Qué son las Letras Intransferibles y qué efecto tienen sobre el patrimonio del BCRA

El Gobierno anunció que emitirá “de urgencia” Letras Intransferibles por hasta USD 3.200 millones a 10 años. Lo hizo a través de una publicación en el Boletín Oficial este viernes, donde además se detalló que se utilizarán para el “pago de obligaciones de deuda denominadas en moneda extranjera”, en otras palabras, para pagar deuda externa.

En esa línea, y a fin de cumplir con los requisitos de la emisión se emitió el decreto de necesidad y urgencia que, en el artículo 4°, establece que “los pagos de los servicios de intereses y amortizaciones de capital de las Letras Intransferibles en cartera del BCRA, así como las emitidas a favor de dicho Banco durante el año 2024, serán reemplazadas, al vencimiento, por nuevos títulos públicos cuyas condiciones serán definidas de manera conjunta por la secretaría de Finanzas y la secretaría de Hacienda, ambas pertenecientes al Ministerio de Economía”.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa en Casa de Gobierno, explicó este viernes que “el fin de esta emisión es afrontar vencimientos con acreedores privados. Efectivamente el Ministerio de Economía va a emitir su comunicación al respecto, darán las explicaciones que son simplemente repetir los considerandos, porque ahí está todo explicado. De todas maneras esta operación empezó el 26 de diciembre, en un proceso de adquisición de dólares por parte del Tesoro, precisamente para hacer frente a esto, donde entendemos que no hay ningún perjuicio patrimonial -como se escuchó por ahí- para el Banco Central”.

Pero ¿es efectivamente así? Las Letras intransferibles son títulos que el Tesoro Nacional le coloca al Banco Central a cambio de dólares líquidos de las reservas internacionales. En el balance de la entidad, efectivamente, se cambia un activo -divisas en efectivo- por otro de similar cuantía, una Letra del Tesoro.

Sin embargo, el perjuicio es notorio si se toma en cuenta la degradación de la calidad del activo, pues el Central resigna dólares líquidos por un papel con vencimiento a diez años, que no le rinde ninguna tasa de interés -mientras el dólar se devalúa por efecto de la inflación en los EEUU- y que no puede negociarse en el mercado secundario.

Por lo tanto, la entidad monetaria pierde “poder de fuego” y respaldo para los pesos en circulación, que son esos dólares “cash” con los cuales puede intervenir en el mercado, por un título público de improbable cobro y rescate, pues desde el nacimiento de este instrumento desde 2006, casi siempre se renovaron los vencimientos sin devolución efectiva.

El gobierno de Néstor Kirchner fue el que dio el puntapié inicial en la utilización de estos títulos para obtener dólares directamente del Banco Central y eludir la colocación de bonos de deuda en los mercados, en momentos en los que la Argentina estaba saliendo del histórico default de diciembre de 2001, tras una agresiva reestructuración soberana con amplia quita en febrero de 2005.

El 3 de enero de 2006 el Gobierno pagó la totalidad de la deuda con el Fondo Monetario Internacional por unos USD 9.498 millones y, para ello, tomó divisas de las arcas del BCRA a cambio de estas Letras Intransferibles, bajo el argumento de “ahorrarse” unos USD 1.000 millones por el pago de intereses en años subsiguientes, pese a las bajas tasas que cobra el organismo.

Unos cuatro años después, la creación del Fondo de Desendeudamiento durante el mandato de Cristina Kirchner, que utiliza las reservas para pagar a acreedores privados, derivó en una resonante disputa de poder que terminó con el desplazamiento de Martín Redrado de la presidencia del Banco Central y la modificación de la Carta Orgánica de la entidad en 2012 para que el Gobierno cuente con más atribuciones sobre los activos de un organismo supuestamente autárquico.

Según cálculos de Salvador Vitelli, jefe de research de Romano Group, durante las dos presidencias de Cristina Kirchner se le colocaron al BCRA unos USD 55.000 millones en Letras Intransferibles; el gobierno de Mauricio Macri redujo esta deuda en USD 16.000 millones, pero ya en la presidencia de Alberto Fernández se volvieron a tomar unos 14.600 millones de dólares. Ahora, en este inicio de gestión de Javier Milei, se tomarán del BCRA otros 3.200 millones de dólares.

Según el último balance publicado por el BCRA, actualizado al 23 de diciembre de 2023, las Letras Intransferibles y Otras del Tesoro Nacional contabilizaban en su activo unos $54.201.422,8 millones ($54,2 billones), una cifra que duplica el stock de Pasivos remunerados y multiplica por seis a la Base Monetaria.

A un tipo de cambio que entonces alcanzaba los $804,775, las Letras del Tesoro en el balance del BCRA sumaban USD 67.361 millones, cifra que da cuenta del vaciamiento de activos del Banco Central a lo largo de 18 años y, a la vez, la pérdida de valor del peso, cada vez más abundante pero con menos respaldo. Con las nuevas Letras Intransferibles de Milei, esta deuda del Tesoro con el BCRA supera los USD 70.000 millones, tres veces el stock de reservas internacionales.