El tratamiento del proyecto de Ley Ómnibus entró en una etapa decisiva y la expectativa del Gobierno es que la semana que viene empiece a ser tratado por el Congreso. Más allá de los artículos que podrían ser eliminados o modificados por pedido de los legisladores aliados, entre ellos buena parte del bloque de Juntos por el Cambio, los inversores tienen en la mira lo que es hoy más urgente: la suerte que correrán los artículos relacionados con el paquete impositivo.
Lograr el equilibrio fiscal es uno de los aspectos más relevantes para los mercados, que siguen con atención cómo se da el proceso de transformación que promete Javier Milei. En la medida que el nuevo Gobierno sea exitoso en esa tarea, mejor será la respuesta de los inversores, con un impacto en una caída del riesgo país y recuperación general de los activos financieros.
Ni bien asumió, una de las primeras decisiones tomadas por Javier Milei fue presentar la fórmula para eliminar el déficit fiscal en un solo año, equivalente a un ajuste de 5% del PBI. Se trata de un intento prácticamente inédito en la Argentina, que solo se dio en 1985 con el Plan Austral. En el gobierno de Raúl Alfonsín el ajuste inicial fue tan fuerte como el que se intenta ahora y tuvo los resultados esperados al principio. Pero luego resultó imposible sostener el equilibrio fiscal, sobre todo por las millonarias pérdidas de las empresas públicas. El final fue con desborde de emisión monetaria, seguida por dos hiperinflaciones.
Ahora la propuesta plantea un mix entre un control del gasto público y distintas decisiones que buscan aumentar la recaudación. Algunas ya fueron implementadas, como la generalización del impuesto PAIS del 17,5% para las importaciones.
Pero el proyecto de Ley Ómnibus establece varias cuestiones relacionadas con la necesidad de mejorar los ingresos de manera urgente. Se considera el verdadero “corazón” de la norma, dentro de una enorme cantidad de artículos que se ocupan de los temas más diversos.
Por eso, la expectativa está puesta en los artículos que tienen que ver con cuestiones fiscales, que son las que definirán si el Gobierno es capaz de conseguir el equilibrio fiscal en un año como se viene planteando.
Uno de los temas más sensibles tiene que ver con un aumento generalizado para las retenciones a las exportaciones. El proyecto propone que todo pague como base 15%. Esto implicaría un fuerte impacto sobre las economías regionales, que en los últimos meses se habían beneficiado de la eliminación de este impuesto. Incluso las exportaciones industriales también pasarán a estar gravadas, cuando hasta ahora se encontraban exentas. En el caso del vino, las exportaciones no pagaban y ahora pasarán al 8%.
Establecer las retenciones en el 15% perjudica también a otros productos primarios como el trigo, maíz, cebada y girasol, que pagan actualmente entre 7% y 12%.
Los cambios en las retenciones, según calculó el propio ministerio de Economía, representa un incremento de recaudación de 0,5% del PBI en 2024. Por lo tanto, si estos cambios no avanzan se trata de un golpe para el plan de llevar el déficit financiero a 0 que quiere llevar adelante Milei.
Aunque la ley ómnibus plantea cambios en múltiples áreas, la verdadera urgencia pasa por la aprobación del paquete impositivo que contiene. Allí hay dos temas claves para alcanzar la meta de déficit cero para este año: la suspensión de la movilidad jubilatoria y los cambios en las retenciones a las exportaciones
Los legisladores tampoco le darían el visto bueno a suspender la movilidad jubilatoria, teniendo en cuenta que se propone de manera transitoria que sea el Ejecutivo quien defina los incrementos. La medida redundaría en una disminución del gasto proyecto para este año de 0,4%, por lo que en caso de no avanzar también complicaría los planes fiscales.
Otros temas incluidos en la ley ómnibus, que generarían recaudación adicional, no fueron en principio objetados, como el blanqueo, la moratoria y la posibilidad de adelantar cinco años el pago del impuesto a los Bienes Personales. Entre todo representa un 0,6% del PBI.
Por otra parte, avanza la idea de revertir la suba del mínimo de Ganancias para los empleados, una medida que definió Sergio Massa a fines de 2023 y que tuvo el visto bueno legislativo. El Gobierno promete que será por un solo año, lo que implica que miles de empleados volverían a pagar el tributo. Esta decisión representa un ingreso adicional para las arcas nacionales del 0,4% del PBI, pero también favorece a las provincias ya que se trata de un impuesto coparticipable.
En las próximas horas se sabrá hasta dónde está dispuesto a ceder Milei en el capítulo fiscal, un tema muy sensible para los inversores, que esperan que la Argentina vaya rápidamente al equilibrio fiscal luego de tantos años de cuentas en rojo. Y si algunas de las variables no pueden ser modificadas (como podría suceder con la movilidad jubilatoria), habrá que definir rápidamente de qué manera se reemplaza para que la idea de ir hacia el déficit cero no sufra grandes contratiempos.