pasado, el oficialismo no recibió el respaldo del resto de los bloques en el recinto para aprobar artículos que la Casa Rosada considera claves.
Puntualmente, las autoridades nacionales dieron la orden de retirar el texto luego de que se rechazaran determinados incisos vinculados a las facultades delegadas que el Poder Ejecutivo pretendía obtener, como contracara de la declaración de la emergencia en diferentes materias.
El ministro del Interior, Guillermo Francos, que a lo largo de las últimas semanas trabajó para tratar de llegar a un acuerdo con la denominada oposición “dialoguista” y que, de esa manera, avanzara la ley, acusó a los gobernadores de incumplir su palabra.
“De entrada vimos la falta de voluntad de la mayoría de acompañar las propuestas de modificación que planteaba el Gobierno nacional y se rechazaron las facultades delegadas más importantes que permitieran desregular, reorganizar el Estado y demás. Entonces, de esa forma, no tenía sentido avanzar en el tratamiento de la ley, porque perdía su esencia”, explicó el funcionario en un diálogo con periodistas, del que participó Infobae.
El punto de quiebre
La sesión comenzó pasadas las 14 y había logrado la aprobación de los primeros seis artículos. Así, el gobierno se había asegurado la confirmación de los apartados que hablan de la situación de emergencia y las facultades delegadas para el presidente de la Nación. Esto, sin embargo, sufrió modificaciones.
Cuando la tarde avanzaba hacia la discusión del capitulo que autoriza la privatización de una lista de empresas públicas, la sesión en el recinto de la Cámara de Diputados pasó a un cuarto intermedio. Luego de una hora de parate y tensos intercambios en los pasillos del palacio legislativo, el oficialismo regresó y puso fin a una sesión que prometía extenderse por varios días.
En efecto, luego de la votación de los primeros seis artículos, Miguel Ángel Pichetto solicitó una reunión de los jefes de bloque con Martín Menem. Al volver, el oficialismo levantó la sesión por falta de acuerdo en el capítulo de las privatizaciones.
Menem, presidente del cuerpo, subió a su estrado y comunicó la decisión del oficialismo. Antes tuvo lugar un intercambio entre funcionarios del gobierno nacional y legisladores de la oposición. Los representantes del Ejecutivo dejaron claro a quiénes apuntan por el paso fallido del proyecto hacia su aprobación: los gobernadores de las provincias cuyos legisladores debían acompañar con su voto la ley.