El ajuste fiscal de Javier Milei no se hizo esperar. Si bien es habitual que en el mes del cambio de gobierno el gasto público acuse una merma dado el recambio de funcionarios que deben autorizar y firmar los gastos, esa tendencia se vio reforzada el mes pasado por, precisamente, la firme vocación de ajuste fiscal que caracterizó el discurso del Presidente Javier Milei desde mucho antes que accediera a la Casa Rosada. Tanto en términos mensuales como anuales, el gasto real, es decir, descontando el efecto de la inflación, cayó más de 30% el mes pasado.
Se trata de los primeros datos concretos del ajuste que proclama este Gobierno, recopilados por la consultora Analytica en su Monitor Fiscal mensual. Según ese informe, el gasto real devengado sin estacionalidad disminuyó un 31% respecto de noviembre, y 33,8% en términos interanuales.
Precisamente por ser una evolución típica en cada diciembre de traspaso de mando, el monitor suma una comparación relevante: el gasto primario fue 50% menor respecto al primer mes de la gestión de Mauricio Macri y 22% respecto a la de Alberto Fernández, siempre en términos reales. Sin embargo, también es pertinente una aclaración fundamental; la mayor diferencia se concentró en las erogaciones en jubilaciones y pensiones. Es decir, en aquel rubro en el que el nuevo gobierno, más allá de las intenciones futuras que albergue respecto del pago a los jubilados, no tuvo hasta ahora real injerencia. 38,3% y es una de las partidas que mayor “ahorro” generó al Estado tras el derrumbe del gasto en obra pública, que se contrajo casi 70 por ciento. Pero, a diferencia de este último, no existe discrecionalidad a la hora de cumplir con el pago de las jubilaciones, Es decir, que esa caída no es atribuible a la política oficial de ajuste fiscal del actual gobierno sino más bien a la fórmula de movilidad promovida por el gobierno anterior, que todavía está en vigencia, y que no incluye la variación de la inflación en forma directa. También vale aclarar que semejante caída real del gasto en materia previsional incluye los bonos con los que se buscó compensar la pérdida de poder adquisitivo de los haberes mínimos.
De acuerdo a los datos de Analytica, si se excluyen los subsidios energéticos, la variación es del -0,7%. “Si bien no se observó un recorte en términos nominales, la inflación mensual de 25,5% implicó una importante licuación. Entre las partidas con mayores ajustes respecto a diciembre de 2022 figuran la obra pública (-69,4%), el gasto en bienes y servicios (-56,6%), las jubilaciones y pensiones (-38,3%) y los programas sociales (-31,5%). La única partida que presentó aumento en términos interanuales fueron transferencias a provincias (+6,9%).
En tanto, en el acumulado 2023, el gasto real devengado se redujo 8,8% real, lo que da cuenta que más allá de las políticas fuertemente expansivas durante la campaña electoral, también el ex ministro de Economía, Sergio Massa, aplicó un recorte de gastos -eventualmente también vía licuación- durante gran parte del año pasado. “Las partidas con mayor caída en el año fueron asignaciones familiares y AUH (-29,4%), subsidios económicos (-20,9%), en particular los destinados a energía (-25,9%) y bienes y servicios (-15,3%)”, detalló el informe de la consultora y agregó dos datos relevantes. El primero de ellos es que el freno del gasto desde la llegada de Javier Milei puede observarse en su distribución quincenal. Mientras en 2021 y 2022 la segunda quincena representaba el 76% en promedio del gasto del mes, en 2023 fue el 51%. El segundo es que, al comparar las quincenas en términos interanuales, en la primera de mes pasado el gasto real fue 40% superior al mismo período de 2022, mientras que para la segunda fue 56% inferior.