Los datos de la recaudación tributaria de enero reflejaron los primeros impactos que tendrá la fuerte recesión que se espera para 2024 en las cuentas públicas, en un año en el que el Gobierno proyectó una caída del PBI de al menos 2,8% por ciento. Los tributos ligados a la actividad económica mostraron importantes caídas, mientras que los vinculados al comercio exterior, en particular el impuesto PAIS, tuvieron un mejor desempeño gracias a mayores alícuotas y la devaluación. En ese marco, los mercados se mantienen atentos a la viabilidad del objetivo oficial de equilibrio fiscal pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La recaudación tributaria que informó la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sumó $7,70 billones, con una caída en términos reales de entre 4% y 7% según diferentes estimaciones privadas que consultó Infobae. Pero el desempeño de los ingresos al fisco fueron dispares, con una clara tendencia en los que están relacionados al mercado interno: IVA DGI, Créditos y Débitos, Ganancias y contribuciones patronales.
La consultora Econviews que dirige el ex ministro de Finanzas Miguel Kiguel, afirmó que ese grupo de impuestos encendió las luces de alarma. “El IVA DGI cayó 18.1% interanual y a partir de nuestra propia desestacionalización llegamos a que bajó 11.8% con respecto a diciembre. Este es un impuesto que suele correlacionar muy bien con el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del Indec”, detallaron.
Por otro lado, el impuesto a los Créditos y Débitos en cuenta corriente (conocido como “al cheque”), también muy ligado a la actividad económica, tuvo una contracción interanual del 19,1% y del 8,1% mensual, descontando la inflación.
Los impuestos ligados al empleo y los salarios formales tampoco dieron buenas señales. La consultora LCG destacó que Ganancias se desplomó 47% interanual debido a la última reforma que se aprobó en el Congreso y elevó el piso por el cual se tributa a 15 salario mínimos. Las contribuciones patronales cayeron 26% real respecto a enero del año pasado, lo que muestra la pérdida del poder adquisitivo de los salarios y la poca creación de empleo formal a partir del estancamiento de la economía.
“La evolución de la recaudación no es un tema menor en este contexto donde el Gobierno no pudo pasar por el Congreso el paquete de reformas que proponía en el plano fiscal. De acuerdo con las estimaciones del ministerio de economía, haber retirado todos estos artículos de la ley tendría un costo de 1,8 puntos del PBI. La recesión es un tema que juega en contra. Como veíamos, ya hay impuestos vinculados a la actividad que están cayendo y seguirán haciéndolo, lo cual hace todavía más complicada la consolidación fiscal”, afirmó Econviews.
En el último Staff Report del FMI para el caso argentino se estimó una caída del PBI de 2,8% en 2024, pero del 5,2% descontando la fortísima recuperación del agro tras la peor sequía de su historia. El organismo anticipó que el ordenamiento de la macroeconomía podría generar una reactivación incipiente de la actividad en la segunda mitad del año. De todos modos, el supuesto es que la inflación cerrará el año en 150% pero con un promedio del 253% interanual.
Para Polo la batalla en el Congreso por la ley ómnibus será fundamental para medir la sostenibilidad de la política económica oficial. “Mientras tanto, la recaudación adelanta resultados negativos en la actividad económica, lo que complicará aún más el panorama social y económico. Esta incertidumbre se ha reflejado en la caída de los bonos soberanos, el aumento de la brecha cambiaria y el incremento de los bonos ajustables por inflación, aunque las acciones de los bancos han escapado a esta tendencia”, apuntó.
Al respecto, la consultora ACM proyectó: “En el corto plazo, se espera una elevada inflación, aunque con tendencia a la baja, y un enfriamiento de la actividad económica, contexto que impactará fuertemente en la recaudación del fisco. Igualmente, la mejora relativa de las condiciones climáticas y, por consiguiente, mayores ingresos vía retenciones, serán un alivio para los ingresos reales del Gobierno”.
En efecto, durante enero lo recaudado por derechos de exportación creció 18% anual real en enero ante el efecto de la sequía y una mayor liquidación tras el salto cambiario de diciembre. Pero la estrella fue el Impuesto PAIS, que casi multiplicó por cuatro en términos reales sus ingresos por una extensión a todas las importaciones, la suba de la alícuota al 17,5% y la devaluación. Es por eso que las provincias piden coparticipar este último tributo para compensar la pérdida que generó la reforma vigente de Ganancias.