El Gobierno retomará este viernes las conversaciones formales con el Fondo Monetario Internacional para conseguir un desembolso que le permita pagar a fin de mes los casi USD 2.000 millones de vencimientos que corresponden al primer mes del año. La llegada del subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI Luis Cubeddu implicará la primera visita de alto nivel del organismo a Buenos Aires en poco más de tres años.
Entre los expertos creen que los tiempos dan para que si los encuentros de este viernes alcanzaran para dar cauce nuevamente al programa financiero, un nuevo desembolso del organismo pueda llegar antes de fin de mes para hacer frente a esa obligación de pago. Típicamente, luego de un apretón de manos con el staff técnico -que debería incluir en esta ocasión pedidos de waivers por los incumplimientos de 2023- toma dos semanas hasta que el directorio pueda pronunciarse.
En el Ministerio de Economía guardan completo hermetismo sobre las condiciones sobre las que se negoció en las últimas semanas de manera virtual con los funcionarios técnicos del organismo. Esta previsto que las reuniones sean en el Palacio de Hacienda que encabeza Luis Caputo, por un lado, y en el Banco Central que preside Santiago Bausili, por otro. También participará el jefe de gabinete Nicolás Posse, quien había estado presente en el primer contacto presencial en Washington, antes del cambio de gobierno.
Entre los expertos creen que los tiempos dan para que si los encuentros de este viernes alcanzaran para dar cauce nuevamente al programa financiero, un nuevo desembolso del organismo pueda llegar antes de fin de mes
“El objetivo es poder reiniciar los desembolsos previstos en este programa. Las medidas anunciadas por el ministro Caputo probablemente sirvan para re-encauzar el programa y permitir que el directorio apruebe un reinicio de los desembolsos hacia fines de enero”, consideró un experto en la relación entre la Argentina y el Fondo. La llegada de ese desembolso le evitaría al Ministerio de Economía tener que construir otra ingeniería de pago como la que concretó en diciembre para pagar los vencimientos.
“La misión va a tratar de emparchar el programa anterior que había descarrilado”, mencionó en tanto el ex director argentino ante el FMI Héctor Torres. “No descarto que pueda haber un programa nuevo en algún momento, probablemente lo quieran, pero esta es una salida pragmática”, aseguró Torres.
“La idea es levantar el acuerdo que está caído y llegar a un staff level agreement”, dijeron escuetamente desde el Palacio de Hacienda. En agosto se llegó a un acuerdo por la quinta y sexta revisión juntas (es decir, las que correspondían a junio y a septiembre de 2023) y el FMI envió USD 7.500 millones antes de las elecciones presidenciales. Desde ese momento no hubo más revisiones técnicas ni envíos de dólares desde el organismo. Pero los graves incumplimientos a lo largo de 2023 dejaron al programa, en palabras del staff del FMI, off-track. Es decir, fuera de sus carriles normales.
Donde aún no hay precisiones es en la cantidad de dinero que la séptima revisión aprobada podría implicar. Por lo pronto, solo al tomar en consideración los vencimientos hasta fines de marzo -cuando debería tener ya lugar el octavo examen trimestral- se acumulan vencimientos por USD 2.800 millones. Ese monto, más lo que se pagó en diciembre con dinero prestado, podría dar una pista sobre qué monto de desembolso podría tener lugar.
Precisamente, las obligaciones de pago al Fondo de diciembre, que sumaron USD 920 millones, fueron cubiertas a través de un crédito “puente” por parte del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (entidad que históricamente se conoció como la CAF), que giró divisas en un préstamo para cubrir ese pago al FMI.
La CAF prestó en total USD 960 millones por un plazo de año. Se trató de un esquema parecido al que activó Sergio Massa en julio pasado, solo que el plazo de repago a ese banco internacional era de un mes, ya que el entonces ministro de Economía entendía que a esa altura llegaría el nuevo desembolso.
El diagnóstico del FMI sobre el estado de la economía argentina es crítico. “La situación económica es desafiante y compleja” resumió en su última conferencia de prensa la portavoz del organismo Julie Kozack e identificó tres elementos críticos: “la inflación es muy alta, el colchón de reservas es extremadamente bajo y hay condiciones sociales frágiles”. En ese sentido, Kozack planteó que el próximo gobierno deberá llevar adelante “un fuerte plan de estabilización necesario para afrontar los desequilibrios, mientras se mantiene el cuidado de la población más vulnerable”.
En términos generales, el 2024 tiene en total vencimientos con el Fondo Monetario por unos USD 7.700 millones en total, con especial peso en enero y abril, cuando aparecen casi USD 2.000 millones cada mes. Cuando terminara el 2024, así, el Gobierno habría terminado de pagar casi por completo el préstamo récord de 2018. En todo caso, como contrapartida, los desembolsos desde Washington previstos para este año son mucho menores que los vencimientos: USD 3.200 millones entre marzo, junio y septiembre.
En 2025 y 2026 habrá menos obligaciones de pago al FMI (USD 3.000 millones y USD 4.100 millones, respectivamente), y la curva recién se empieza a empinar con fuerza a partir de 2028, ya en pleno repago del EFF.
Hay tres medidas del Gobierno que el FMI saludó: la devaluación del tipo de cambio, la liberación de otros precios relativos y el anuncio de un fuerte ajuste fiscal para el primer año de mandato, que es cinco veces más grande que el que pretendía a priori el programa todavía vigente.