El ajuste iniciado por el gobierno dejó en primer plano una decisión clave: inflación o acumulación de reservas. Si opta por bajar la inflación deberá acudir al recurso -que fracasó en la gestión anterior- de mantener atrasado el tipo de cambio. Si opta por acumular reservas, debería devaluar o abrir el cepo. Los dos problemas no pueden resolverse al mismo tiempo. Son de convivencia imposible.
La herencia fue tan compleja que se parece a la denominada “Trampa 22″ donde la única solución es negada por una circunstancia inherente al problema. Por caso, hoy las Leliq son historia, pero el problema no se solucionó. Esas letras a 28 días se transformaron en pases a 24 horas, con lo que, si bien se redujo el monto por la licuación de pasivos, la situación pasó a ser más volátil.
Otro ejemplo: los pasivos del Banco Central están bajando a costa de una mayor deuda del Tesoro. El Central tiene menos problemas, pero solo porque cambiaron de manos.
La inflación y las reservas, son otro ejemplo de esa Trampa 22. El viernes los dólares financieros siguieron en alza y los futuros también. El contado con liquidación (CCL) cotizó por encima de $1.300 y agrandó la brecha con el tipo de cambio oficial a casi 60%, un nivel incómodo.
Lo que piensa el mercado
La señal más clara de lo que piensa el mercado es el bono TV24 que vence el 30 de abril y está atado a la evolución del dólar. Pese a que el Gobierno dice que mantendrá el ritmo de devaluación en 2% mensual, el TV24 cotiza como si se comprara un dólar de $1.020, porque tiene una tasa de retorno negativa de 7,19 por ciento.
Las principales consultoras se ocuparon de este tema.
F2, de Andrés Reschini, señaló: “si bien sabemos que este ritmo de actualización no durará para siempre, desconocemos el momento preciso en qué será abandonado. Esta semana puso primera el nuevo cronograma de pagos de importaciones y, exceptuando la rueda del 15 de enero con feriado en EEUU y actividad reducida, en las demás fue cayendo paulatina y sistemáticamente el porcentaje de divisas adquiridas por el Banco Central en el MLC (Mercado Libre de Cambios), así como también su cuantía. Esto no opaca el buen comienzo de esta gestión en materia de acumulación de reservas, pero con un dólar oficial que va perdiendo atractivo y la imperiosa necesidad de acumular reservas, la capacidad para sumar divisas del ente rector es un factor que puede cambiar el humor del mercado”.
“El exceso de pesos sigue siendo un problema (F2)
Más adelante Reschini agrega que el exceso de pesos sigue siendo un problema, “más allá de la licuación en progreso en términos de dólares”. Como los Pases han reemplazado a las Leliqs, fueron incorporadas al modelo de evolución de Base Monetaria (BM) ampliada vs CCL “y de esta manera vemos que la evolución de este se acerca más a la de la BM ampliada incluyendo Pases”, dice el informe. Y explica: “La cantidad de pesos en los pasivos del Central sigue incrementándose y, con caída de actividad y tasas negativas, siguen en un brete hacia los dólares alternativos generando ensanchamiento de la brecha cambiaria que no logró descomprimir con la licitación de BOPREAL y araña el 60%. Quizás en estos valores ya comience a incomodar un poco dado que puede comenzar a agregar presión inflacionaria y no logra estacionarse. Por ahora la posición de reservas netas sigue mejorando y cierra la semana en torno a USD -7.800 millones, pero habrá un ojo puesto en la capacidad de acumulación y, por lo tanto, en la sostenibilidad de este esquema cambiario”.
El viernes, el BCRA compró USD 116 millones y las reservas se elevaron a 24.481 millones. En la semana el MEP aumentó $154,7 (+14,12%) y el CCL avanzó $170 (+15%). Ambos dólares rindieron en una semana más que un plazo fijo en un mes y si se toma la suba de lo que va de enero, los dólares financieros le ganan ampliamente a la inflación porque aumentaron más de 30% en 19 días. No hay plazo fijo UVA o bono CER que pueda competir con los dólares.
Por eso no extrañó que la inflación mayorista de diciembre de 54% estuviera impulsada por la suba de 80% de los productos importados. El tema es que los importadores calculan sus compras al exterior en el precio del CCL ¿Sirve, entonces, el dólar mayorista como ancla inflacionaria?
