Mientras prepara la reunión que mantendrá hoy en Davos con la número uno del FMI, Kristalina Georgieva, Luis Caputo tiene otra preocupación en la cabeza: evitar que se disparen los dólares financieros, tras una jornada de repuntes significativos. Como resultado, la brecha cambiaria volvió a superar el 40% y amenaza con complicar los planes del Gobierno en este trimestre, complicado por la escasez de divisas y fuertes tensiones políticas por el envío de la ley ómnibus al Congreso y el DNU que entró en vigencia a fines del año pasado.
El dólar libre aceleró su ritmo alcista y luego de subir 5,3% finalizó a $ 1.180, mientras que el dólar MEP trepó más de 4% a $ 1.173. El contado con liquidación, utilizado por los inversores internacionales para sacar pesos y finalizar con dólares en el exterior cerró firme arriba de los $ 1.200.
Una brecha arriba del 40% comienza a complicar los planes del equipo económico, que había arrancado la gestión con el pie derecho: tras una fuerte devaluación del tipo de cambio oficial, la brecha se achicó a fines del año pasado a menos del 15% tras haber tocado picos superiores al 150%, pero semejante disminución duró poco.
Si los dólares financieros se siguen escapando, el peligro es que retroalimenten una inflación ya altísima, que finalizó diciembre en 25% y quedaría en valores no muy alejados este mes, seguro arriba del 20%.
Un paso clave para tratar de llevar tranquilidad al mercado cambiario es quitar pesos del mercado, lo que en la jerga financiera denominan “prender la aspiradora”. Se espera que con menos cantidad de dinero las posibilidades de correr contra el dólar caigan.
Ante la nueva suba de los dólares financieros, el equipo económico sale a absorber pesos más rápido para bajar los riesgos de un exagerado aumento de la brecha cambiaria, que volvió a superar el 40%. Claro que la fuerte baja de tasas impulsada por el Central conspira contra prevenir mayor demanda de divisas
Por eso, en paralelo con la licitación de bonos ajustados por CER que realizó el Tesoro, se anunció que parte de lo obtenido en el mercado se utilizará para rescatar bonos en poder del Banco Central, específicamente un título CER que vence en diciembre de este año. La transacción implica en la práctica una absorción de $875.000 millones.
Hoy se redoblará la apuesta con una nueva colocación del Bopreal, el título creado para cancelar la deuda con importadores, que no pudieron acceder a divisas para el pago de compras en el exterior. La expectativa es que en esta cuarta licitación se se supere la cifra de la última colocación, que rozó el equivalente a USD 1.200 millones.
Este título no solo permite cancelar esa deuda incurrida por el último gobierno, sino que además automáticamente quita pesos del mercado, ya que se suscribe en moneda local. Una de las zanahorias es que se compra al tipo de cambio oficial, algo que se vuelve todavía más atractivo cuando crece la brecha. En el BCRA consideran que este título tiene como una de sus bondades prevenir un aumento excesivo de la brecha cambiaria: si aumenta mucho, automáticamente crece el atractivo de este título.
Por eso, es relevante que crezca la suscripción, con el objetivo sobre todo de quitar pesos excedentes del mercado. Además, a fin de mes desaparece un “endulzante” que tiene el Bopreal: quienes los suscriben no pagan el impuesto PAIS de 15% que corresponde a todas las importaciones. En cambio, desde febrero deberán tributarlo.
Claro que el problema de la presión sobre el dólar también está relacionado con la fuerte licuación de pesos que viene llevando adelante el BCRA, tras haber decidido una importante baja de tasa de interés de referencia (desde 133% a 110% anual), en medio de un fuerte aumento de la inflación. Esto provoca que sea mal negocio quedarse en cualquier instrumento en pesos (desde plazos fijos hasta bonos a tasa ajustable) y muy tentados comprar dólares o bonos dolarizados. Esto explica al menos en parte por qué estos últimos siguen en franco aumento, a pesar que las acciones locales se muestran más débiles en los últimos días.