¿Sin reservas no hay paraíso dolarizador? En el Foro Económico Mundial en Davos el ministro de Economía, Luis Caputo, desaceleró la posibilidad de avanzar en una dolarización.
Este mismo espíritu se reflejó en el acuerdo técnico con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI), que no hizo mención a esta fuerte idea del presidente Javier Milei, lanzada en la campaña electoral y ratificada como jefe de Estado.
En diálogo con el periodismo en el foro de las montañas suizas, Caputo dijo que “”todavía no están dadas las condiciones” para dolarizar.
“La situación argentina se deterioró. No hay apuro para esa dolarización. La prioridad es estabilizar la economía”.
“Primero hay que estabilizar la economía y después ocuparnos del Banco Central”, aseguró el ministro.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, ya había afirmado que en su gestión no se cerraría la entidad monetaria.
La posición del FMI
Estas declaraciones han tenido su correlato en el comunicado que emitió el Fondo tras su misión en la Argentina de este mes, que no contiene una sola mención a la dolarización.
En cuanto a la política monetaria, el staff indicó que “la orientación de la política monetaria evolucionará para apoyar la demanda de dinero y la desinflación, mientras que el marco y las operaciones de la política monetaria se ajustarán para reforzar su papel de ancla”.
“Las autoridades se han comprometido a poner fin al crédito del Banco Central al Gobierno y seguirán reduciendo el gran excedente de pesos, al tiempo que reforzarán gradualmente el balance del Banco Central”, se expresó.
Respecto de la política cambiaria y de reservas, el staff que encabeza Luis Cubeddu sostuvo que “tras la fuerte devaluación de mediados de diciembre, la política cambiaria de las autoridades seguirá apoyando los objetivos de acumulación de reservas”.
“Es importante señalar que han abandonado el opaco sistema de control administrativo de las importaciones (SIRA) y están abordando el problema del gran exceso de deuda de los importadores, ofreciendo instrumentos cambiarios a los importadores que registren correctamente sus deudas comerciales”, aseguró.
“Han pasado a un régimen más basado en el mercado y han abandonado el planteo anterior de intervenir en los mercados de divisas paralelos y de futuros no entregables, al tiempo que han eliminado las restricciones comerciales”, afirmó.
“Se han comprometido firmemente a seguir eliminando las prácticas de divisas múltiples y las restricciones cambiarias a corto plazo, al tiempo que tratan de suprimir las medidas de gestión de los flujos de capital (MFC) a medida que se resuelvan los desequilibrios y las condiciones lo permitan”, aclaró.
“Se espera que estas políticas conduzcan a una acumulación de reservas netas de 10.000 millones de dólares para finales de 2024, incluidos 2.700 millones de dólares acumulados durante las últimas semanas de 2023″, precisó.
El ancla para bajar la inflación
El auditor regional del Fondo, Rodrigo Valdés, expresó en varias ocasiones que, si bien cada país es dueño de elegir su sistema cambiario, la política económica debe priorizar la fijación de anclas a través de la política fiscal y monetaria.
En el mismo sentido, varios expertos internacionales, entre ellos el ex subsecretario del Tesoro Mark Sobel, indicaron que la dolarización no es la salida que debe buscar la Argentina para dejar de lado su régimen de alta inflación, aunque tenga un primer efecto favorable.
La misión del Tesoro que encabezó días atrás en Buenos Aires el subsecretario de Asuntos Internacionales, Jay Shambaugh, se declaró prescindente en esta materia, tal como ocurrió a fines de los 90 cuando el gobierno de Carlos Menem quiso dolarizar y encaró una negociación tanto con ese organismo como con la Reserva Federal.
Uno de los principales negociadores de la Argentina, Pablo Guidotti, señaló recientemente que las circunstancias han cambiado respecto de los 90, debido a la experiencia del resto de los países emergentes en general y de América latina en particular para desterrar la alta inflación con solidez fiscal y bancos centrales independientes, sin experimentos.