Los inversores hablaron por el mercado de futuros donde hubo subas que se acentuaron a partir de febrero.
Moody’s, en su informe sobre Fondos Comunes de Inversión argentinos destaca que los bonos dollar linked cerraron diciembre con rescates netos del 14,4% vs mes anterior, tras la ola de rescates luego del salto devaluatorio. “No obstante -aclara- dependiendo de la evolución de la inflación para los próximos meses, el tipo de cambio real y los tipos de cambio financieros, el crawling peg (ritmo de devaluación) determinado por la autoridad monetaria podría percibirse como insuficiente, lo cual reanimaría el apetito por estos instrumentos por parte del público inversor.”
“La alegría de ver la brecha bajar al 17% en diciembre fue pasajera y ahora reina nuevamente la preocupación” (Econviews)
Para F2, “si suponemos que la inflación correrá como lo proyecta el último REM y el equipo económico va a decidir llevar el tipo de cambio real dentro del rango en el que estuvo durante los años de mayor saldo comercial con el exterior, es decir entre 140–160 como lo calcula BCRA (167 alcanzó con el salto a $800), tenemos escenarios que van entre un 14% y 30% de devaluación para febrero y de entre el 18 y 35% para el caso de que un ajuste de esas características se dé en marzo”.
Para EconViews “en el frente cambiario y monetario la situación luce más compleja. Aparecieron algunos nubarrones en el horizonte. El termómetro, como de costumbre, es la evolución de los dólares paralelos, donde la brecha entre el oficial y el CCL se acerca peligrosamente al 60 por ciento. La alegría de ver la brecha bajar al 17% en diciembre fue pasajera y ahora reina nuevamente la preocupación”
“El problema es la tasa de interés”, dice la consultora. “El Banco Central la mantiene muy baja en aras de conseguir licuar todas las deudas en pesos. Esto hace que los inversores busquen refugio en el dólar. La política monetaria y cambiaria sigue siendo el eslabón más débil de la estabilidad macroeconómica, porque no sólo no contribuye a tratar de dominar la inflación, sino que por el contrario la fogonea.
De esa realidad surgen dos dudas. Primero, si el Banco Central va a mantener tasas de interés reales negativas por mucho tiempo. Es muy probable que en febrero y marzo veamos una baja de la tasa de inflación que aterrice en niveles de alrededor del 12%, con lo que se moderaría algo el problema. Pero, aunque se logre ese objetivo las tasas que reciben los ahorristas seguirían muy por debajo de la inflación, lo cual va en contra de la necesidad de que haya tasas reales positivas, como viene pidiendo el FMI.
La segunda duda es qué va a pasar con el tipo de cambio oficial. En la medida en que el BCRA mantenga la tasa de depreciación al 2% mensual “muy pronto volveremos a ver atraso cambiario y aparecerá nuevamente la necesidad de un salto en el tipo de cambio, lo cual le daría un nuevo impulso a la inflación. La política actual es inconsistente con inflaciones de dos dígitos con lo cual el Banco Central tendrá que acelerar la tasa de depreciación a porcentajes más razonables, idealmente antes que después, para evitar el riesgo de un salto grande en el tipo de cambio y un nuevo sacudón inflacionario”, subraya Econviews.
Equilibra, en tanto, duda que, a pesar de las mayores exportaciones, se logre alcanzar el objetivo de acumular USD 7.300 millones de reservas netas. La consultora dice, tras señalar las razones por las que no se lograría ese objetivo, que de acuerdo con lo que pide el FMI, se cumpliría si se verifican las siguientes condiciones:
- El tipo de cambio real no se atrasa para ensanchar la brecha y no elevar el mix de liquidación al CCL para concretar ventas externas.
- En caso de eliminar el cepo, consigue que el ingreso de capitales supere al egreso.
- La resolución de los pagos pendientes de importación y dividendos, se maneja con cautela (Bopreal 25).
- El sector público consigue fondos frescos de organismos internacionales”.
Lo cierto es que esta semana será fundamental para el Gobierno que debe enfrentar el tratamiento de la Ley Ómnibus y el 24 enfrentar el paro de la CGT al que adhieren las corrientes de izquierda con las que estaba enfrentado en el pasado.
Si sale airoso, habrá tranquilidad en el mercado. Mientras tanto se seguirá buscando la cobertura en dólares a cualquier costo.