Cerca de dos tercios del desembolso que a fin de mes recibirá el Gobierno en caso de que el directorio del Fondo Monetario Internacional lo apruebe podrían desaparecer de las reservas rápidamente para hacer frente a pagos de vencimientos de deuda con el organismo, por lo que los USD 4.700 millones anunciados podrían pasar a ser, en poco tiempos, algo más de USD 1.600 millones.
Eso sucede porque hay una serie de vencimientos inmediatos y uno que ya fue cancelado pero con dólares prestados. Los de enero, que son unos USD 1.950 millones, y los otros USD 245 millones de intereses que corresponden al 1° de febrero, podrán ser cubiertos con el desembolso desde Washington, previsto para fin de mes, cuando tenga lugar la reunión del board.
Hay otra parte, unos USD 920 millones más, que fueron vencimientos de diciembre. Para pagarlos, el Ministerio de Economía llegó a un acuerdo con la CAF, uno de los principales bancos regionales, para que le preste divisas y abonar esas obligaciones al Fondo Monetario. Fue una operatoria similar a la que ya había realizado el ex ministro de Economía Sergio Massa en junio pasado. En aquella ocasión, el Ejecutivo le devolvió el dinero a la CAF apenas llegó el desembolso. El contrato firmado con la entidad internacional, en este caso, le da un margen de un año para el repago.
Los USD 4.700 millones acordados hace una semana están compuestos por USD 3.300 millones pendientes del último desembolso del 2023 ante los incumplimientos de las metas de septiembre durante el gobierno de Alberto Fernández y de Sergio Massa en el Ministerio de Economía; a lo que se suman unos 800 millones de DEG adicionales adelantados de marzo y una porción menor de los que corresponden a junio y septiembre. Con ese dinero le alcanzará al Ejecutivo para pagar las obligaciones de pago al FMI hasta abril.
No hubo, entonces, financiamiento extra para refuerzo de reservas y tampoco se acudió a la posibilidad de una asistencia a la que la Argentina tendría derecho (con un tope de unos USD 1.300 millones) en el marco del Fondo de Resiliencia creado recientemente por el organismo. El Gobierno asegura que el FMI abrió la puerta para rediscutir un programa nuevo desde cero, pero la urgencia por conseguir un puente de tiempo con vencimientos de deuda cubiertos hizo descartar esa alternativa porque hubiera demorado el trámite, al requerir apoyo del Congreso.
Suramericana, el centro de estudios que fundó el ex ministro de Economía Martín Guzmán, opinó que “las nuevas metas son muy restrictivas” y que el acuerdo técnico anunciado la semana pasada “no trajo aparejado financiamiento neto y revisó las metas del acuerdo original de 2022″.
“Con este cronograma, los vencimientos se mantienen por encima de los desembolsos, implicando que durante el primer semestre del año el FMI tiene un impacto neto negativo en reservas de aproximadamente USD 2.400 millones”, estimó. Las reservas, a fin de año, en caso de cumplir la meta, quedarían en “valor nulo”.
Fundación Capital, que fue dirigida por el ex presidente el Banco Central Martín Redrado, consideró que la meta de acumulación de reservas estará lejos de poder ser cumplida: “La caja en dólares sería ligeramente positiva en el año, con una acumulación de reservas por USD 1.800 millones, lo que permitiría cumplir con los compromisos del año”.
“No obstante, la tensión continuará latente en tanto las reservas netas continuarían en terreno bien negativo durante el 2024 (-USD 7.200 millones en diciembre). De esta forma, las autoridades deberán ocuparse en mantener un tipo de cambio competitivo, que sostenga el superávit comercial de bienes y servicios”, planteó esa consultora.
El organismo dijo que el Gobierno espera acumular 10.000 millones de dólares de reservas para finales de 2024, incluidos 2.700 millones de dólares acumulados durante las últimas semanas de 2023. De esa forma, quedaría en un nivel de reservas netas prácticamente nulo, ya que el mandato de Milei comenzó con arcas internacionales en torno de los 11.000 millones de dólares negativos.
El acuerdo técnico desandará en las próximas semanas un camino que requiere un par de semanas hasta que se cristalice el informe de staff completo, con un panorama preciso del estado de la economía argentina, el diseño de las nuevas metas de déficit fiscal y de acumulación de reservas, qué tipo de políticas estructurales también estarán contempladas, la hoja de ruta y desembolsos y repagos y algunas proyecciones económicas clave como la inflación o qué ritmo de caída del PBI esperan en ambos lados de la mesa para este año.
En ese sentido, tras la cristalización del consenso a nivel técnico, la Casa Rosada comenzó un trabajo político para conseguir apoyos en el directorio del FMI. En Davos, Milei tuvo reuniones con el canciller británico David Cameron y con la Reina de los Países Bajos Máxima, junto con el primer ministro de ese país Mark Rutte. Los Países Bajos suelen ser señalados como uno de los “halcones” en el board respecto a los programa con países como la Argentina.
Caputo, en una actividad también en el marco del Foro de Davos, se reunió con el Secretario de Políticas Financieras y Europeas de Alemania, Joerg Kukies, y el Ministro de Asuntos Especiales del gobierno alemán, Wolfgang Schmid. Fuentes oficiales aseguraron, de todas formas, que en este caso la agenda pasó por la discusión de cuestiones de energía sustentable y minería.