En el corazón de Buenos Aires, entre sus tesoros arquitectónicos, destaca una construcción emblemática: el Edificio Roverano. Su singularidad radica en albergar la única estación de subte de América del Sur debajo de una estructura edificada en ladrillos, cargada de historias fascinantes. A su vez, el Pasaje Roverano, con acceso desde Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen, comparte su espacio con un distinguido vecino: el Cabildo porteño, vinculado estrechamente con los momentos cruciales de la historia independentista albiceleste.
El acceso a este sitio histórico se puede realizar de varias maneras distintas. Por un lado, a través de la entrada principal ubicada en Avenida de Mayo 560 o por Yrigoyen 561. Curiosamente, también se puede llegar utilizando el subte: mediante cualquiera de los dos ascensores disponibles en cada piso, se accede fácilmente desde la planta baja a la estación Perú del subterráneo línea A.
El Roverano atesora hitos y misterios, destacándose por su Rooftop Plaza de Mayo con vistas privilegiadas al Cabildo, la histórica plaza y otros inmuebles históricos, relojes y cúpulas. Este espacio se volvió popular tanto de día como de noche y es frecuentado por quienes buscan admirar la panorámica. Ganó notoriedad cuando el periodista estadounidense Tucker Carlson entrevistó al actual presidente Javier Milei durante su campaña electoral, añadiendo otro capítulo a la historia del edificio.
Un largo camino
El edificio Roverano tiene un rico pasado y es uno de los inmuebles en altura más antiguos de Buenos Aires.
Leonel Contreras, historiador y experto en la historia de Buenos Aires, reconocido por obras como “Rascacielos porteños” y “Buenos Aires: leyendas porteñas”, ambas publicadas en 2006, señaló a Infobae que “el actual inmueble tiene sus raíces en 1878, cuando los hermanos Ángel y Pascual Roverano erigieron un edificio de dos plantas destinado al alquiler de viviendas en la calle Victoria (actualmente Hipólito Yrigoyen). Esta construcción se encontraba adosada al lateral del Cabildo, que en ese entonces albergaba los Tribunales de Justicia de la Provincia de Buenos Aires. Por consiguiente, la planta baja del edificio se destinó a locales ocupados por abogados”.
Cuando en 1888 se iniciaron las demoliciones para la apertura de la Avenida de Mayo; ésta fue la primera arteria de la ciudad con alturas prefijadas, lo que daba la posibilidad de construir edificios con más pisos. En ese sentido, cuando a comienzos de 1889 se abrió la primera cuadra, entre Bolívar y Perú, se empezó a construir el primer edificio importante. Fue el de los Roverano, una construcción de cinco plantas con mansarda, que se terminó al año siguiente y vino a reemplazar al original.
“En ese momento no había en la ciudad muchos edificios con cinco plantas; estaban el Gran Hotel de la Paix (contando el mirador), la Aduana Taylor (contando la torre), el Gran Hotel Argentino (le habían agregado un piso) y la Casa de Soto Acebal (vivienda particular), también de 1890″, agregó Contreras.
En el inmueble llegaron a funcionar escribanías también. Antiguamente se encontraba la confitería de Monguillot. Y además una vez edificado el Roverano fue el primer pasaje porteño que unió dos calles
Según datos del Gobierno porteño con la apertura de la Avenida de Mayo, el Roverano fue uno de los primeros edificios en demolerse. Como consecuencia perdió las habitaciones del fondo y su fachada. Entre 1912 y 1918, el arquitecto Eugenio Gantner, quien fusionó el estilo academicista con influencias de la Secesión vienesa, remodeló el edificio con materiales de lujo importados de Europa.
Los hermanos Roverano cedieron gratuitamente 135 metros cuadrados del edificio solo a cambio de que se indemnizara a los inquilinos que habitaban los cuartos que serían demolidos.
Más aquí en el tiempo
El edificio actual, construido con estructura metálica, consta de subsuelo con locales comerciales, la planta baja o pasaje que funciona como galería comercial y 7 pisos de oficinas. El subsuelo tiene una curiosidad: está conectado con la estación Perú de la línea A de subterráneos.
El esplendor del pasaje se ve en los bronces, vidrio decorado con motivos florales, mármoles, maderas y elementos de hierro forjado.
