Termina el año y hoy se puede responder la pregunta que todos se hacían hace exactamente doce meses: “¿En qué conviene invertir, en plazo fijo o en dólar?” La respuesta es clara y el resultado es contundente, el gran ganador fue el dólar.
Pero la historia no es tan sencilla. A lo largo del año las condiciones fueron fluctuando de forma permanente, al punto que en algunos meses fue mucho más conveniente depositar los pesos en el banco que apostar a la moneda estadounidense. Un experto o alguien con mucha suerte podría haber ido cambiando de un lado a otro para sacar el máximo rédito posible, pero claro, es fácil decirlo con el diario del lunes.
Para simplificar las cuentas, Infobae hizo una comparación directa entre dos inversores, uno que se inclinó por el plazo fijo durante todo el año y otro compró dólares en enero y los vendió directamente en diciembre, ambos con $100.000 como capital inicial.
Para el primer caso, se hizo la suposición de que el inversor renovó la totalidad del plazo fijo (capital más intereses) el primer día hábil de cada mes. Así, el primer mes (enero) accedió a una tasa del 75% anual, por lo que llegó a febrero con ($106.250). Luego reinvirtió ese monto, otra vez con una tasa del 75% y llegó a marzo con $112.891. Fue repitiendo la misma maniobra cada mes, pero a lo largo del año fue obteniendo cada vez mayor rendimiento por las decisiones del Banco Central (BCRA) de ir subiendo las tasas. El punto máximo se dio en noviembre y diciembre, cuando la tasa llegó al 133% (en diciembre bajó a 110%, pero el inversor ya había renovado su plazo fijo).
De esa manera, el “inversor uno” empezó el año con $100.000 y lo terminó con $238.982, lo que significa que obtuvo un rendimiento nominal anual del 138,98%.
En el segundo caso, se optó por tomar como referencia la cotización oficial, pese a que por el cepo cambiario sólo se podría haber accedido a USD 200 en el mejor de los casos. De esta forma, usando los $100.000 para comprar dólares a valor oficial, el inversor hubiera obtenido en enero una suma total de USD 537. Hoy, esa misma persona tendría la posibilidad de vender sus dólares a una cotización de USD 847,22, por lo que obtendría un total de $454.957, es decir un 354,96% más del monto que tenía cuando inició.
Ahora bien, si el mismo inversor no hubiera podido acceder a formas de cotización formal y se hubiera inclinado por el dólar libre, podría haber comprado a $350 a comienzos de año y haber vendido a $1.000 este viernes, con lo que hubiera obtenido una renta total de 185,7% en términos nominales. De todas formas, se trata de una operación ilegal sin ningún tipo de garantías, por lo que los expertos no la aconsejan.
En síntesis, nuestro hipotético inversor de plazo fijo obtuvo una renta nominal de 138%, el que optó por el dólar libre logró 185% en el mercado informal y el doblemente hipotético que hubiera podido acceder a la cantidad deseada al tipo de cambio formal, 354 por ciento. En cualquier caso, ganó quien apostó al dólar.
¿Resguardo contra la inflación?
Como se puede observar, la respuesta a qué inversión fue mejor es clara, pero eso no significa que haya sido necesariamente una buena decisión comprar dólares. Para saber si fue una apuesta acertada, hay que considerar otra variable fundamental: la inflación.
Según el Indec, entre enero y noviembre de este año el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un incremento del 148,2%, lo que ya de por sí deja afuera a los inversores del plazo fijo, incluso faltando un mes de inflación por medir.
Ahora bien, para saber si el dólar le ganó o no a la inflación, habrá que esperar a que el Indec dé a conocer el IPC de diciembre. Por lo pronto, los especialistas sostienen que la inflación del último mes del año podría rondar el 30% y la inflación anual podría terminar cerca del 200%. Si esto se confirma, entonces quienes apostaron al blue también habrán perdido la carrera contra los precios. El único ganador entre los casos analizados sería el inversor que se movió en el mercado formal, aunque en el contexto del cepo cambiario, es muy difícil encontrar a alguien en esas condiciones.