Si bien genera mayor tensión en el mercado y alimenta las dudas respecto de la sostenibilidad del plan del ministro de Economía, Luis Caputo, de ajustar el dólar oficial apenas 2% mensual hasta marzo, la suba del dólar durante las últimas cuatro jornadas tiene una contracara que genera alguna expectativa.
Entre hoy y mañana se realiza la licitación semanal del bono para los importadores, BOPREAL, diseñado como una solución a la voluminosa deuda comercial acumulada en el último año ante la escasez de divisas. Hasta ahora ese instrumento tuvo un desempeño muy alejado de lo esperado. A tal punto que de los USD 1500 millones que para este altura Caputo y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, esperaban haber colocado, sólo se adjudicó un monto menor al 10% por unos USD 125 millones. Entre los potenciales suscriptores fundamentaron la falta de interés en las características del título pero, esencialmente, tanto los importadores como los diferentes analistas del mercado señalaron el bajo nivel de la brecha cambiaria como el principal factor que le quita atractivo al bono. Expresado en términos llanos, a las compañías con deuda comercial les resulta más sencillo acceder al dólar contado con liquidación (CCL) para afrontar sus compromisos en vez de suscribir un bono con vencimiento hasta 3 años, bajo rendimiento y serias dudas respecto de la paridad a la que coticen en el mercado secundario.
Pero ese escenario se modificó en los últimos días. El encarecimiento del CCL genera ahora un sobrecosto mayor -superior a 45%- tras el alza de las cotizaciones. Eso puede despertar esta semana mayor interés en el bono, al que de todos modos se le sigue criticando su diseño.
“Ninguna de las condiciones anteriores de emisión cambió: misma Serie a licitar e igual límite de USD 750 millones (que en las anteriores licitaciones quedó muy holgado). Lo que sí cambió es el contexto. Hoy la brecha cambiaria es bastante más significativa, de la mano de las subas que mostró el CCL en las últimas semanas, y está más en línea con la lógica y condiciones del bono. Con lo cual, estamos más que interesados en observar esta prueba empírica: Ver si estos niveles de brecha entre 40/50% ya son suficientes para que el bono resulte atractivo para los importadores”, destacó la consultora Outlier. También en el equipo económico hay expectativa por un mayor adhesión ya que, desde el inicio de las licitaciones, admitieron que el nivel de brecha en mínimos en los últimos cuatro años era contraproducente con el esquema de solución ideado para los importadores.
Claro que la suba de la brecha, en términos más amplios, contribuye a crear otros problemas para los que, de todos modos, en Economía y el BCRA estén tal vez más preparados ya que en esas carteras también se instaló cierta sorpresa al ver tan planchadas las cotizaciones financieras del dólar. En cualquier caso, esos problemas se sintetizan en una idea recurrente: la necesidad de volver a devaluar en el corto plazo.
“Descreyendo que el ritmo actual de devaluación forzada del oficial pueda mantenerse en el nivel del 2%, el mercado acelera la probabilidad de que el ritmo devaluatorio empiece a verse en marzo. Debido a, como mencionamos reiteradas veces, el fuerte retraso cambiario que sufrirá el TC oficial con estos niveles de inflación (sumado a las presiones de las brechas cambiarias) hacen lógico el creer que no podrá mantenerse más que febrero un 2% de crawling”, sostuvieron desde Aurum Valores
En ese devenir también intervendrá el impacto del acuerdo con el Fondo Monetario, de inminente anuncio. El foco es destrabar desembolsos por al menos USD 4.400 millones, correspondientes a las metas incumplidas en su momento en el tercer y cuarto trimestre del año pasado, cuyos requerimientos en cuanto a medidas fueron subsanados por el nuevo Gobierno. En ese sentido, decepcionó en el mercado la señal de que no habrá fondos frescos por parte del organismo aunque no se descarta que Caputo logre lo que el FMI le negó a su antecesor, Sergio Massa: un adelantamiento de los fondos necesarios para hacer frente a los vencimientos y así engrosar las reservas hasta el momento de la cosecha gruesa.