Horas antes de que los directores de los países que integran el board del FMI se reúnan para tratar el caso argentino y liberar el desembolso de USD 4.700 millones, el organismo publicó su habitual Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés) en el que, por supuesto, incluyó sus proyecciones para la Argentina. Además de calcular una caída de 2,8% de la actividad económica para este año, un retroceso levemente mayor al que espera el consenso de economistas capturado en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central, también pronosticó una inflación de 150% hacia fin de año. Ese pronóstico es por lejos mucho más optimista que el vertido en el REM, en el que los economistas anticipan una inflación mayor a la del año pasado, en torno a 240% para fin de 2024.
Sin embargo, en el Fondo Monetario anida el optimismo al respecto. Si bien incluyó un lapidario párrafo en el informe de actualización del WEO que publicó ayer para el país, prevé que la inflación caerá hasta llegar a 150% hacia fin de año.
Con todo, el país sigue siendo, por lejos, la oveja negra del pelotón de países en los que el Fondo pone la lupa. “Se revisa a la baja la previsión tanto para 2024 como para 2025 para economías avanzadas, mientras que se revisa al alza para 2024 para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, principalmente a cuenta de Argentina, donde se espera que el realineamiento de los precios relativos, la eliminación de los controles heredados, la reciente depreciación de su moneda y el traspaso a los precios aumente la inflación en el corto plazo”, apuntaron los autores del informe sin dar cifras concretas. Sin embargo, en la conferencia de prensa en que se presentó el reporte, Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe y jefe del departamento de Investigaciones del FMI, resaltó el fogonazo inflacionario que ahora atraviesa la Argentina a raíz de las correcciones macroeconómicas mencionadas en el texto pero esa suba se moderará hasta alcanzar un dígito en el segundo semestre.
La proyección de Gourinchas es localmente considerada bien optimista. No sólo la inflación debería bajar a un dígito en la segunda parte del año sino que esa caída debería ser bien abrupta.
Por caso, en la consultora EcoGo, donde prevén una inflación que hacia abril se ubicará en torno a 10%, calcularon que para que se cumpla la estimación del Fondo, la suba de precios promedio a partir de julio debería situarse en torno a 2,1% mensual. “Es una proyección optimista”, consideró Rocío Bisang, economista de la consultora quien además agregó la posibilidad de que las subas de los próximos meses sean un poco más moderadas que las previstas en un principio y que luego baje de forma un poco más gradual.
Lo cierto es que, de todos los pronósticos de inflación conocidos hasta el momento para la Argentina este año, el del FMI es el más positivo de todos. Hasta ahora, las proyecciones más benignas corrieron por cuenta del ex ministro Domingo Cavallo, quien predijo con exactitud la inflación de diciembre, Sin embargo, el economista estimó para este mes una suba de precios aún mayor, de 26% en enero, pauta que hasta ahora no parece convalidada por las mediciones preliminares que marcan una notoria desaceleración en las últimas semanas. En cualquier caso, Cavallo predijo un IPC de 8% en abril y en torno al 7% a partir de julio. Optimista, pero no tanto con el Fondo Monetario.
Algo similar ocurre con el crecimiento económico. Si bien se trata de una corrección grande de los economistas del Fondo respecto del cálculo que habían publicado en octubre pasado, cuando estimaron un avance de 2,5% del PBI para este año (contra la caída de 2,8% que ahora vislumbran), lo cierto es que, otra vez, se trata de una proyección más benigna que la que maneja hasta ahora en privado el propio equipo económico, donde no descartan una caída de hasta 4% del PBI este año. Esa contracción se produciría mayormente en el primer trimestre del año para compensar con el rebote de la actividad agropecuaria en el segundo trimestre tras el impacto de la sequía del año pasado. Para el último trimestre del año, en tanto, esperan que comiencen a surgir los primeros indicadores claros de recuperación.