Tras el anuncio, los analistas ponen el foco en las facultades delegadas y los exportadores festejan por las retenciones

A pesar de haber resignado recursos, el Gobierno podría avanzar en un mayor recorte del gasto si el resto de la ley es aprobado por el Congreso. Las señales mixtas que leerá el mercado

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El ministro de Economía, Luis Caputo. REUTERS/Tomas Cuesta
El ministro de Economía, Luis Caputo. REUTERS/Tomas Cuesta

La sorpresiva decisión del Gobierno de retirar el capítulo fiscal del proyecto de la Ley Ómnibus para avanzar en su aprobación parlamentaria concitó el inmediato apoyo de los sectores exportadores, aliviados porque en principio no regirá el aumento inicialmente propuesto a las retenciones, punto central que trabó la discusión legislativa. Esa decisión dejará al Gobierno con menos recursos para alcanzar el objetivo de déficit cero, meta que el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró no está comprometida ya que se avanzará en recortes de gastos alternativos.

Es en ese punto donde, más allá de las implicancias políticas ante la evidente dificultad de avanzar en el Congreso con su agenda, los analistas del mercado ponen el foco en las facultades delegadas. Esa concesión de los legisladores otorgan, se cree, suficiente margen para llevar adelante un ajuste sin pasar por el trámite parlamentario.

“La decisión que acaba de anunciar el ministro de Economía, Luis Caputo, es muy positiva. Como agroindustria exportadora valoramos el enorme esfuerzo que está haciendo el Gobierno y la capacidad que ha tenido de revisar esta medida, que claramente tenía un altísimo nivel de rechazo de todos los sectores exportadores y también de muchas provincias y legisladores”, declaró el presidente de la entidad que aglutina al sector exportador, CIARA-CEC, Gustavo Idígoras.

“Si no pasó el paquete fiscal, olvídate de los superpoderes en temas económicos. Ni los legisladores argentinos pueden ser tan bobos” (Christian Buteler)

El capítulo fiscal representa 1,8% del PBI de los 5% del PBI que se puso como objetivo el Gobierno. De ahí que el economista Fernando Marull planteó que, aún si se resignara esa parte del ajuste, igualmente se podría avanzar sobre otros 3,5% del PBI, lo que llevaría al equilibrio primario. Eso, destacó, no se consigue desde 2019. Con todo, queda instalada la incertidumbre respecto de cómo leerá el mercado la decisión: si primará la lectura respecto de la firme convicción fiscal oficial o si, por el contrario, leerá debilidad política y falta de capacidad para avanzar en las reformas que alimentaron el entusiasmo en los activos locales desde que asumió Milei.

“Milei decidió tirar la pelota a los gobernadores y avanzar con la motosierra por su cuenta. El problema es que ahora no le quieran aprobar el resto de la ley, para lo que no parece haber mucho margen”, opinó Leonardo Chialva, socio de Delphos Investments, quien aclaró que lo central ahora son las facultades delegadas. “Con las facultades delegadas, puede avanzar en un gran ajuste. Ahora depende de que se lo aprueben. Si eso pasa, la reacción va a ser buena de todos modos, sino, habrá dificultades”, pronosticó el analista financiero.

Pero ese punto está lejos haber quedado despejado. “Si no pasó el paquete fiscal, olvídate de los superpoderes en temas económicos. Ni los legisladores argentinos pueden ser tan bobos”, apuntó el analista Christian Buteler, quien consideró de todos modos que, a pesar de la desprolijidad, el punto positivo a favor es que el ajuste eventualmente pasará por una baja del gasto y no una suba de los impuestos.

“La señal es mala, desde el punto de vista político marca una debilidad, o una fortaleza que querían mostrar y no existía. Ahora hay que recalcular de dónde van a recortar, se ve más voluntarismo” (Martín Polo)

Lo cierto es no sólo por las retenciones se resingarán recursos: también la moratoria, el blanqueo y el retiro del proyecto de Impuesto a los Ingresos que reinstalaba el pago de ganancias harán mella en las cuentas públicas. En contrapartida, podría pronunciarse el ajuste del gasto en los próximos meses por la licuación del pago a los jubilados, ecuación que se revertiría en los meses siguientes si se modera el ritmo de la inflación.

“La señal es mala, desde el punto de vista político marca una debilidad, o una fortaleza que querían mostrar y no existía. Ahora hay que recalcular de dónde van a recortar, se ve más voluntarismo”, opinó Martín Polo, del grupo financiero Cohen.

En cualquier caso, asoma una coincidencia entre todos los actores económicos y también políticos. La decisión es parte de la estrategia de negociación, que ahora abrirá otras instancias, probablemente en proyectos por separado. “Lo que va a pasar es que se entrará en una nueva etapa de negociación de la parte del ajuste. Lo que ojalá ocurra ahora, sin el escollo del capítulo fiscal, es que salga rápidamente el resto de la ley de Bases”, apuntó Agustín Etchebarne Director General en la Fundación Libertad y Progreso. En un tono similar aunque más enfático se expresó el economista Miguel Boggiano quien celebró la decisión del presidente Javier Milei, “Celebro la decisión del Gobierno que apunta a aprobar la tan necesaria Ley de Bases con infinidad de desregulaciones. El déficit fiscal cero se conseguirá reduciendo otros gastos, tal como se había advertido”, posteó en su red social X.

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