Con una inflación que rozó el 30% en diciembre, según las estimaciones privadas más altas, el aumento del 27% en los combustibles presionará aún más sobre los precios. Se trata de la tercera suba en menos de un mes.
En perspectiva, las petroleras ya habían aplicado un incremento promedio del 30% en la última semana del gobierno de Alberto Fernández y de entre 30% y 37% luego del salto cambiario de 118% que llevó el dólar oficial a $800.
Así, el 2023 cerró con un aumento de combustibles del 260% en total, de acuerdo a declaraciones del presidente de la Cámara de Empresarios de Combustibles, Raúl Castellanos. La suba se ubicaría 60 puntos porcentuales por encima de una inflación anual estimada en 200%.
Ahora el litro de nafta se acerca a su valor histórico de un dólar: la nafta súper promedia los $700 y la premium se vende a aproximadamente $900.
“Ahora el precio del litro de nafta súper en dólares está más alineado a la región. Argentina ya no tiene el combustible más barato después de Venezuela, como ocurría hace un par de meses”, indicó Nery Persichini, Head of Research & Strategy de GMA Capital.
En cuanto al impacto sobre la inflación, Santiago Manoukian, economista en jefe de Ecolatina, detalló que por cada 10 puntos que suben los combustibles, se le suma 0,4% al Indice de Precios al Consumidor (IPC) del mes. “Por ejemplo, en diciembre, que subieron cerca del 75% en la Ciudad de Buenos Aires, le agregó directamente cerca de 3 puntos a la inflación, y el 27% de enero ya le agrega alrededor del 1,1%”, precisó.
El incremento de combustibles se sentirá en varios precios de la economía aunque es difícil estimar en qué medida. Al respecto, el economista Jorge Neyros indicó que afectará más a los bienes con mayor costo logístico para llegar al consumidor. Es el caso de los productos de consumo masivo que se encuentran en los supermercados.
En el mismo sentido, Manoukian afirmó: “El traslado del aumento a los precios de la economía dependerá de cuán intensivo sea el uso del transporte, la logística y del combustible en sí mismo en cada una de las actividades. En muchas empresas, es un componente relevante en la estructura de costos”.
Al respecto, de acuerdo a la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), el índice de costos de transporte ya venía incrementándose fuertemente y cerró el 2023 con doble récord: en diciembre aumentó 28,23%, siendo el valor mensual más alto de los últimos 30 años, y en el acumulado anual trepó a 248%, el doble de lo registrado en 2022 (121%), que había sido la mayor cifra en 20 años.
En diciembre, 8 de los 11 rubros que componen el índice, registraron importantes aumentos: Lubricantes (70,4%); Combustible (63,3%); Seguros (39%); Neumáticos (32%); Gastos generales (29,6%); Costo financiero (23,4%); Reparaciones (17,1%); y Material Rodante (4,39%).
Aún con estos incrementos en uno de los costos que componen el precio final que paga el consumidor, el director ejecutivo de FADEEAC, Roberto Rivero, dijo que es un mito, una versión corporativa, que la mercadería deba aumentar en la misma proporción que el combustible. “Según la distancia recorrida y el tipo de mercancía transportada, la incidencia del flete en el precio de un producto es de entre 1 y 4%”, precisó.
“Las empresas de consumo masivo no están reflejando el verdadero costo del frete, que es mucho menor en el producto final”, agregó.
Por su parte, el economista Martín Polo aseguró que el incremento del 27% y la consecuente suba del transporte “va a impactar más sobre los precios mayoristas porque todos los bienes transables van a captar esta inflación de costos”.
Uno de los rubros que más preocupa es el de Alimentos, el cual, en noviembre, fue el de mayor incidencia en todas las regiones con un aumento del 15,7%. En diciembre, de acuerdo a las estimaciones de Ecolatina, la división trepó 27,7%. En tanto, según la consultora C&T Asesores Económicos, Alimentos y bebidas subió 23,5%, con incrementos generalizados en su interior y cercanos al 30% en su gran mayoría. Los aumentos más destacados fueron los de las carnes y los aceites y las grasas, que estuvieron en torno al 40%.
También, la suba de combustibles afectará el valor del transporte público. Las empresas de colectivos reclaman un fuerte incremento de costos que no se refleja ni en el precio del boleto ni en los subsidios que reciben.
En diciembre, el precio promedio sin subsidio era de $800, mientras que el boleto rondaba los $39. Como resultado, y ante la imposibilidad de cubrir costos, se redujo el servicio. En este marco, se dispuso una actualización que lleva el boleto mínimo a $77 a partir del 15 de enero y otro ajuste para el 1 de febrero. Con el nuevo aumento de combustibles el costo real vuelve a subir.
Desde Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) informan que en los próximos días deberían concretarse nuevas reuniones con el gobierno, el cual tiene la intención de actualizar tarifas mensualmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en línea con los cambios en los costos operativos y con los valores que se manejan en el interior del país.