Desde su segunda inauguración, el Pasaje Roverano fue testigo de escenas cinematográficas memorables y de la presencia de personajes destacados. Una de estas historias tiene como protagonista a Antoine de Saint-Exupéry, empleado de la Compañía Aérea Nacional con sede en el segundo piso del pasaje. Saint-Exupéry, conocido por su obra “El Principito”, solía recoger sacas de correo para realizar entregas como cartero aéreo en su monoplano, estableciendo una conexión única entre la Buenos Aires y la Patagonia.
Otra anécdota involucra al actual Papa Francisco, quien, durante sus días como Arzobispo de Buenos Aires (Francisco Bergoglio), solía frecuentar La Barbería de Montserrat (antiguamente era de la familia Romano) para cortarse el pelo, un local que ocupó la entrada de la galería durante más de medio siglo y cerró en 2022. Posteriormente, Francisco compartía sus momentos de almuerzo en el Café Bar Old Times, situado también dentro de los recintos del pasaje.
El Pasaje Roverano llegó a la pantalla grande porque fue escenario de varias producciones cinematográficas, destacando su ambientación majestuosa. Películas como “La Señal”, dirigida y protagonizada por Ricardo Darín, así como “Los Dos Papas”, que aborda parte de la vida del Papa Francisco, aprovecharon la atmósfera única de este pasaje para sus filmaciones.
Daniel Salgueiro, administrador y director del área de restauración del del edificio Roverano, dijo que “el inmueble es icónico. Es una construcción en el que todo detalle denota su buen criterio y gusto típico de la opulencia de principio del siglo XX. Actualmente consta de 56 unidades destinadas a oficinas, locales comerciales en planta baja y dos subsuelos”.
En su mayoría las planta están ocupadas por estudios jurídicos como el centenario Kuklis & Asociados. “También hay una sede de la Cruz Roja y una empresa líder de hacienda. Y el rooftop atrae mucho movimiento”, acotó Salgueiro.
Espacios en venta y alquiler
La galería posee espacio para 12 locales comerciales a los costados del pasaje, y además 4 puestos pequeños ubicados en el medio. Desde el centro del pasaje se accede por escalera y un ascensor a los pisos superiores. El subsuelo tiene más locales comerciales, y agrega un pasillo que conecta al Pasaje Roverano con la estación de subterráneos.
Patricia Contestabile, de Patricia Contestabile Negocios Inmobiliarios, dijo que “el edificio fue construido con materiales provenientes de Europa y se destacan los bronces, la herreria artesanal, los mármoles y vitraux, como así también los vidrios curvos de los locales en planta baja”.
Una de las oficinas que se comercializa consta de aproximadamente 200 m2. Mantiene sus altos techos con molduras, pisos de pinotea y aberturas de madera.
“Se ingresa a la planta por una puerta doble de madera a un enorme hall con acceso a una oficina de planta abierta. Cuenta con dos despachos muy grandes independientes y un cuarto de archivo. Tiene cocina, toilette, dos grandes baños con subdivisiones. Gran balcón corrido con increíbles vistas al Palacio de la Legislatura”, dijo Contestabile.
Sería ideal para un estudio jurídico, escribanía o para contadores públicos.
Francisco Altgelt, de Altgelt Negocios Inmobiliarios, señaló que la atracción de tener una oficina en el Roverano se debe al valor añadido que representa su historia y su ubicación en un edificio centenario. “Sin embargo, surge un desafío, ya que aquellos que buscan consultarlo tienen la intención de utilizarlo con fines residenciales, y lamentablemente, el reglamento del edificio no lo permite”.
Actualmente hay oficinas en venta entre 130 y 250 m2, que oscilan entre USD 180.000 y USD 400.000, con pisos de madera, despachos, archivos, toilette, varios baños, balcones corridos, áreas de atención al público entre otras opciones.
A pesar de las transformaciones provocadas por la pandemia en el mercado de oficinas en Microcentro y el casco histórico, se observa una tendencia de retorno a la presencialidad. Esto revitalizó el dinamismo de la zona.
Contestabile dijo: “A pesar de estos cambios, el valor para la venta en el Roverano fluctúa en USD 2.000 por m2. Esta variación se atribuye a sus características prácticamente únicas, su ubicación, vistas y los materiales que evocan la sensación de trabajar en un antiguo palacete”.
También en el inmueble hay compañías de seguro y durante el fin de semana permanece cerrado para la actividad comercial.
“Existen superficies en alquiler cuyo precio oscila entre USD 5 y USD 8 por m2. Hay empresas que están haciendo consultas con intenciones de mudarse en el año”, concluyó Altgelt.