Desde fines de 2023 y en lo que va de 2024 con la nueva gestión, se produjeron -y podrían producirse aún más- cambios en materia económica que inciden en la fortaleza (o vulnerabilidad) fiscal de cada provincia. Entre ellos, la caída de la recaudación impositiva a causa de la recesión.
De acuerdo a un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea, las más expuestas son aquellas que dependen más de las transferencias fiscales nacionales automáticas y discrecionales (especialmente las segundas), del consumo en sus economías locales, las que en 2023 contaban con menor ahorro corriente y mayor importancia del gasto en personal y las provincias con mayores compromisos por servicios de deuda.
Por caso, la reforma al Impuesto a las Ganancias de mediados de septiembre del año pasado, hizo caer los ingresos tributarios nacionales en 0,19% del PBI en el último trimestre de 2023 y lo haría en 0,83% del PBI en 2024 si no se concreta la reversión. Dado que se trata de un impuesto coparticipable, la reforma también significó una caída de recursos para las provincias por 0,11% del PIB en 2023 y lo haría por 0,48% del PBI en 2024.
En este contexto, la puja entre el gobierno nacional y los gobernadores por coparticipar el Impuesto PAIS para compensar esta pérdida continúa y el arma de negociación de los mandatarios provinciales es la aprobación de artículos claves de la Ley Ómnibus, la cual ya se aprobó en general en Diputados y el martes comenzará a tratarse en particular.
Por otro lado, si como consecuencia de la actual recesión cae adicionalmente la recaudación de otros impuestos nacionales, los ingresos provinciales verán afectados negativamente, cuando se trata de fondos coparticipables.
Transferencias automáticas
Como resultado de la caída en la recaudación de Ganancias y de otros impuestos sujetos a esa norma, que establece pautas precisas de distribución, las provincias más expuestas son aquellas cuyos ingresos dependen en mayor medida de las transferencias automáticas de la Nación, por la propia ley de coparticipación y otras leyes especiales de distribución).
Entre dichas provincias, encabezan el ranking Formosa y Corrientes, con el 80% de sus ingresos totales, seguidas por Santiago del Estero (77%), La Rioja (76%) y Jujuy, Chaco y Catamarca (74%).
En el otro extremo, las menos dependientes de estos envíos son CABA (10%), Neuquén (22%) y Chubut (40%).
Transferencias discrecionales
Por otra parte, “apenas iniciado el gobierno de Javier Milei, se anunció un recorte de 0,5% del PIB en materia de Transferencias Corrientes a provincias, que representa una poda de aproximadamente el 70% respecto a 2023, y se infiere otro recorte de al menos esa proporción para las Transferencias de Capital a provincias, dado que también bajaría drásticamente el gasto de capital nacional este año”, señaló el IERAL.
En este caso, las jurisdicciones fiscalmente más expuestas son aquellas cuyos ingresos totales dependen en mayor medida de este tipo de transferencias discrecionales: La Rioja (12,5% de sus ingresos en la primera mitad de 2023), seguida por Buenos Aires (9,5%), Santiago del Estero (9,4%) y Chaco (9%). Las menos expuestas por esta vía son Neuquén, CABA y Chubut, con menos del 2% de sus ingresos.
El fuerte recorte a estos envíos ya comenzó en enero de 2024, tanto los corrientes como los de capital, con caídas de prácticamente un 100%, para todas las jurisdicciones. Si esto se sostuviera todo el año, significaría un ahorro de alrededor de 1,1% del PBI para el sector público nacional.
Caída de recursos tributarios propios por recesión
Según el estudio, “en el actual contexto económico, con elevada inflación, caída de salarios reales, y con las futuras subas en las tarifas de algunos servicios públicos y otros precios relevantes que afectan los presupuestos familiares, muy probablemente baje el consumo privado durante buena parte de 2024″. En cambio, se espera una fuerte recuperación de las exportaciones agroindustriales, tras la grave caída del año pasado por la sequía, y continúa la suba en las exportaciones de energía.
Así, durante 2024 los recursos tributarios propios tendrán peor desempeño en las provincias con mayor caída en el consumo y la producción, y por ende estarán más expuestos los recursos fiscales de aquellas que exportan menos bienes.
Sería el caso, por ejemplo, de CABA, Formosa, Corrientes, Catamarca y La Rioja. En el otro extremo del ranking se ubican Santa Fe, Córdoba, Santa Cruz y La Pampa, en que las exportaciones de bienes superan el 20% de la producción.
En resumen, si se considera la posición en el ranking que ocupa cada provincia en distintas variables, y se hace un promedio, las provincias que aparecerían como más expuestas fiscalmente en 2024 serían La Rioja, Río Negro, Tierra del Fuego, Salta, Catamarca, Tucumán, Chaco y Corrientes.
Dentro del tercio de provincias con vulnerabilidad intermedia se ubicarían algunas provincias pampeanas como Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe. En cambio, entre las jurisdicciones menos expuestas se tendría a La Pampa, CABA y Córdoba.
“Ahora bien, el anterior ranking podría cambiar en el caso que se revierta la reforma en el impuesto a las Ganancias ocurrida en septiembre de 2023, y así ya no resulte un fuerte factor de vulnerabilidad el depender mucho de las transferencias nacionales automáticas”, explicó el informe.
“Si así fuera, y se excluyera el indicador de dependencia de las transferencias automáticas para la construcción del ranking, Tierra del Fuego y Río Negro pasarían a los primeros lugares entre las más expuestas, y Buenos Aires y Entre Ríos pasarían a integrar el tercio de provincias fiscalmente más expuestas”, agregó.