El Gobierno publicó los valores de los precios combinados del transporte urbano para febrero. En un comunicado, indicó cuál será el precio una vez que pase la audencia pública programada para el mes próximo.
La tarifa de arranque en transporte automor para un viaje será de $430 con SUBE no nominalizada; de $270 con SUBE nominalizada y de $121,50 con SUBE con atributo social. Este último corresponde a jubilados, pensionados, personal doméstico, veteranos de Malvinas, monotributistas sociales, AUH, Asignación por embarazo, Programa de Jóvenes por más y mejor trabajo, seguro de desempleo, seguro de capacitación y empleo, programa Promover Igualdad, Progresar, Potenciar trabajo y pensiones no contributivas.
En el caso de dos viajes, el valor será de $430, $202,50 y $121,5, respectivamente; si son tres $430, $157,5 y $103,5; en el caso de cuatro, $430, $135 y $94.50.
El pago promedio por pasaje, en el caso de la tarifa de arranque combinado, es para un viaje de $430, $270 y $121,50; para dos, $345, $167,50 y 90; para tres de $345, $132,50 y $90.; para tres de $345, $132,50 y $90. Y para cuatro de $373,33, $134,17 y $82,50, respectivamente.
Cabe recordar que el Gobierno convocó a una audiencia pública, paso previo obligado para una suba de tarifas, al tiempo que propuso nuevos precios para los boletos de trenes y colectivos urbanos que parten de los $130 para los primeros y los $270 para los segundos. Lo hizo a través de la resolución 1/2024 de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Infraestructura, publicada hoy en el Boletín oficial.
Las tarifas propuestas por el Gobierno son objetivos de máxima, que tienen que pasar por el filtro de la consulta pública antes de aplicarse, pero en principio suponen un aumento de algo más del 251% para los boletos, que vendría a sumarse a la suba del 45% que ya se aplicó en enero.
Una novedad es que habrá un precio diferente, casi 60% más caro, para quienes usen tarjetas SUBE sin nominalizar, es decir, que usen la de un tercero o que no hayan registrado la suya a su nombre. Para estos casos, la tarifa propuesta parte de los $430 para el tramo más corto y llega a los $589,54 para el más largo.
La diferenciación entre tarjetas SUBE nominadas y no parece un esfuerzo del Gobierno por identificar a quién está usando la tarjeta, en línea con el objetivo declarado de eliminar los subsidios al transporte generalizados para privilegiar, supuestamente, subsidios focalizados. Subsidiar no la oferta sino la demanda.
En el caso de la propuesta de nuevas tarifas para los boletos de tren la novedad es que se uniforman en las distintas líneas. Hasta ahora, cada línea tenía su propio cuadro de tarifas. Eso se eliminaría, en caso de aplicarse los precios propuestos por Transporte.
En todas las líneas del AMBA, así, el pasaje mínimo pasaría a costar $130 (en la línea Mitre, por ejemplo, hoy sale $48,38), mientras que la sección dos saltaría a $169 y el boleto más caro $208. Tomando como referencia la línea Mitre, la suba ronda el 170% respecto de los valores actuales, aunque varía según el punto de partida de cada ramal.
En el caso de los trenes, el uso de tarjetas SUBE sin nominalizar implicará pagar el doble de tarifa. Y las multas por evadir el pago del pasaje serán de 10 veces la tarifa máxima, es decir $2.080 en total. También se mantendrá la tarifa social, que paga el 45% del precio.
La anterior administración nacional decidió, en su momento, establecer un cuadro tarifario que comenzó en marzo de 2023, luego de dos años y medio de congelamiento, con incrementos mensuales, tomando como base el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de la Región Gran Buenos Aires.
En medio de la contienda electoral, las tarifas nuevamente quedaron congeladas hasta la modificación impuesta por el nuevo gobierno. El mecanismo de incremento mensual abarcará a todos los servicios de colectivos urbanos y suburbanos de jurisdicción nacional; así como a los servicios metropolitanos y regionales de trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), precisó en su momento el Ministerio de Infraestructura.
El restablecimiento de los aumentos por inflación busca “mantener la ecuación económico-financiera que permite el sostenimiento del servicio público del transporte automotor y ferroviario de pasajeros involucrado, en condiciones de calidad y eficiencia”, señalaba uno de los párrafos de los considerandos de la resolución que determinó el nuevo esquema tarifario.