El proyecto de ley ómnibus abre el denominado “código de descuento” que hoy solo pueden usufructuar las mutuales. Es una oportunidad para las empresas dedicadas a los préstamos on line.
La iniciativa que presentó el Gobierno para su tratamiento legislativo incluye un punto que busca atacar una de las falencias más grandes de la Argentina: los bajos niveles de crédito, a tal punto que representa menos del 10% del PBI, por debajo de casi todos los países de la región.
Puntualmente, se hace mención a los “códigos de descuento”, un negocio que hoy está altamente regulado y en manos de pocos jugadores. Se trata de la posibilidad de cobrarle la cuota al tomador de un préstamo directamente debitando todos los meses de su cuenta y específicamente al momento de recibir el salario.
Por supuesto que en el mercado extrabancario siempre fue muy apetecible la posibilidad de conseguir un código de descuento de alguna actividad específica, por ejemplo la Policía Federal, empleados de la administración pública o maestros, por ejemplo.
El problema es que esta práctica solo la pueden llevar adelante las mutuales, que deben estar inscriptas en el INAES (Instituto Nacional del Asociativismo y Economía Social). En algunas ocasiones, aparecen compañías que específicamente consiguen que una mutual les ceda su código de descuento. De otra manera, no podrían prestar contra el descuento del salario ni bien se acredita en la cuenta del deudor.
Se trata de un negocio muy apetecible porque sus riesgos son bajísimos, lo que al mismo tiempo permite cobrar tasas de interés un poco más bajas. Sin embargo, el costo termina siendo mucho más alto de lo que debería ser para el empleado porque no tiene opciones para elegir entre distintos prestamistas.
Entre las consideraciones de la ley ómnibus se indica queda liberada la restricción para el código de descuento donde las mutuales tenían una ventaja monopólica, devolviéndole al individuo la libertad de establecer restricciones crediticias con quien quiera.
Y en el proyecto de ley se dispone específicamente que “cualquier empleado podrá solicitar la retención del importe de cuotas sociales, cargos por servicios, pago de intereses, o cualquier otra obligación de pago regular, a favor de la mutual de su elección, así como de personas humanas o jurídicas, cualquiera sea su naturaleza”. “Los importes retenidos -agrega- serán ingresados a los beneficiarios dentro de los cinco días de haberse abonado los haberes. Igual procedimiento regirá para los jubilados y pensionados nacionales”.
Esta apertura favorecería particularmente a las fintech especializadas en los préstamos on line. Uno de los principales problemas que tienen estas compañías es que solo pueden recurrir al cobro voluntario del cliente a la hora de otorgar un préstamo. Por otra parte se trata de préstamos a sola firma, sin mayores garantías.
Hace tres años el Banco Central les prohibió a las fintech el cobro de la cuota por el sistema denominado “barrido automático”, que consiste en cobrarse la cuota mensual debitando directamente del CBU. Esto provocó que muchas empresas directamente quedaran fuera de juego ante el aumento exponencial del riesgo que tuvieron que asumir. Para este segmento solo quedó habilitada la posibilidad de pago voluntario.
La ley ómnibus dejó liberada la restricción para el código de descuento donde las mutuales tenían una ventaja monopólica, devolviéndole al individuo la libertad de establecer restricciones crediticias con quien quiera
Por lo tanto, si se sanciona la ley este tipo de compañías quedarían habilitadas para otorgar crédito contra la posibilidad de debitar luego la cuota de una porción del salario al momento de su acreditación. Esto permitiría reducir de una manera sustancial las altísimas tasas de interés que se cobran por los préstamos personales a personas que cobran sus sueldos en el sistema financiero.
Además, también los bancos tendrían más competencia. Hasta ahora tienen una gran ventaja a la hora de otorgar préstamos a los clientes que poseen su cuenta sueldo en la institución. Pero si se aprueba la apertura de los códigos de descuento, allí tendrían que lidiar con muchas otras entidades que pueden ingresar al negocio.
Por supuesto que existe otra problemática que es la de los trabajadores informales, ya que en este caso no existe un salario para aplicarle código de descuento. Para este segmento el acceso al crédito es mucho más complejo, ya que el riesgo de morosidad o incobrabilidad es sustancialmente más alto. Algunas fintech, por ejemplo, decidieron dar préstamos de bajos montos a público con bajo nivel de bancarización para determinar su comportamiento crediticio. Si el deudor cumple lentamente empiezan a incrementar el monto del préstamo, basados en su buena conducta.