La zona sur de Mar del Plata vive un notable desarrollo edilicio, con el surgimiento de nuevos barrios privados, viviendas e inversiones inmobiliarias en los últimos tres años. Aunque desde la ruta, Chapadmalal (“entre arroyos” en araucano) no revela es ostentosa, carece de grandes urbanizaciones o centros comerciales definidos, se destaca en cambio por la presencia de restaurantes, balnearios, cabañas, hosterías, almacenes y tiendas de surf.
El lugar incluye quebradas, arroyos que desembocan en el mar, acantilados y playas resguardadas del viento, lo que lo convierte en un enclave ideal para deportes acuáticos y una vida en armonía con la naturaleza. Su vida tranquila a veces se despabila con las idas y vueltas políticas de verano, porque allí está la histórica residencia presidencial.
Actualmente, más de 10.000 habitantes residen de modo permanente y en los últimos doce meses, se observó un creciente interés en mudarse a esta parte de Mar del Plata. Desde el Faro hasta Miramar, la expansión en todo el sur es evidente, y “Chapa”, se destaca como uno de los líderes en el crecimiento habitacional de la región.
Manuel Ladanaj, corredor inmobiliario de Robles Casas & Campos, resaltó a Infobae que Chapadmalal es una de las zonas con mayor crecimiento en los últimos años. Lo impulsan, dijo, “diversos factores, como turismo, desarrollo urbano, surf y accesibilidad. Este aumento se debe a aquellos que buscan residir en un entorno más tranquilo y cercano al mar, optando por áreas residenciales con espacios naturales y playas menos concurridas en comparación con las zonas céntricas”.
Los proyectos en la zona incluyen desarrollos turísticos (hoteles, cabañas), inversiones inmobiliarias (barrios cerrados, complejos residenciales), propuestas gastronómicas y proyectos sustentables, todos impregnados de conciencia ambiental para preservar el entorno.
Desde 2015, la implementación del Plan Procrear también cooperó para que progrese la zona a través de la venta de terrenos y construcción.
“El barrio Playa Los Lobos experimentó un significativo aumento en su población. Desde el inicio de la pandemia el auge no se detuvo y avanzaron inversiones, especialmente en el barrio Playa Chapadmalal (y en menor medida en Santa Isabel), ya que estas áreas ofrecen terrenos de mayor superficie. Además, son áreas especialmente atractivas para aquellos que buscan construir hospedajes o complejos habitacionales”, detalló Gabriela Alonso Iriart, de Inmobiliaria Alonso Chapadmalal.
Además de la presencia habitual de camiones que transportan materiales para la construcción, es común observar a personas haciendo ciclismo, trekking, surf, parapente, equitación o simplemente paseos a pie.
Un proyecto emblemático que perdura en la zona es el Marayuí Country Club, que ofrece su clubhouse, una hostería de estilo inglés y una cancha de golf de 18 hoyos.
Quiénes se mudan
La demanda se compone principalmente de turistas y residentes temporales, quienes optan por esta ubicación para sus vacaciones o escapadas durante algunos fines de semana a lo largo del año. Se trata de familias en búsqueda de un entorno tranquilo y próximo a la naturaleza.
Según Ladanaj, también hay marplatenses y porteños que eligen esta área como su segunda residencia. Algunos incluso optaron por mudarse de forma permanente, aprovechando la posibilidad de teletrabajo o combinando días para ir a la ciudad”.
Las calles de la primera línea de mar, donde se destacan importantes residencias y complejos turísticos son las que más avanzaron en Chapadmalal
En Chapa prospera la zona comercial, conocida como “La Estafeta”. El mes pasado, se inauguró un complejo que consta de seis locales comerciales de diversos rubros, marcando un hito inédito en la región.
“Estás a no más de 30 minutos del centro marplatense, lo que llevó a que, desde la pandemia y la proliferación del trabajo remoto, lleguen muchas personas de otras ciudades, especialmente jóvenes profesionales”, comentó Alonso Iriart.
Urbanizaciones
Entre las opciones que proliferan están el barrio privado Olas, con un promedio de precios en el rango de aproximadamente USD 100 por metro cuadrado en terrenos.
Ladanaj aclaró: “Esta tarifa resulta atractiva considerando que los lotes en cuestión poseen dimensiones considerables, oscilando entre 1.300 y 2100 m2″.
El crecimiento sureño de Mar del Plata generó un impacto positivo en áreas circundantes como el norte de Miramar, situado justo en el límite entre La Feliz y Miramar, marcado por el arroyo Las Brusquitas.
“En esta intersección, se está llevando a cabo un desarrollo inmobiliario privado que destaca por su accesibilidad, ubicado a solo 50 metros de la Ruta 11, con ingreso directo a la playa, conocida por albergar las mejores olas de la costa”, señaló Gastón Certiat, de Certiat Propiedades.
El perfil de las casas en este barrio se orienta hacia lo moderno, ofreciendo todas las comodidades, sea en construcción tradicional o en seco.
Certiat amplió: “En cuanto a los valores de venta de los lotes en Las Brusquitas, el precio promedio ronda los USD 36.000, con la posibilidad de realizar la inversión en 24 cuotas. Suelen ser de 500 m2”.
Tipos de viviendas
Aunque el ladrillo y cemento continúan siendo pilares fundamentales en la construcción de viviendas, recientemente, la modalidad de construcción en seco ha experimentado un crecimiento significativo, superando a la construcción tradicional. Esta tendencia se observa especialmente en aquellos que buscan una casa de veraneo, ya que ofrece una alternativa rápida y que no demanda extensos plazos de obra.
Algunos inversores eligieron utilizar contenedores, especialmente en la construcción de complejos de hospedaje.
En el mercado inmobiliario el precio de los terrenos experimenta una amplia variación según el barrio, la ubicación y la proximidad a la ruta. Los terrenos de mayor valor se encuentran en playa Chapadmalal, siendo también los de mayor superficie.
Por otro lado, las opciones más económicas se encuentran en los fondos de los barrios Santa Isabel y San Eduardo, ubicados aproximadamente a 10 a 14 cuadras de la Ruta 11. Los precios de los terrenos van desde USD 8.000 hasta 120.000 dólares.
“En cuanto a las casas -dijo Alonso Iriart- la diversidad es aún mayor y está influenciada por factores como el tipo de construcción, el estado y la urgencia de venta. El rango de precios varía ampliamente, comenzando desde USD 55.000 en adelante”.
Se pueden encontrar casas de playa con terrazas y patios que ofrecen vistas panorámicas al mar, así como modernas residencias, acogedoras cabañas, bungalows y más.
“La oferta también abarca una diversidad de sistemas de construcción, desde el método tradicional de ladrillo y cemento hasta opciones más contemporáneas como la construcción en seco, panelería, steel frame y casas modulares”, concluyó Ladanaj.