La Secretaría de Energía oficializó este jueves un aumento de los biocombustibles, de entre 28,5% y 34,4%, lo que redundará en mayor presión sobre el precio de los combustibles fósiles. En medio de la liberalización de los precios, los aumentos que se registraron las últimas semanas y el retrasó que señalan las petroleras, el incremento presionará los valores de las naftas y el gasoil. El Gobierno incluyó en su proyecto de Ley Ómnibus cambios en el sector para avanzar hacia una desregulación total.
Los aumentos en los biocombustibles que se utilizan como corte para los derivados fósiles se oficializaron a través de las resoluciones 3 y 4 del 2023 de la dependencia que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo. La medida se da casi un mes después de las subas que había decidido la administración anterior, en medio de un congelamiento virtual en los surtidores que ahora comenzó a destaparse.
La primera resolución marca que el precio de adquisición del biodiesel pasa de $686.986 a $923.590 por tonelada para las operaciones que se lleven a cabo desde este jueves y “hasta la publicación de un nuevo precio que lo reemplace”. La suba es del 34,44% respecto a los valores dispuestos hace cuatro semanas. Este derivado de la soja se utiliza para el corte con gasoil y diesel oil, con un mínimo del 6% dispuesto por la normativa vigente.
El bioetanol elaborado a base de caña de azúcar tendrá un precio de adquisición de $465,840 por litro, con un aumento del 33,65%, mientras que el que se elabora con maíz quedará en $463,911 por litro, con un alza del 28,45 por ciento. Estos se utilizan para el corte obligatorio de 12% en las naftas.
El pasado 29 de noviembre se habían formalizado incrementos del 32,11% para el biodiesel, de 12,43% para el bioetanol elaborado en base a caña de azúcar y del 19,20% para el de maíz.
Según las normas publicadas esta mañana por la Secretaría de Energía la decisión de los nuevos aumentos se tomó “dado el contexto macroeconómico actual” y para atender “la incidencia que posee la modificación de los precios relativos en la estructura de costos”. Los nuevos montos son valores mínimos al cual deberán ser llevadas a cabo las operaciones de comercialización en el mercado interno.
¿Qué va a pasar con la nafta?
Al estar obligados por ley a comprar los biocombustibles para cortar los combustibles fósiles, las petroleras verán un nuevo incremento en sus costos ya que son un insumo para su producción. En el sector afirmaban antes de las resoluciones que se conocieron hoy que las naftas y el gasoil en los surtidores aún mantenían un retraso frente al precio de USD1 o USD1,20 por litro que pretende la industria, por lo que es de esperar nuevos aumentos.
Desde noviembre los precios de los combustibles treparon casi un 80 puntos porcentuales en medio del proceso electoral y la devaluación del peso. A principios del mes pasado, cuando venció el programa Precios Justos para el sector, las petroleras aplicaron una suba del 10 por ciento. Una vez que se conoció el resultado del balotaje volvieron a aplicar un alza de esa magnitud.
Ya en diciembre, el fin de semana largo previo a la asunción de Javier Milei se registró un aumento del 25% en los surtidores. Luego, con el salto de 118% que llevó el tipo de cambio oficial a $800 hubo una actualización del 37%, que llevó, por caso, la nafta súper a la zona de los 615 pesos (0,75 centavos de dólar). Fuentes privadas calcularon que el incremento acumulado de la nafta súper llegó a 266,22%, mientras el gasoil marcó un alza de 264,58 por ciento.
Sin embargo, las petroleras buscan llegar a un precio promedio de 1 dólar por litro en surtidores. La postura del Gobierno es que los privados decidan libremente cuánto quieren cobrar, aunque pidieron que las subas se realicen de manera “escalonada” entre el verano y marzo del 2024.
Ley de Biocombustibles
El proyecto de ley que envió este martes al Congreso el presidente Javier Milei tiene un capítulo completo dedicado a reformas en el sector de la energía. La norma prevé cambios en la Ley de Biocombustibles. El Gobierno quiere que las petroleras puedan negociar sin interferencia del Estado
“ARTÍCULO 13.- Las empresas encargadas de llevar a cabo las referidas mezclas mínimas obligatorias podrán adquirir libremente biocombustibles pactando en tal caso el precio y el aprovisionamiento de los productos con las empresas elaboradoras de los mismos, al igual que en los casos en que se lleve a cabo la comercialización de biocombustibles que no tenga por destino la mezcla mínima obligatoria con combustibles fósiles”, consigna el proyecto.
Por otro lado, no habrá cambios en los cortes mínimos tal como esperaba la industria. Por ahora se mantendrá ese piso en “7,5% para el gasoil o diesel oil y del 12% para naftas conforme la normativa de calidad de combustible o la que en el futuro la reemplace”.
En tanto, el oficialismo busca que las empresas puedan libremente producir biocombustibles. En la legislación vigente las empresas productoras o destiladoras de hidrocarburos no pueden ser titulares o tener participación en firmas del sector, impedimento que el Gobierno espera que desaparezca.