El tipo de cambio implícito en los precios de acciones y bonos argentinos que cotizan en el exterior cede en torno al 1%, con un “contado con liqui” por acciones en los $1.268, y un dólar MEP con bonos en los 1.203 pesos.
La cotización “blue” del dólar recorta diez pesos para la venta, a $1.215 en el reducido mercado paralelo. En enero sostiene una ganancia de 190 pesos o un 18,5 por ciento. Con un dólar mayorista operado a $825,80, la brecha cambiaria cede a 47,1 por ciento.
El dólar al público en bancos, con una carga tributaria de 60% y con un cupo mensual de USD 200, promedia los $1.400,86 para la venta. Las entidades financieras que lo venden más caro son Banco Galicia y Banco Macro, a $1.432 ($895 más impuestos), mientras que el dólar minorista más barato es el del Cambios Online, a $1.328 ($830 más impuestos).
Las primeras posturas de venta en el segmento mayorista del dólar marcan un precio de $825,80 por unidad, unos 60 centavos arriba del cierre anterior. En enero el tipo de cambio oficial anota un incremento de 17,35 pesos o 2,1 por ciento.
Los bonos y lasa aciones de Argentina finalizaron en rojo en Wall Street, al tiempo que el dólar en las plazas alternativas al “cepo” operó en alza, luego de que el Gobierno anunció la eliminación de un duro ajuste fiscal que integraba la llamada Ley Ómnibus para ser aprobada en el Congreso.
El Gobierno acordó con el Fondo Monetario Internacional posponer dos meses la última revisión trimestral del programa de USD 44.000 millones, pautada en el calendario en septiembre próximo, hasta noviembre, de manera tal de “darle tiempo” a la puesta en marcha de las reformas económicas del gobierno de Javier Milei y lo que podría abrir la puerta para la negociación de un acuerdo financiero nuevo.
Tras las declaraciones del presidente Javier Milei y del legislador de la Ciudad de Buenos Aires por La Libertad Avanza Ramiro Marra acerca de la dolarización, reapareció uno de los artífices del plan, el economista Emilio Ocampo.
Los mercados perdieron el impulso de la semana pasada, pero la caída de bonos y acciones y la suba del dólar no tuvo visos de derrumbe sino de cautela. Se puede hablar más de decepción que de pérdida de fe de los inversores. Es más, los cierres fueron auspiciosos, porque aparecieron compradores.
El presidente Javier Miei aseguró en un entrevista publicada este fin de semana por The Wall Street Journal que “si limpiamos los pasivos remunerados del Banco Central, podemos dolarizar por muy poco dinero”.