A horas de que el Gobierno de Javier Milei cumpla su primer mes, el mercado empezó a a mostrarle los dientes. Las preocupaciones de los operadores se focalizan, ahora, en la brecha cambiaria que a través de un repunte de las cotizaciones financieras crece desde hace varias ruedas. Este martes, además, se suma el dólar libre a la lista de cotizaciones calientes, con una suba de 70 pesos en el día que lo llevó a $1.120 para la venta este martes.
Las explicaciones entre los operadores se focalizan sobre varios factores conocidos, pero considerados temporarios, del esquema cambiario y monetario que que dejaron las primeras medidas del ministro de Economía, Luis Caputo. Tasas bajas para licuar pasivos del Banco Central, un crawling peg —suba conducida del dólar oficial- al 2% mensual con inflación bien por encima del 20% y un plan económico con foco en lo fiscal, entre otros factores, enamoraron el 13 de diciembre y hoy generan impaciencia.
En muy poco tiempo, el ritmo frenético de cambios que lanzó el Gobierno a través del masivo DNU de desregulación y la Ley Omnibus aparecen trabados, ya sea por la justicia o por el Congreso. Y con ellos queda en duda el ancla fiscal. La baja de la tasa de interés se está encontrando, quizás antes de tiempo, con la esperada reducción de la demanda de dinero de cada verano —una “trampa de febrero” algo adelantada— y la principal herramienta con la que contaba el Banco Central para aspirar pesos, la colocación de un bono a importadores, aspirando poco o nada.
“En el arranque de este Gobierno, uno se imaginaba que tenían que implementar algún tipo de anclaje para una economía desestabilizada. Queda claro que el gobierno apuesta a un anclaje fiscal, pero no queda clara la viabilidad legislativa de ese anclaje”, dijo Norberto Sosa de Invertir en Bolsa.
“Como macroeconomista, además, estaba esperando un anclaje monetario que no vino. Se ofreció a cambio un anclaje cambiario, que a mi no me convence parece que al mercado tampoco. Un crawling del 2% con inflación del 25%, tiene sus problemas. Para colmo la única herramienta para absorber pesos, el bono BOPREAL, no viene atrayendo a nadie”, agregó el operador.
“En resumen, si mirás hoy el balance del BCRA, está peor que en diciembre. Un dólar correspondiente con los activos del banco a diciembre estaba en $1.200, ese mismo benchmark hoy se te acomoda encima de $1.500″, concluyó.
El nerviosismo de los operadores, que en general oyen música cuando escuchan que un Gobierno atacará —finalmente— la raíz fiscal de la inestabilidad cambiaria y monetaria, llegó muy rápido. Y si es tan veloz es porque conocen las dinámicas que suelen tomar los dólares financieros cuando el mercado pone el foco en ellos.
“El problema con el dólar contado con liquidación es que suele sobrerreaccionar. Veníamos diciendo que la brecha estaría en torno al 40% o 50%. De casualidad justo ayer quedó ahí. Sobrerreaccionó a la baja con el cambio de Gobierno y, otra vez, puede hacer lo mismo en la suba”, dijo Juan Manuel Truffa de Outlier. “Pero no la vemos en 90-100% (salvo que el descreimiento sobre la nueva administración sea altísimo, algo que no vemos por el momento)”, concluyó.
Los movimientos exagerados del dólar, se sabe, puede tener impactos muy negativos en el mercado local. De ahí que los operadores estén atentos a señales que puedan pararlo.
“Cuanto mayor es la brecha, más incentivos tienen los exportadores a postergar su liquidación ante la expectativa creciente de un nuevo salto discreto y pierde potencia el diferencial entre el crawling peg al 2% mensual y tasa en pesos al 8/9%, ya que crece el premio por aguantar. A su vez, desde el lado de los flujos, menor liquidación exportadora retroalimenta la suba del CCL, ya que implica menor oferta dentro del esquema 80/20%. Con el spread entre el dólar financiero y el tipo de cambio efectivo de exportaciones saltando de un mínimo reciente de 11,8% a 33%, esto parecería ya estar ocurriendo”, señaló un informe de Portfolio Personal Inversiones.
“Si la tasa real se mantiene en terreno muy negativo, el CCL podría tensarse más en las semanas de aquí a febrero, mes en que la demanda de dinero usualmente tiene la mayor caída mensual del año. Por ende, sin una suba de la tasa de interés, no habría razones para que la velocidad de circulación (inversa de la demanda de dinero) desacelere y el dólar financiero continúe siendo una reserva de valor en este contexto de alta nominalidad”, agregó el reporte privado.