Desde el último salto en diciembre los precios de la carne vacuna en hacienda continuaron con un recorte desde el máximo de $1.900 por kilo, actualmente en la zona de los 1.400 pesos. El impacto que se observó en las góndolas fue alto en un primer momento y luego comenzó a ceder ante una demanda que no convalidó la subas, además de la finalización del período de Fiestas.
Para entender el comportamiento del mercado, es necesario repasar un poco cómo han sido las negociaciones en el Mercado de Cañuelas en las últimas semanas. De acuerdo con la información publicada por Mercado Agroganadero, la semana posterior al salto de 118% en el precio del dólar oficial que decidió el Gobierno el precio máximo promedio se fue a 1.900 pesos. El traslado a los consumidores fue inmediato con carnicerías que vendían el kilo de asado en torno a los $8.000, aunque las advertencias del sector era que el plato preferido de los argentinos podía llegar tranquilamente a los $12.000 por kilo.
El economista Amilcar Collante detalló a través de su red social X que los novillitos de hasta 390 kilos en hacienda se comercializaron este viernes a $1.461 y los de hasta 431 kilos a 1.424 pesos. La semana previa esos valores habían sido de $1.487 y $1.446, respectivamente. “Hubo un overshooting y se desinfló”, consideró.
El Indec informó este jueves que la inflación en alimentos en el Gran Buenos Aires fue durante diciembre del 29,5% mensual, mientras que el capítulo carnes saltó 36% promedio en ese período. El kilo de asado aumentó 43% ($5.195,96), la carne picada 34% ($3.142,87), la paleta 38,4% ($4.782,70), el cuadril 42,8% ($6.034,42) y la nalga 40,3% ($6.301,84). Desde enero, una vez pasado el período de alta demanda por las Fiestas, comenzó a observarse una desaceleración de ese proceso en carnicerías y supermercados.
El Instituto Argentino de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) registró el mes pasado una suba promedio en carnicerías y supermercados del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) de 40,9% respecto a noviembre y de 307,3% interanual. Las principales alzas se dieron en la falda (51%), asado (45,4%) y matambre (42,7%).
“El precio es muy atomizado y no solo depende de a cuánto bajemos la media res. No diría que bajaron, pero sí están muy por debajo del pico que habían tenido en diciembre. Lógicamente, el bolsillo de la gente no aguanta cualquier cosa y nosotros además vendemos productos perecederos. El asado no está en los $8.000 sino que ronda los $5.500 o $7.000 según cada comercio”, expresó el dueño de una red de carnicerías del conurbano bonaerense.
En los supermercados la tendencia desde que inició el mes es a la baja. El relevamiento que realiza virtualmente LCG a las grandes cadenas mostró un salto del 4,4% para la carne en la primera semana de enero, pero una fuerte desaceleración al 0,31% para la segunda. En diciembre la primera semana había arrojado para ese segmento 6,4%, la segunda 7,6%, la tercera 15,3% tras la devaluación y 7% la última.
El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiaritti, afirmó que en los últimos días el precio de la carne mostró una caída del 3% respecto al pico de diciembre. “En la primera semana de diciembre, aumentó entre un 50% y 60% del novillo en pie. La semana siguiente, posterior a la asunción de Javier Milei, empezó a bajar y redujo alrededor del 30% del aumento anterior del 50%”, aseguró en declaraciones a CNN Radio.
“Los precios no iban a ser convalidados por el mercado. Hubo una importante baja en las ventas y eso tarde o temprano se ve. El problema fue para los que compraron caro y ahora tienen que vender más barato”, manifestó un empresario de la carne con negocios en varias provincias.
La cadena cárnica argentina deberá afrontar un 2024 lleno de desafíos. Por un lado, la ganadería tendrá que concretar un proceso de recuperación respecto al fuerte golpe que significó la histórica sequía, que llevó a la actividad a un proceso de liquidación que redundará en una merma en el rodeo nacional, mientras que los eslabones industriales y comerciales tendrán que poder sobrellevar una muy posible caída del consumo interno, producción y exportaciones.