Los consumidores perciben más dificultades en la macroeconomía que en las finanzas personales

Tanto los índices de Confianza del Consumidor, como de Confianza en el Gobierno, de la Universidad Torcuato Di Tella correspondiente al sondeo de opinión en el primer tercio de enero, arrojaron por segundo mes consecutivo una notable disminución, en línea con la aceleración de la inflación que disparó la nueva política cambiaria, y la profundización de la recesión que había comenzado a manifestarse en el último semestre del gobierno de Alberto Fernández.

La variación del ICG respecto de diciembre fue negativa en sus cinco componentes: Evaluación general del gobierno (45,6%, bajó 8,6%), Eficiencia en la administración del gasto público (47,4% puntos, cayó 5,6%), Preocupación por el interés general (49,6%, disminuyó 11,9%), Honestidad de los funcionarios (54,4%, bajó 8,5%) y Capacidad para resolver los problemas del país (64,2%, también retrocedió 8,5 por ciento).

De todas formas, el informe de la Escuela de Gobierno de la casa de altos estudios destaca que “al igual que en meses anteriores, en enero el ICG fue considerablemente más elevado entre quienes creen que la situación económica mejorará dentro de un año (81,6%, con un aumento de 2%), que entre quienes creen que se mantendrá igual (64%, con una disminución de 8%) o que empeorará (19,8%, con una fuerte variación negativa de 26 por ciento).

En tanto el Índice de Confianza del Consumidor cayó en enero 10,6% respecto a diciembre; constituyéndose en la segunda baja consecutiva desde la asunción del presidente Javier Milei, acumuló una reducción de 28,5% en el primer bimestre de gestión.

Sin embargo, el desagregado de los índices permite detectar en el universo consultado que nuevamente la subdivisión más afectada fue la de Decisiones de compra de bienes durables e inmuebles (44,7% de caída en diciembre, y 17,3% en enero), la cual se explica por el efecto directo del rápido recorte de la brecha cambiaria entre las cotizaciones de los dólares financieros (CCL y MEP) y el oficial mayorista, regulado por el Banco Central de la República Argentina, y su consecuente “desaliento” al anticipo de adquisiciones que se manifestó en el semestre precedente.

En segundo lugar, de relevancia en la disminución del ICC general fue el subrubro “Situación Macroeconómica”, con baja de 11,5%, casi el doble de la que registró el correspondiente a la “Situación Personal” (6,5%), pese al severo golpe que sobre los bolsillos de los consumidores provocaron la aceleración de la inflación a 25,5% en diciembre, que dejó un alto “arrastre estadístico” para enero, más el agregado de nueva ronda de suba de combustibles, alquileres y servicios privados, entre otros.

En el primer bimestre del nuevo gobierno la percepción de la situación personal acusó una disminución de 15,5%, casi dos puntos porcentuales menos que la que estimó para la macroeconomía. Un año antes, por el contrario, las variaciones de esos dos índices fue de sendas subas de 9,9% y 6,9%, respectivamente.

Al respecto, el análisis del Centro de Investigación en Finanzas de la UTDT que dirige Sebastián Auguste resalta que “Los subcomponentes que utilizamos para confeccionar el Índice de Confianza al Consumidor se pueden separar según si corresponden a percepciones con respecto a las condiciones de corto plazo o expectativas de largo plazo, a las que se denomina Condiciones Presentes y Expectativas Futuras”

Sobre esa base, en enero, a nivel nacional, las percepciones de los consumidores respecto a las Condiciones Presentes mostraron una caída de 14,2% comparado con diciembre, mientras que el componente que mide las Expectativas Futuras cayó 9,1%, siempre con respecto al mes anterior.

De ahí surge que el para el consenso de las familias, la primera parte del año será la peor para sus presupuestos, por el rezago que habitualmente se produce en la recuperación nominal de los ingresos.

Ese fenómeno fue detectado el sondeo de opinión pública que para el CIF hizo Poliarquía Consultores en 40 aglomerados urbanos de todo el país (Capital Federal, GBA, Córdoba, Rosario, Mendoza, Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Salta, Santa Fe, San Juan, Resistencia, Corrientes, Jujuy, Paraná, Neuquén, Formosa, San Luis, La Rioja, Comodoro Rivadavia, San Nicolás, San Rafael, Villa Mercedes, Olavarría, Río Gallegos, Goya, El Dorado, Viedma, Concepción, Río Tercero, Pehuajó, Termas de Río Hondo, Rivadavia, Castelli, Crespo, Prof Mazza, Montecarlo, Catriel, Villa Aberastain y Recreo).

Esas percepciones marcan un claro contraste en comparación con un año antes, cuando aún la economía marchaba en la senda positiva, del lado de la actividad, y precios más contenidos, aunque con instrumentos no sustentables, como el exceso de controles que el Gobierno nacional acaba de desarmar, porque mientras el nivel de condiciones presentes es ahora 36,3% inferior a la de enero 2023, el de expectativas futuras se proyecta 11,3% mejores.